El gobierno de Macri empieza a imponer su sello y deja atrás políticas del pasado
El 2015 fue el año de la transición política en la Argentina. Un partido nuevo, moderno y con poco despliegue territorial logró imponerse al peronismo, la fuerza dominante de la política argentina. Este 2016 tiene hasta ahora el sello de la transición económica. Lentamente, se va dejando atrás una década signada por un gobierno populista -e incrementalmente autoritario- como el de los Kirchner. A diferencia de otras veces en nuestra historia, este cambio se logró evitando una crisis política, social y económica. No es poco.
En sus primeros diez meses, el gobierno del presidente Mauricio Macri ha conseguido diversos logros en materia política y económica: un drástico giro en la política internacional, el nombramiento de dos respetados nuevos miembros en la Corte Suprema, el restablecimiento de estadísticas nacionales creíbles, el fin del conflicto con los holdouts y el levantamiento de restricciones y trabas económicas son sólo algunos de los más importantes.
Estas medidas se implementaron en un escenario político plural, deliberativo y democrático al que los argentinos estábamos pocos habituados. El Gobierno debió generar acuerdos con gobernadores, legisladores y sindicalistas, lo que en definitiva da cuenta del surgimiento de nuevos liderazgos justicialistas dispuestos a negociar y colaborar de forma constructiva. La Argentina necesita mucho más que normalizar su situación, requiere profundos cambios institucionales, económicos y sociales para lograr transformarse en un país más justo y moderno. Es un desafío que solo podrá superarse en un contexto de crecimiento económico y acuerdo político. Los próximos años pueden brindar esas condiciones.
El mini-Davos que tuvo lugar la semana pasada en la Ciudad de Buenos Aires constituye un paso importante desde lo real y lo simbólico para los objetivos del gobierno de Macri. Por un lado, el Foro de Negocios de Inversiones le permitió al Gobierno retomar el control de la agenda pública, que desde hace semanas se movía al ritmo del aumento de tarifas y la postergada reactivación económica. Esta semana, "el tema" de la política argentina es todo lo que acontece en el CCK entre los principales funcionarios del gobierno y los inversionistas globales. Por otro lado, el Foro permite ir avanzando en la reinstalación de la Argentina en el mundo. Mucha tinta y horas de televisión de los medios extranjeros contribuyen a recordarles a los inversionistas internacionales que en la Argentina se abren nuevas oportunidades de negocios e inversiones. Finalmente, el Foro contribuye sustantivamente a la narrativa del macrismo. El vocabulario del nuevo tiempo económico (inversión, innovación, productividad, infraestructura, negocios) reemplaza a los vocablos característicos del kirchnerismo (cepo, consumo, subsidio, protección, retenciones), cimentando el cambio cultural que Macri considera indispensable para el éxito argentino.
El autor es director de Poliarquía