"El gas no convencional es una solución para la demanda de energía"
El premio Nobel de Física Carlo Rubbia dice que los combustibles alternativos pueden dar una buena respuesta ante un gran requerimiento energético mundial
LINDAU, Alemania.- Todos los años, los ganadores del Nobel de determinadas disciplinas se reúnen con cientos de jóvenes científicos de todo el mundo para compartir clases, discusiones, weisswurst (salchicha blanca, típica del estado alemán de Bavaria) y cerveza en un ambiente relajado en el verano boreal de la isla de Lindau, en el lago Costanza, al sur de Alemania. Esta semana le tocó el turno a la física, pero uno de los 29 Nobel que se juntaron con 400 jóvenes de 80 países se salió del libreto de la actualidad de la ciencia dura, de los neutrinos, las ondas gravitacionales y la mecánica cuántica, que tanto está cambiando la computación, y abordó la cuestión sobre el futuro de la energía en el mundo. Fue el italiano Carlo Rubbia, que ganó el galardón en 1984 por sus hallazgos en la prestigiosa Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN, según sus siglas en inglés).
"Una de las mejores soluciones disponibles para satisfacer la demanda de energía consiste en la habilidad para desarrollar económicamente los recursos de gas no convencional", dice Rubbia en una entrevista con LA NACION en una sala de reuniones del Stadttheater (Teatro Municipal). "América del Norte y latina, la India y China tendrán acceso barato y abundante al gas y el petróleo de esquisto (shale), mientras Europa permanece quieta", agrega el actual director científico del Instituto para los Estudios Avanzados sobre Sustentabilidad, en Potsdam, cerca de Berlín. Lo hace mientras muestra un mapa de los recursos mundiales de shale gas, incluidos los de Vaca Muerta. La Argentina está segunda en el ranking mundial de recursos de este tipo, sólo detrás de China, según datos de 2015 del gobierno de Estados Unidos.
Rubbia fue director del Ente de Energía y Ambiente de Italia entre 1999 y 2005, cuando lo despidieron por criticar al entonces primer ministro de su país Silvio Berlusconi, por la "humillación" que sufría la investigación científica en su tierra. Después fue contratado como principal asesor científico del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España, pero en 2010 con la crisis y el ajuste en este país se mudó a Alemania. Aquí las autoridades se han fijado el objetivo de consumir sólo energías renovables a partir de 2050. En la actualidad representan el 33% de la matriz energética. En la Argentina, sólo el 1% y una ley de 2015 establece que deberán llegar al 20% en 2025.
"Las energías renovables son una solución buena, están creciendo, pero la pregunta es a qué ritmo. En los próximos 15 años, dice la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las renovables van a aumentar, pero no mucho. Entonces, ¿qué va a pasar con los combustibles fósiles? Por supuesto que los fósiles son un gran problema por la tremenda emisión de dióxido de carbono, los cambios climáticos, que está volviéndose realidad para todos, no sólo para los expertos. Ante ese contexto debemos hacer un mejor uso de los fósiles", opina este físico de 82 años, ex profesor de Harvard y ex asesor de la ONU y la Unión Europea.
"¿Podemos hacer algo? Yo soy un científico, por eso me gusta desarrollar la investigación de nuevos caminos para usar mejor los fósiles. El peor de los fósiles es el carbón, que provoca un gran daño al medio ambiente. Ciertamente, el gas natural es mucho mejor. El desarrollo en Estados Unidos de gas no convencional en los últimos 20 años nos indica que lo correcto es mejorar el uso de gas natural. Estados Unidos está reduciendo el consumo de carbón por el aumento de producción de gas natural. Es una buena señal en la dirección del camino. El shale gas es posible en Texas y otros estados de Estados Unidos, y ahora el costo del gas natural es mucho más barato que en Europa", destaca Rubbia.
Claro que, por su impacto en el medio ambiente, la técnica para extraer el gas de esquisto, el fracking, ha sido prohibida en Alemania, Francia, Escocia, Irlanda del Norte, Bulgaria, Rumania, Sudáfrica y algunos estados o municipios de Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, España, Suiza y la Argentina. "Estoy de acuerdo en que hay ciertas reservas que la gente está expresando sobre el uso de este tipo de gas en países como Polonia o Francia, porque son lugares muy densamente poblados", observa el Nobel italiano, que, además, desarrolló la tecnología de un reactor nuclear que él considera más limpio, barato y seguro. "Mucha gente dice que si acá se hace fracking provocará tal o cual problema. Pero en Estados Unidos hay mucho espacio. Su experiencia está siendo extrapolada a China, que está en una situación muy difícil porque consume un volumen increíble de carbón. Pero en Europa tenemos otras soluciones que nos hacen felices. Como somos ricos, quizá sea mejor ir a comprar el gas natural de Siberia, Medio Oriente o Nigeria, y hacerlo cruzar 7000 kilómetros", sonríe Rubbia.
"En el largo plazo la pregunta es si se puede eliminar totalmente la emisión de dióxido de carbono en la producción de gas natural", aclara el físico. "El gas natural tiene cuatro átomos de hidrógeno y uno de carbono. Si se puede apartar el carbono como un material sólido, entonces el hidrógeno será perfecto, porque te puede dar agua, es fuente de energía y todo el mundo está contento con eso. En Alemania hicimos experimentos en los que tomamos burbujas de gas natural, lo llevamos a líquido a temperaturas que no son imposibles de alcanzar y al final del proceso las burbujas se dividen, el carbón va a la superficie y se puede separar. ¿Es factible? En el laboratorio hemos tenido éxito. ¿Es económico? Es un sistema relativamente simple, competitivo, incluso si se descarta el uso del carbón, que puede utilizarse para la producción de neumáticos o de materiales para las Ferrari y la construcción de casas y rutas, por ejemplo. ¿Se puede hacer un sistema industrial con cantidades grandes y eficiente para que la tecnología pueda usarse? Creo que sí. Hay muchas fuentes de gas natural, convencional y no convencional, en los próximos siglos, y son baratas", expone el científico.
Otra alternativa energética radica en el desarrollo del hidrato de metano. "Es otra gran combinación de agua y gas natural que está en los océanos", muestra otro mapa mundial del recurso, incluida las aguas frente a la provincia de Buenos Aires. "Hay grandes cantidades de materiales orgánicos que caen al fondo del agua en los océanos, como peces y plantas, y eso tarde o temprano se convierte en metano. La cantidad de hidrato de metano disponible es quizá 30 veces más que otras fuentes de gas natural. ¿Es complicado sacarlo del océano? No es más complicado que excavar otras cosas en el fondo del océano y no trae los mismos problemas que el shale", dice el Nobel italiano y propone esta opción para los mares europeos.
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