El Fondo dijo que la estrategia económica de Macri fue “demasiado frágil” y la deuda debió reestructurarse antes
Es la primera explicación formal sobre los motivos que llevaron al fracaso del plan de Macri para restaurar la estabilidad tras la corrida cambiaria de 2018
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El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que el programa económico de Mauricio Macri –que fue respaldado con el mayor préstamo en la historia del organismo– tuvo una estrategia “demasiado frágil” para encarrilar una economía plagada de problemas, y fracasó por un cóctel explosivo de desaciertos, falta de apoyo, restricciones y errores de diagnóstico, en el que sobresalen dos: un “espacio político limitado” para implementar reformas estructurales, y el rechazo de la administración macrista a reestructurar la deuda y restaurar el “cepo” para fortalecer el plan.
“En última instancia, la estrategia del programa resultó demasiado frágil para los desafíos estructurales profundamente arraigados y las realidades políticas de la Argentina”, indicó el Fondo.
Al filo de la Navidad y antes de bajar la persiana hasta el próximo año, el Fondo finalmente develó su “autopsia” de la política económica del gobierno de Cambiemos –ahora, Juntos por el Cambio– en un extenso informe de 132 páginas que fue difundido tras ser aprobado por el Directorio Ejecutivo del organismo en una reunión en Washington.
Ese informe, llamado Evaluación Ex-Post, ofreció la primera explicación formal del Fondo sobre los motivos que llevaron al fracaso del plan de Macri para restaurar la estabilidad de la economía luego de la corrida cambiaria que se desató a fines de abril de 2018. Es un análisis que el Fondo Monetario realiza para los préstamos de “acceso excepcional”, cuyo monto está por encima del límite normal al que puede acceder un país, tal como ocurrió con el Acuerdo Stand-By (SBA, según sus siglas en inglés) que obtuvo la administración macrista. El Fondo ya ha realizado este tipo de evaluaciones para otros países que recibieron una asistencia elevada, como Ucrania, Portugal, Grecia o Irlanda.
Ahora defenestrado, el préstamo que recibió la Argentina en junio de 2018 fue el más grande en la historia del organismo, y recibió el apoyo del board, controlado por las potencias del G7. El programa original, de 50.000 millones de dólares se amplió a unos meses después a 57.000 millones de dólares, de los cuales el gobierno de Macri tomó alrededor de 44.000 millones.
Las razones del fracaso del programa con el Fondo han sido motivo de fuerte debate en la Argentina, y el informe, que el Fondo mantuvo en reserva hasta hoy, era ampliamente esperado. El Frente de Todos fustigó con dureza la política de endeudamiento y el ajuste aplicado por el macrismo, mientras que Juntos por el Cambio culpó al kirchnerismo por la herencia recibida, y la falta de respaldo político para encarrilar la economía. Más allá de esa discusión, lo cierto es que el plan nunca logró recuperar la confianza de los mercados en el “gradualismo” –la gran apuesta inicial del FMI y el gobierno de Macri–, y nunca frenó la estampida de inversores y ahorristas, que se terminó por llevar puesto al dólar, y, en última instancia, a Macri.
El informe describe un programa frágil, agobiado por defectos, y a un gobierno débil sin margen de acción en un contexto político adverso para enarbolar soluciones.
“Las líneas rojas de las autoridades se sumaron a las limitaciones en las políticas”, indicó el trabajo. “Además, restaurar verdaderamente la confianza hubiera requerido no solo mejorar las finanzas públicas, expandir la base de exportaciones y abordar otros desafíos estructurales, sino también demostrar que las reformas para estos fines serían duraderas, un desafío complejo dada la historia y la política económica de la Argentina”, agregó.
El informe, realizado por un economista noruego Odd Per Brekk, el número dos del Departamento del Asia y el Pacífico del Fondo, detalló una larga lista de motivos que terminaron por aniquilar el SBA, y que han llevado al Fondo a insistir, ahora, en que un pilar central para el éxito del nuevo programa que negocia el Ministro de Economía Martín Guzmán debe ser no solo que el plan sea del Gobierno, sino que además cuente con un fuerte consenso político.
“En particular, la apropiación debe entenderse en un sentido social más amplio, especialmente cuando un gobierno tiene un apoyo político frágil”, remarcó el Fondo.
Deuda y cepo
Una de las críticas sobresalientes del informe a la gestión macrista, bienvenida por el Gobierno, apunta a una decisión central de la política económica del gobierno de Cambiemos: apostar al ajuste fiscal y el control del dólar sin reestructurar la deuda ni restaurar el “cepo”. La Argentina, sugiere el informe de Brekk, debió renegociar con los acreedores y colocar controles de capitales antes de las elecciones primarias de 2019, que marcaron un giro político, y desataron el último y más brutal azote de los mercados que terminó de aniquilar el plan. Forzado por la realidad y sin más opciones, el gobierno de Macri anunció ambas medidas luego de la derrota electoral.
“Se entendió bien que el programa era de alto riesgo: desde el principio, se evaluó que la deuda pública era “sostenible pero no con alta probabilidad”. Dada esta evaluación, una operación de deuda temprana, combinada con la reintroducción de medidas de gestión de los flujos de capital, podría haber generado un programa más sólido”, indicó el informe.
“Es importante destacar que las autoridades descartaron una operación de endeudamiento y la reintroducción de medidas de gestión de flujos de capital, y no hubo un “Plan B” acordado con las autoridades desde el principio”, agrega luego el trabajo.
La inflación
Brekk también dedicó un tramo de su análisis a la lucha contra la inflación, que bajó mucho más lento de lo que habían anticipado el Fondo y el equipo económico de Macri, liderado por Nicolás Dujovne, al frente del entonces Ministerio de Hacienda, y Guido Sandleris, en el Banco Central. Brekk indicó que las metas del plan fueron muy optimistas.
El informe deja en claro la hercúlea tarea que demandará enfriar los precios. La tenaza que aplicó Sandleris, señaló el informe, tuvo “un efecto limitado sobre la inflación”, y la política monetaria no fue lo suficientemente robusta para “el desafío de la dolarización y la indexación extendida”. La inesperada devaluación del peso jugó un “papel fundamental” por el traslado a los precios, a lo que además se suma la inercia inflacionaria.
El economista noruego también hizo hincapié en la decisión de esquivar reformas estructurales, una estrategia que su informe revela que la administración de Macri planeaba intentar poner en marcha luego de las elecciones generales, con la expectativa de un triunfo que nunca llegó.
“La administración juzgó que apuntar a reformas estructurales extensas correría el riesgo de convertir al programa en rehén de su frágil posición en el Congreso –se esperaba que tales reformas se agregaran a la agenda política y a la SBA después de las elecciones generales– y no buscó construir una coalición más amplia en apoyo de las reformas o el programa en general”, indica el trabajo.
Las elecciones primarias de agosto de 2019 propinaron el golpe mortal a un programa que el informe de Brekk deja en claro que nunca logró hacer pie.
“En la práctica, esto marcó el final del programa, con solo cuatro de las doce revisiones previstas completadas”, señaló.
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