En medio de la campaña, el FMI vuelve a reclamar un plan económico “sólido y creíble”
“Este plan tiene que estar anclado en fortalecer decididamente las finanzas públicas”, dijo Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental
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WASHINGTON.- Luego de respaldar durante casi dos años el programa económico del gobierno de Alberto Fernández, el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a pedir ahora un plan “sólido y creíble” para encarrilar la economía, un mensaje sacado del archivo de declaraciones del organismo sobre la Argentina que marca el camino hacia una nueva negociación con la administración que asuma el próximo 10 de diciembre.
El director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, dijo en una conferencia de prensa en Marruecos durante la reunión anual del Fondo y el Banco Mundial que la Argentina enfrenta “desafíos muy importantes”, incluidos una inflación “muy alta y creciente”, baja cobertura de reservas y una situación social delicada, y debe tener un plan arraigado en un ajuste fiscal profundo.
“Para abordar estos desafíos y salvaguardar la estabilidad se requiere un plan macroeconómico sólido y creíble, e idealmente respaldado políticamente por una mayoría fuerte. Este plan tiene que estar anclado también en fortalecer decididamente las finanzas públicas y al mismo tiempo proteger a los más vulnerables del país”, dijo Valdés al responder preguntas sobre la Argentina.
El reclamo del FMI es calcado al pedido que surgía desde el organismo antes de que se diseñara el programa vigente con el organismo que negoció, primero, Martín Guzmán, y luego reformuló en varias ocasiones el ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo, Sergio Massa. El Fondo respaldó sucesivamente ese plan del gobierno nacional, muy criticado por su laxitud, durante los últimos dos años, aun ante los desvíos en las metas acordadas con la Argentina.
Valdés evitó responder una pregunta en la conferencia de prensa respecto de si creía que los últimos programas del Fondo habían sido un fracaso. El acuerdo actual está virtualmente caído en medio de la incertidumbre inherente a la campaña presidencial, el “plan platita” que puso en marcha Massa, que terminó de descarrilar el cumplimiento de las metas previstas para este año, y el profundo deterioro que ha mostrado la economía argentina desde que se aprobó el último desembolso, luego de las elecciones primarias. En Washington esperan el fin del proceso electoral para encarar una nueva negociación con el próximo gobierno en lo que se perfila como una transición política profundamente compleja. Valdés dijo que están “listos” para esa etapa.
“Nos hemos involucrado con los equipos económicos de los candidatos y estamos listos para intensificar nuestro involucramiento en el futuro para comprender mejor sus planes políticos. En esta etapa, cuando nos involucramos es básicamente para escuchar sus opiniones, no es que estemos discutiendo nada en esta etapa del ciclo electoral”, remarcó.
Valdés reiteró los reparos del Fondo respecto de la dolarización que propone el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, al señalar que existen “precondiciones muy importantes” para una implementación exitosa, y la reforma no es un sustito de una política macroeconómica sólida.
Al presentar su panorama para América latina y el Caribe, el Fondo subrayó que la inflación baja al excluir dos países: la Argentina y Venezuela.
El Fondo proyecta que la inflación en América Latina y el Caribe, excluyendo a la Argentina y Venezuela, los dos únicos países que enfrentan actualmente un alza anual del costo de vida de tres dígitos, descenderá al 5% anual este año y 3,6% el año próximo. El Fondo prevé que la inflación en la Argentina cierre en el 135,7% –el mercado ya la ve en el 180%–, y en Venezuela, en un 250%.
La inflación en la Argentina volvió a subir en septiembre y ya se ubica cerca del 140% anual. Los pronósticos de los economistas privados la ubican cerca del 200% anual a fines de este año, debido a la continúa fragilidad de la economía, signada por la suba en las cotizaciones paralelas del dólar y las perspectivas de un nuevo ajuste del tipo de cambio oficial en los próximos meses.
“A nivel regional, los principales riesgos están relacionados con un posible resurgimiento de las presiones inflacionarias y tensiones sociales acentuadas”, remarcó el Fondo. “Los shocks relacionados con el clima suponen importantes retos a corto y mediano plazo, en especial para la subregión de América Central, Panamá y la República Dominicana, y para el Caribe, sobre todo por su impacto en la emigración”, ahondó.
Tras una recuperación vigorosa después de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, el Fondo ahora proyecta que el crecimiento económico en América Latina y el Caribe se modere de 4,1% en 2022 a 2,3% en 2023, y que permanezca alrededor de esta cifra en 2024. Y también prevé que la inflación converja gradualmente hacia los niveles fijados como meta por los bancos centrales, según la mirada que surge de la edición más reciente del informe “Perspectivas Económicas: Las Américas del Departamento del Hemisferio Occidental”, difundido este viernes en el marco de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial que se realiza en Marruecos.
“América Latina ha enfrentado exitosamente los recientes shocks mundiales y tuvo un sólido desempeño en 2022 y a comienzos de 2023, aunque el crecimiento se está debilitando”, indicó Valdés en su comentario sobre la región. “La desaceleración es el resultado de las políticas más restrictivas adoptadas para contener la inflación y el deterioro del entorno externo, reflejado entre otros aspectos en el crecimiento más lento en los socios comerciales, condiciones de financiamiento externo menos favorables y precios más bajos de las materias primas”, explicó.
El Fondo señaló que “a medida que descienda la inflación y que el crecimiento se desacelere, las autoridades tendrán que calibrar las políticas monetarias cuidadosamente”. Y agregó que “la rápida respuesta de los bancos centrales de la región fue decisiva para controlar la inflación y la mayoría de las instituciones están en condiciones de relajar paulatinamente la orientación restrictiva de sus políticas monetarias, aunque deben permanecer atentas a los riesgos”.
Las perspectivas de crecimiento de mediano plazo para América Latina siguen siendo moderadas. Se proyecta que a escala mundial las economías emergentes y en desarrollo registren un crecimiento de 4,4% en promedio, mientras que se prevé que el PBI de la región se expanda anualmente alrededor de 2,5%, en línea con su promedio histórico antes de la pandemia.