El Gobierno volvió a prender “la maquinita” y tomó $190.000 millones más del Banco Central
Usó el remanente disponible que le quedaba de Adelantos Transitorios y volvió a activar la canilla de utilidades contables, tras 21 meses sin uso
- 4 minutos de lectura'
El Gobierno parece empeñado en que el leve descenso que mostró la inflación en mayo y junio (aunque manteniéndose en niveles mensuales que otros países de la región sólo alcanza en un año) sea sólo pasajero. De este modo podría entenderse que no deje de imprimir y lanzar billetes a la calle cuando la demanda de pesos no sólo no reacciona, sino que no deja de caer.
Lo volvió a hacer el pasado jueves, cuando le pidió un total de $190.000 millones al Banco Central (BCRA), apenas 13 días después de haberle solicitado $688.000 millones en Adelantos Transitorios (AT) para comprar las divisas para pagarle al FMI a fin de junio. Además, fue seis días después de solicitarle otros $400.000 millones que utilizó en parte (65%) para comprar los dólares con que hizo el pago a los bonistas el 9 de julio y, con el restante, cubrir un déficit fiscal que vuelve a empinarse por el gasto con fines electorales.
CONFIRMADOS LOS GIROS DEL BCRA AL TESORO
— Salvador Vitelli (@SalvadorVitell1) July 18, 2023
Se hicieron mediante AT y TI.
Monto: $ 190.000M.
Se excede así en un 121% la meta establecida de financiamiento directo del 4Q2023. https://t.co/PyzV7FBrn6 pic.twitter.com/srA42kJICp
Lo paradójico es que, como el ente monetario ya no tenía más espacio para entregarle préstamos de este tipo sin burlar los límites establecidos por su Carta Orgánica (CO), tuvo que dar una asistencia mixta: $40.000 millones más en otro pequeño adelanto -agotando el límite mencionado- y otros $150.000 millones como remisión de utilidades, producto de las ganancias meramente contables por $1,1 billones que pudo anotar en su balance 2022. Estas ganancias las logró por la devaluación mayor al 70% que registró el peso y el impacto que eso tiene en la montaña de títulos públicos nominados en dólares que tiene anotados en su activo a valor facial (100%), aunque bien se sabe que puestos en mercado valdrían mucho pero mucho menos.
De este modo, el Gobierno ya tomó de modo directo del BCRA $1,28 billones en las últimas dos semanas y $1,95 billones en lo que va del año, monto que más que duplica la meta de asistencia anual de $883.000 millones prevista en el acuerdo con el FMI bajo nueva revisión (y explica parte de las resistencias que muestra el organismo por habilitar los nuevos desembolsos).
Así, la administración Fernández comienza a despedirse manteniéndose fiel a su impronta, es decir, imprimiendo millonadas de billetes que, por ende, sirven cada vez para comprar menos cosas.
La nueva transferencia, al volver a incluir un monto por utilidades luego de 21 meses, confirma que ya están en funcionamiento todas las vías posibles para monetizar el déficit público: a los canales directos (los giros por AT y utilidades), y la emisión por más de $1,1 billones al mes que hace el BCRA para pagar los intereses de su enorme deuda remunerada que ya superó los $16 billones, se suma la asistencia por vía indirecta que el ente monetario realiza al Tesoro al rescatar mediante intervenciones sobre el mercado sus títulos de deuda (para mantener su valor) o tratar de administrar la brecha cambiaria.
De hecho, la única fuente de emisión discontinuada es la relacionada con la compra de reservas, pero sólo porque ya todo el que puede evita venderle divisas al BCRA a la mitad del valor que se les da al mercado.
“Es indudable que el giro fue mixto porque, pese a todos los esfuerzos que habían hecho para expandir días atrás la base monetaria (BM) en más de $700.000 millones para -de ese modo- elevar el limite de AT a otorgar sin incumplir la Carta Orgánica, sólo les quedaba un pequeño puchito, demasiado chico para lo que necesitaban”, evaluó el economista Sebastián Menescaldi, director de la consultora EcoGo.
Para el economista Diego Giacomini, de este modo se confirma que la emisión monetaria de Sergio Massa es mayor incluso a la de Guzmán. “La acumulada en 2023 es un 49% superior a la del mismo periodo de 2022 y 2020 medida en términos reales (ajustada por inflación). De este modo, la inflación en el futuro se va a acelerar de nuevo y más de lo que se aceleró en el pasado”, advierte.
El analista Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital, pone el foco en otro efecto al hacer notar la correlación positiva que hay entre “la fuerte expansión monetaria que ejecuta el BCRA y la escalada que ya ensaya el dólar contado con liquidación (CCL)”. En estas condiciones, sostiene en el informe “hay que pasar la Primavera” que difundió hoy, “no hay que descartar que se produzca otra suba en torno a 19% para cotizar en torno a $600″, algo que de una u otra manera “en algún momento se va a pagar con un ajuste cambiario”, advierte y concluye al respecto
Otras noticias de Comunidad de Negocios
Más leídas de Economía
Habrá cambios. Cuánto costará el dólar tarjeta en enero
Advertencia. El CEO de una cadena francesa de supermercados no quiere comprar carne del Mercosur
El camino emprendedor de Gwyneth Paltrow. De ganar un Oscar a ser la CEO de una empresa con 80 empleados
Valor del día. ¿A cuánto cotiza el real este jueves 21 de noviembre?