El Gobierno transita por un "camino de imposibilidades"
La economía está prácticamente estancada hace seis trimestres, la inflación es elevada y se frenó la creación de empleo. Al cierre del cuarto trimestre de 2012 el nivel del producto bruto interno (PBI) es sólo 1,4% superior al del tercer trimestre de 2011. El estancamiento con inflación es un problema autoinfligido, en buena medida explicado por una serie de políticas económicas desacertadas, que provocaron fuerte desconfianza en el sector privado. Con una economía estancada, el Gobierno debería aplicar una política económica expansiva, pero la dificultad es que transita por lo que hemos denominado "un camino de imposibilidades".
Imposibilidad 1 : Debido a la decisión de pagar todo (el déficit fiscal, los intereses y las amortizaciones de la deuda pública) sin colocar deuda, el Gobierno no puede aplicar una política fiscal más expansiva para estimular el gasto agregado, la actividad y el empleo. Lo que sucede es que, pese a que las necesidades de financiamiento del sector público son bajísimas en la comparación internacional, el Banco Central cubre 90% de esas necesidades y la tasa de expansión del dinero ya se ubica en 40% anual. En ese contexto, ir por una política fiscal más expansiva implicaría aumentar el ritmo de emisión, lo que alimentaría la inflación. En definitiva, tras la reestructuración de la deuda, en vez de intentar volver a ganar reputación y volver a los mercados, el Gobierno optó por el aislamiento y la estrategia de financiarse con la "maquinita". En consecuencia, hoy no puede fondear una política más expansiva sin que se acelere la inflación.
Imposibilidad 2: Cuando el "paciente" está estancado el médico suele "recetar" la puesta en marcha de una política monetaria más expansiva para estimular la demanda agregada. Pero por la dependencia fiscal y la emisión de dinero para administrar el tipo de cambio, se perdió la "soberanía monetaria". Hoy el Gobierno no puede ir por una política monetaria más expansiva porque ya emite al 40% anual (la tasa de interés real es negativa) y la inflación se ubica en 24%. Y aun si aumentara el ritmo de expansión de moneda, los agentes están optando por ahorrar sus pesos excedentes (en depósitos a plazo fijo - que subieron 49% anual- o departamentos al costo), en vez de volcarlos al consumo. O sea, con estancamiento de la masa salarial real y aumento del ahorro de aquellos que pueden ahorrar, es poco probable que una política monetaria más expansiva dé lugar a un aumento significativo del consumo, la actividad y el empleo, dado el deterioro del clima de negocios.
Imposibilidad 3: Con estancamiento económico, se requeriría una maxidevaluación del tipo de cambio oficial para mejorar la competitividad y estimular la producción de bienes transables (exportables e importables de producción nacional). Hoy el tipo de cambio nominal debería ubicarse entre 5,70 y 6,50 pesos si se quisiera recuperar el tipo de cambio real que regía en julio de 2011 (antes de que Brasil comenzara a depreciar su moneda). El problema es que el Gobierno no puede apelar a un salto devaluatorio para mejorar la competitividad sin un plan económico integral porque ello alimentaría la inflación y "licuaría" la mejora cambiaria. Desaparecería la actual inflación "reprimida" de un dólar bajo.
Imposibilidad 4 : En noviembre de 2011, el "relato" oficial anunció que se iniciaría la etapa de sintonía fina con el fin de los subsidios a los servicios públicos (equivalentes al 4% del PBI). Esto quedó en la reducción de los subsidios para Puerto Madero, Barrio Parque y poco más. El gasto en subsidios sin las transferencias a Cammesa (que el Gobierno transitoriamente "pisó") aumentó 40% en lo que va de 2012. Hoy pagamos por la energía eléctrica (en promedio) un tercio de lo que pagan nuestros vecinos y por el gas natural, un quinto. Pero el Gobierno no puede "normalizar" estos precios (para bajar los subsidios) porque implicaría un fuerte aumento de la ya elevada inflación. Sólo el pequeño ajuste del cargo fijo dispuesto de entre $ 4 y 150 para la electricidad, y de entre $ 4 y 60 para el gas implica una suba de alrededor de 19% para una familia tipo (¡Imagínese el impacto que tendría subir las tarifas 200% o más para normalizarlas!). En definitiva, el actual marco de alta inflación imposibilita la necesaria reducción del gasto en subsidios.
Imposibilidad 5 : La magnitud de los problemas acumulados (en energía, transporte, gestión de un Estado elefantiásico, aislamiento internacional) más un enfoque ideologizado que impide un correcto diagnóstico y la metodología del "parche tras parche" elegida por el Gobierno para afrontar las dificultades le impiden resolver adecuadamente los problemas. La Argentina requiere un plan integral donde prime el pragmatismo por sobre la ideología.
En suma, el modelo nacional y popular, que se agotó como fuente de alto crecimiento, la ideología y el método "parchístico" impiden no sólo poner en marcha políticas expansivas para apuntalar la actividad, sino también resolver los problemas que se han ido acumulando.