Lo que viene en materia de aviones, peajes, seguros y el avance del ridesharing
Ejecutivos de la industria aeronáutica, de seguros, peajes y transporte de pasajeros privados, conversaron sobre las nuevas tendencias de los usuarios para trasladarse
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“El futuro en movilidad del que se habla ya lo estamos viendo hoy”, coinciden ejecutivos y referentes del sector. Los cambios de tendencias en el transporte que se da en las ciudades obliga a las empresas a repensar nuevas unidades de negocios para acompañar a los usuarios. La sustentabilidad y la optimización de los tiempos son los dos nuevos pilares.
Durante el panel “La importancia de los accesos, seguridad vial y los nuevos modelos de negocios”, en el evento “Movilidad: los desafíos de una era autónoma y sustentable” organizado por LA NACION, los representantes de las firmas más relevantes vinculadas al transporte conversaron sobre los cambios que transitan y los desafíos que aún quedan por delante.
En las autopistas de la Ciudad de Buenos Aires están desapareciendo las cabinas manuales de peaje. En 2015 se empezó a migrar al sistema de TelePASE, para que a los automóviles se les abra automáticamente la barrera al leer su patente y su TAG, y se les cobre a través de otros medios de pago. Este año, aunque todavía sigue la migración al sistema, se estableció la obligatoriedad de los TelePASE, herramienta que el 85% de los usuarios tiene incorporado.
La adopción fue rápida por parte de los usuarios, sobre todo durante la cuarentena. De 2015 a principios de 2020 había un millón de adheridos en todas las autopistas del país. En el último año se sumó otro millón. “Lo que más quiere la gente es tiempo para hacer las cosas que a cada uno le gusta, no estar parado en las cabinas manuales. Ahora pasás fluidamente, seguís con tu viaje, y eso se valora”, consideró Carlos María Frugoni, director general de AUSA.
Más allá de una mayor eficiencia en el tiempo de viaje del usuario, el sistema recoge datos que le permiten a la compañía tomar decisiones. Más de 800.000 autos transitan las autopistas diariamente, unos 200 millones al año. A través de big data, el objetivo de AUSA es poder conocer los horarios pico, datos de entrada y salida de los automóviles y las zonas más congestionadas. “Tendemos a un sistema inteligente de seguimiento de activos, para planificar la repavimentación, cambio de luminaria, seguridad de alambrado. Es un sistema predictivo, es decir, no reacciona ante un accidente, sino que los evita”, explicó.
El mundo de los seguros también cambió. Es el caso del Grupo San Cristóbal, que en el último tiempo sumó nuevas pólizas para adaptarse a los cambios de tendencia. El uso compartido del auto, las micromovilidades (como bicicletas y monopatines), los conductores privados (como Uber) y la utilización de distintos vehículos en un mismo día, son algunos de ellos.
“Está cambiando muchísimo la movilidad y la industria aseguradora tiene que acompañar estas nuevas modalidades que se van a asentar en el futuro. Llevar salud financiera, tranquilidad”, apuntó Diego Guaita, CEO de San Cristóbal. Sin embargo, para el ejecutivo todavía resta que los usuarios tomen una mayor consciencia, sobre todo aquellos que se inclinan por las micromovilidades. El año pasado se vendieron 1,5 millones de bicicletas y, si bien el crecimiento de las pólizas para este tipo de transporte ha ido de manera creciente, los números no acompañaron la explosión de ventas que hubo.
Durante el año de la pandemia, las aerolíneas transitaron la peor crisis de su historia. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la industria perdió más de US$118.000 millones de ingresos a nivel global. “Las aerolíneas tienen negocios de muy alto costo, con baja rentabilidad. En 2019 la rentabilidad había sido cercana al 3%, esos son US$28.000 millones”, comparó Mauricio Sana, CEO de Flybondi.
Cuando se paralizó la Argentina, en marzo de 2020, Flybondi perdió el 95% de sus ventas. Sin saber cómo evolucionaría la situación epidemiológica, algunos de sus trabajadores sacrificaron entre el 38% y hasta el 50% de su salario de abril a diciembre, la firma devolvió aviones y tuvo que negociar con más de 500 proveedores que se convirtieron en “aliados estratégicos”. A esto se le sumó la incertidumbre de qué pasaría con el Aeropuerto de El Palomar, que finalmente fue cerrado. “Fue un combo muy fuerte a nivel imagen”, agregó, en diálogo con la periodista de LA NACION Carla Quiroga, moderadora del panel.
En diciembre de 2020, la firma volvió a volar. En agosto último la compañía alcanzó el 18% de la participación del mercado argentino y actualmente están volando el 70% de los pasajeros que lo hicieron en 2019. “Es una recuperación muy rápida del sector”, aseguró Sana. En ese sentido, el ejecutivo remarcó la importancia del trabajo articulado con los entes reguladores, y subrayó que la eficacia de la aerolínea depende de los aeropuertos para que les “permitan que un avión vuele 12 horas al día”.
De cara al futuro de la movilidad, el CEO de Flybondi contó que los aviones están destinados a ser más amigables con el medio ambiente. “El trabajo en el corto-mediano plazo es emitir acciones que busquen reducir la emisión de la huella de carbono y compensar la contaminación sembrando árboles. En el largo plazo dependemos de la tecnología, en cambiar los combustibles fósiles por otras alternativas”, indicó.
Con foco en el transporte privado de pasajeros, desde Uber explicaron que la pandemia aceleró algunos cambios relacionados a la movilidad en las ciudades. “Nuestra visión es que el futuro de la movilidad es compartido y en conjunto”, aseguró Elisa Frías, head regional de Operaciones de Uber para la Argentina, Uruguay y Paraguay.
En el último año la compañía lanzó nuevas modalidades e invirtió $200 millones en el país: Uber flash, para fomentar el comercio electrónico en las primeras etapas de la cuarentena; Uber Medics, para trasladar al personal médico. También creó una alianza con Unilever para desinfectar los vehículos y así cumplir con los protocolos Covid-19, se incorporaron los taxis a su flota y llegaron a 17 ciudades más del país.
Los desafíos que restan alcanzar no son pocos. Con la sustentabilidad en el centro, Uber se comprometió a tener cero emisiones para el 2040. “Es una inversión que lleva mucho tiempo”, agregó la ejecutiva, quien remarcó que en otras partes del mundo ya existe Uber Green, que cuenta con autos híbridos. “La idea es construir los lugares y caminos donde queremos vivir y hacer mejorar a las diferentes comunidades”, cerró.
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