El furioso desembarco de Batakis en el Ministerio de Economía y el largo adiós de Guzmán
La flamante titular del Palacio de Hacienda tuvo varias reuniones, su jura en Casa Rosada y un llamado especial; Guzmán dio un discurso para sus trabajadores y mantuvo los argumentos de su sorpresiva renuncia
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Cristina Kirchner tenía razón. Fue un festival, pero de emociones intensas. La incertidumbre económica tras un fin de semana de desmembramiento político se encarnó temprano en las cotizaciones del dólar. En esa vorágine, luego de desayunar, el Presidente posó risueño con la nueva mientras de Economía, Silvina Batakis, mientras paseaba por los jardines de la Quinta de Olivos. Al mismo tiempo, en el Palacio de Hacienda, el clima no podría ser de mayor desazón: allí se multiplicaban abrazos, tristes palmeadas y hasta ojos vidriosos que incluían al ex ministro Martín Guzmán.
“Vieron. Tengo emociones”, dijo con ironía, casi al borde de las lágrimas, el ex ministro de Economía. Los trabajadores lo aplaudieron cuando ingresó a la biblioteca del Palacio de Hacienda para dar su discurso de despedida. “El sábado me tocó tomar la decisión más dolorosa de mi vida, de la cual estoy convencido”, afirmó el ministro, que pidió “ayudar” a Batakis.
En los pasillos del quinto piso, ya más cerca del mediodía, todo era melancolía en su equipo y ojos vidriosos en algunas oficinas que comenzaban a vaciarse. “Fue un acto de responsabilidad”, repetían sus más cercanos sobre su decisión. Traducción: las piedras que ponían Cristina Kirchner y La Cámpora en el camino eran tantas que ya no podía gestionar.
Las versiones allí se reiteran. El ministro le pidió el jueves a Alberto Fernández que cumpla con la promesa que le había hecho un año atrás y despida a los hombres de la vicepresidenta en el área de energía bajo su mando. Hoy, todavía más débil que entonces, Fernández volvió a negarse. En las últimas semanas, los “energéticos” habían paralizado la segmentación tarifaria de Guzmán, el caballito de batalla para mostrar ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) un posible encauzamiento de la enorme bola oficial de subsidios que complica la meta fiscal.
También le había pedido a Fernández el control de la mesa de dinero del Banco Central. Para él, Pesce se había demorado en salir en ayuda de los bonos del Tesoro, lo que complicaba el endeudamiento en pesos y obligaba al ministro a pedir más emisión. Guzmán no pidió la cabeza de la entidad monetaria, pero sí cambios que tampoco llegaron. Así cayó su renuncia.
El fin de semana, ya con su carta publicada en Twitter, Guzmán habló varias veces con Fernández. Incluso fue consultado sobre su posible reemplazante. Dio el visto bueno a Emmanuel Álvarez Agis y también a Marco Lavagna. Ninguno terminó siendo el elegido.
El desembarco
Cerca de las 13, Batakis llegó ayer al Ministerio de Economía y se reunió con Guzmán. Estuvo también Pesce. Se trataron los “temas pendientes” que deja Guzmán, entre ellos, la negociación con el Club de París y el contacto con el FMI, que seguirá estando bajo la supervisión de Sergio Chodos. Batakis reemplazará a todos los secretarios. Sin embargo, todavía no tenía ni siquiera el nombre de un encargado para la prensa. La ayudaban desde el Ministerio del Interior que conduce Eduardo De Pedro. Curiosamente en esa cartera algunas de sus decisiones las iba comunicando un “Basualdo”. Ironías del destino.
A pesar de que ya era un hecho desde el sábado, en las últimas horas se conoció además la renuncia de Santiago López Osornio, el asesor de Guzmán en cuestiones energéticas y padre de la segmentación de tarifas, que seguiría en pie. El secretario de Comercio, Guillermo Hang, aún sigue en su cargo. Hang, que iba a pasar a depender del Ministerio de Economía, todavía depende formalmente –no hubo decreto- de Desarrollo Productivo (Daniel Scioli).
“Batakis y Pesce también compartieron la importancia de seguir trabajando en un programa fiscal sustentable y de acumulación de reservas y el soporte del BCRA al precio de los títulos y letras del Tesoro”, dijeron en un comunicado del Central. “Los funcionarios remarcaron la relevancia de ambos procesos en la hoja de ruta trazada por el Gobierno nacional para garantizar la estabilidad de la economía. La reunión también permitió abordar aspectos referidos al impacto en el mercado cambiario de la política energética y evaluar las medidas instrumentadas para optimizar el sistema de pagos de las importaciones”, aclararon cerca de Pesce.
Los encuentros terminaron y cerca de las 16, Batakis cruzó a la Casa Rosada y tuvo una nueva charla con el presidente Alberto Fernández. Una hora después se llevó a cabo la jura. Duró cuatro minutos. Apenas terminó, Guzmán se fue a La Plata a ver a su familia. Ya había vaciado su oficina. A ese mismo despacho, cerca de las 18, llegó Batakis escoltada por Scioli y también por Pesce. “Fue una reunión de trabajo para coordinar desde el primer día la agenda de trabajo productiva con eje en fortalecer la industria nacional y el trabajo argentino”, contaron cerca de la creciente figura de Scioli.
Cristina Kirchner no fue a la jura de Batakis, pero habló con ella, según contó la ministra en televisión. A ese llamado se sumaron los apoyos públicos a la nueva ministra de parte de Juan Grabois, Fernanda Vallejos y Roberto Feletti, entre las figuras de buena sintonía con la vicepresidenta.
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