El futuro del cobre desconcierta al mercado
HONG KONG—A menudo se afirma que los precios del cobre son un barómetro confiable de la salud de la economía global. El problema es que las personas que siguen de cerca el desempeño del metal están marcadamente divididas sobre su condición.
El precio al contado del cobre en la Bolsa de Metales de Londres acumulaba al lunes una caída de casi 11% desde el inicio del año. De todos modos, el metal ha repuntado tras tocar un mínimo de cinco años el 29 de enero y registra un alza desde entonces de 4,9% a US$5.657 la tonelada.
Las fluctuaciones en los precios se han visto reflejadas en las acciones de los grandes productores de cobre. Los títulos de Antofagasta PLC, con sede en Chile pero que cotiza en Londres, descendieron 13% en enero, pero se han recuperado desde entonces. Las acciones de la minera de cobre estadounidense Freeport-McMoRan Inc. acumulaban el viernes un declive de 8,9% desde fines del año pasado, mientras que las del gigante suizo de materias primas Glencore PLC habían retrocedido 2,2%, tras alcanzar a finales de enero su punto más bajo desde su salida a bolsa, en 2011.
Los vaivenes del metal han dejado a los analistas inusualmente polarizados sobre la dirección de los precios.
Algunos les echan la culpa a los especuladores, una clase de inversionistas que a menudo sale a colación cuando los precios de los commodities empiezan a oscilar marcadamente. Estas personas sugieren que el cobre se seguirá recuperando ahora que las festividades del Año Nuevo Lunar en Asia han concluido. La demanda tiende a repuntar cuando los compradores asiáticos regresan a trabajar. Otros piensan que la creciente producción cuprífera a nivel mundial y el debilitamiento del consumo mantendrán los precios bajos este año.
"Hay mucho debate sobre qué parte del reciente descenso del cobre corresponde a los fundamentos (de la oferta y la demanda)", señalaron los analistas de Goldman Sachs en un reciente informe. "Somos de los que creen fervientemente en que han predominado los fundamentos, impulsados por un crecimiento lento de la demanda, un aumento de la oferta refinada por encima de la tendencia, y la deflación de costos".
Goldman estima que una señal clave de que la debilidad del cobre se justifica es el alza de los inventarios del metal refinado en Chile, el mayor productor cuprífero del mundo. Los stocks de cobre aumentaron allí en hasta 170.000 toneladas en el segundo semestre de 2014 para alcanzar sus máximos niveles en más de una década, exceptuando un breve período en 2013, estima el banco de inversión estadounidense.
Tomando en cuenta los inventarios en otras partes del mundo, esto implica que la producción anualizada de cobre se encuentra en torno a unas 500.000 toneladas por encima de la demanda, estima Goldman. La cifra equivale a alrededor de 2% de la producción anual de cobre refinado.
Goldman no es el único que pronostica un exceso del metal en 2015. El Grupo Internacional de Estudios del Cobre, que abar-ca a países productores y consumidores del metal, proyecta que la demanda de cobre crecerá este año, aunque apenas 1,1%. La producción, en tanto, aumentará 4,3%, liderada por incrementos en África, Asia y Norteamérica, lo que dejará un superávit de 393.000 toneladas para fin de año, el primer saldo anual positivo desde 2009, prevé la entidad.
Los pronósticos de la producción de cobre se han equivocado anteriormente. Commerzbank AG indicó en un informe que la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) ha dicho que el país planea producir seis millones de toneladas de cobre este año, lo que constituiría un aumento de 4,5%. Sin embargo, el banco recalca que la producción chilena ya ha estado por debajo de los pronósticos de Cochilco. Los precios bajos, asimismo, podrían llevar a Chile a producir menos este año, apuntó Commerzbank.
"El cobre se sobrevendió en comparación con el resto de los metales base y es por eso que se ha recuperado con bastante rapidez", asevera Helen Lau, analista de metales de Argonaut Ltd., quien agrega que la caída del mes pasado fue provocada por operadores especulativos que apostaron a que el pronunciado declive en los precios del petróleo afectaría la producción industrial, lo que a su vez reduciría la demanda del metal.
La mayor caída del cobre en una jornada durante este año, que tuvo lugar el 14 de enero, ocurrió mayormente durante las horas de negociaciones en Asia, una señal, según algunos, de que los inversionistas de la región están haciendo grandes apuestas cuando los mercados son menos líquidos con la esperanza de embolsar grandes ganancias. Los datos de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de Estados Unidos muestran que las apuestas a un descenso de los precios del cobre han superado las que anticipan aumentos durante 21 semanas.
"Nos parece que este pesimismo entre los participantes del mercado es exagerado y prevemos que los precios se recuperarán considerablemente en cuanto cambien las tendencias entre los inversionistas financieros especulativos", vaticinó Commerzbank.
También están surgiendo señales de que la demanda de cobre de China está en alza. La prima que se está pagando por el metal en el mercado de Shanghai por encima del precio de Londres ha subido a alrededor de US$85 la tonelada frente a US$75 a fines de enero, aunque se mantiene lejos de los US$160 registrados alrededor de esta fecha el año pasado.
Se prevé que la Oficina Estatal de Reservas de China empiece pronto a comprar cobre. El organismo, que mantiene inventarios de metales como materiales estratégicos, tiende a buscar oportunidades de compra cuando los precios caen, dicen operadores y analistas. La entidad no divulga sus compras, pero se cree que acumuló cantidades de metal en marzo pasado, cuando los precios alcanzaron un mínimo de cuatro años.