El Gobierno superó cómodo el último test de deuda del año, pero recargó más la agenda de pagos de 2023
Captó del mercado algo más de $785.000 millones, unos $370.000 millones más de lo que necesitaba para cubrir los vencimientos de corto plazo
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El Gobierno logró superar holgadamente el último gran test de deuda del año, al captar del mercado $785.000 millones mediante la colocación de ocho títulos, es decir, unos $373.000 millones más que los $412.000 millones que necesitaba mínimamente conseguir para poder pagar la deuda que le vence en los próximos días, según los datos que a última hora de anoche difundió el Palacio de Hacienda.
De esta forma, se hizo de un buen colchón para cerrar sus números de 2022 (estimado en $310.000 millones, descontando los pagos por unos $62.000 millones de deuda que tiene para fin de año, para cuando tiene prevista otra subasta) y cumplir “el compromiso de financiar el funcionamiento del Tesoro sin la utilización de adelantos transitorios del Banco Central”, destacó en un mensaje por Twitter el ministro de Economía, Sergio Massa.
Claro que para lograrlo deberá usar los poco más de $200.000 millones tomados días atrás del Banco Central (BCRA) mediante la venta de Derechos Especiales de Giro (DEG), una operación de ingeniería contable que supone un uso doble o hasta triple de esas divisas, y a la que la administración Fernández ya recurrió en tres oportunidades para hacerse de fondos. Todo eso no hace más que mostrar la magnitud que se espera del déficit en este último mes de 2022.
La subasta se destacó por el aumento que mostró la demanda por los títulos ofrecidos, que se elevó hasta los casi $1,2 billones, monto superior en casi tres veces al mínimo buscado. “Es la presentación de ofertas más grande desde el 2020 a la fecha”, apuntó también al respecto Massa. Eso se reflejó además en el número de ofertas recibidas que llegó a las 1845 presentaciones, casi tres veces más en relación a la última subasta de noviembre.
1. Se presentaron ofertas por 1.2 billones de pesos.
— Sergio Massa (@SergioMassa) December 14, 2022
2. Se aceptaron ofertas por 770 mil millones, superando ampliamente los 412 mil millones que se renovaban.
El resto se rechazaron por no ser ofertas con tasas convenientes.
Pero el grueso de lo colocado son papeles que volverán a vencer entre los próximos 105 a 227 días, es decir, deberían pagarse o refinanciarse antes de que arranque el cronograma electoral que definirá quién encabezará el próximo Gobierno. Esto no es inocuo, porque puede dificultar su rollover (como sucediera otras veces) y porque que en ese lapso ya hay compromisos de pago de deuda asumidos por más de $12 billones.
El salto registrado en la demanda en la jornada fue propiciado por el intenso trabajo realizado en los últimos días por las autoridades de la Secretaría de Finanzas y el propio BCRA para facilitar la colocación, según coincidieron en señalar a LA NACION distintas fuentes del mercado.
“El BCRA estuvo muy activo en las últimas ruedas para comprarles bonos a distintos entes públicos, para dotarlos de la liquidez necesaria para que pudieran hoy cargar ofertas de compra”, explicó un operador. Incluso la consultora 1816, en un informe, consignó una transacción por $25.000 millones concretada anteayer del TV23, un bono vinculado a la variación del dólar, “realizada al precio al que compraba el Central en el secundario”, detallaron allí.
Eso, sumado a recompras de Letras ajustables por CER (Lecer) por $75.000 millones concretadas en ruedas anteriores, “le dio salida a entidades públicas por un monto de alrededor de $100.000 millones, imaginamos que con el objetivo de ayudar en esta subasta”, agregaron, aclarando que se trataba de una hipótesis pero que los consultados dieron por muy fiable.
Además, hubo negociaciones con importadores, de las que surgió el bono exclusivo para ellos con ajuste al tipo de cambio oficial (dollar-linked) por vencer el 28 de abril, pero que devuelve capital en tres cuotas consecutivas mensuales desde el 28 de febrero (calzado con las SIRA aprobadas a plazo) y el regreso de una Letra ajustable por inflación (Lecer) luego de cuatro licitaciones consecutivas sin ofrecer dicha clase de instrumento.
Y a eso se sumó la liquidez extra que genera el dólar soja II. “De hecho, septiembre fue el mes en el que más recursos tomaron del mercado local de deuda. Aunque ahora la expansión por compras bajo el nuevo esquema es menor que en ese entonces, sin duda suma”, apuntaron desde Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Las tasas puras convalidadas fueron del 69% nominal anual para el cortísimo plazo y del 87,01% al 88,9% para las Letras a Descuento (Ledes) colocadas y por vencer dentro de tres meses y medio y cuatro meses y medio, en línea con las que se vienen aceptando en el último mes.
Precisamente esos instrumentos a mediano plazo fueron los más demandados: el 38,4% fue dirigida a la Lede por vencer a fin de marzo cuya tasa efectiva anual (TEA) se ubicó en 117,4% y el 16,03% a la que caducará a fin de abril cuya su TEA cae al 116%.
Las pactadas para instrumentos con capital garantizado por ajuste por inflación (CER) se dispararon al 4%, mostrando que persisten dudas con esos instrumentos, y las correspondientes a ajustes con el dólar oficial fueron del 0% al 3,52%. Por último, la tasa del bono a cinco años que los bancos usan para constituir encajes fue del 48,75% nominal anual.
“Del total de financiamiento obtenido, el 62% estuvo representado por instrumentos a tasa fija, el 1% a tasa variable, y el 37% restante a instrumentos indexados, entre ellos el 20% indexado por CER. Y el 17% indexado por el tipo de cambio oficial. Asimismo, el 99% correspondió a instrumentos con vencimiento en 2022 y 2023, y el 1% restante a instrumentos con vencimiento en 2027″ , detalló luego el Ministerio de Economía.
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