FMI. Oficializan a la búlgara Kristalina Georgieva como sucesora de Christine Lagarde
LA NACION
El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) oficializó hoy la designación de la búlgara Kristalina Georgieva como directora gerente de la entidad. La economista, de 65 años, sucederá así a la francesa Christine Lagarde y será la encargada de continuar con las negociaciones con la Argentina.
La gestión de Georgieva, que tiene mandato por cinco años, comenzará el martes 1° de octubre y su primera tarea formal será encabezar la reunión semestral del Fondo, donde se reúnen todos los jefes económicos del mundo y que se realizará en Washington del 14 al 20 de octubre próximo.
Según informó oficialmente la entidad financiera, Georgieva es la primera persona proveniente de una economía de mercado emergente en liderar el organismo desde su creación en 1944. "Me siento honrada de haber sido seleccionada como directora gerente del FMI. Espero poder unirme al comprometido equipo del FMI para servir a nuestros 189 países miembros. Juntos, trabajaremos para construir economías más fuertes y mejorar la vida de las personas en todas partes", sostuvo en sus redes sociales.
Georgieva fue designada en el cargo por la Junta Ejecutiva del fondo, conformada por 24 miembros que representan a los 189 países miembros del FMI, tras concluir un proceso de selección que se inició el 26 de julio, luego de que Christine Lagarde anunciara que iba a dejar el puesto para asumir como titular del Banco Central Europeo (BCE).
Antes de llegar al FMI, Georgieva se desempeñó como directora ejecutiva del Banco Mundial y fue presidenta interina del Grupo del Banco Mundial. Anteriormente, ayudó a dar forma a la agenda de la Unión Europea y se desempeñó como vicepresidenta de Presupuesto y Recursos Humanos de la Comisión Europea, cargo en el cual supervisó el presupuesto de la Unión Europea de US$175.000 millones y más de 33.000 empleados.
Quién es Kristalina Georgieva
Nacida en Sofía, en 1953, Georgieva tiene un Ph.D. en Ciencias Económicas y una maestría en Economía Política y Sociología de la Universidad de Economía Nacional y Mundial de Bulgaria, donde también enseñó de 1977 a 1991.
Se crió en la Bulgaria comunista y cuando tenía 30 años obtuvo un puesto como profesora de Economía en el entonces instituto universitario de Karl Marx. Tal vez especuló con jubilarse dando clases en ese lugar, pero el desmoronamiento del bloque comunista le dio nuevas oportunidades.
En 1993 se unió como economista ambiental al Banco Mundial, donde trabajó durante 17 años hasta ser nombrada como vicepresidenta y secretaria corporativa en 2008. En este cargo, se desempeñó como interlocutora entre la alta gerencia del Grupo del Banco Mundial, su junta directiva y sus países accionistas.
Georgieva fue requerida por el Gobierno búlgaro para ocupar la cartera de Desarrollo de la Comisión Europea, desde donde ayudó a dar forma a la agenda de la Unión Europea. Se desempeñó como vicepresidenta de Presupuesto y Recursos Humanos de la Comisión Europea, cargo en el que estuvo involucrada en los esfuerzos para abordar la crisis de deuda de la zona del euro y la crisis de refugiados de 2015. Por la enorme caja que debió administrar, ese fue uno de los puestos que mayor visibilidad le dio y desde donde su perfil comenzó a crecer.
Ocupó una serie de otros puestos de alto nivel, incluidos el directora del Banco Mundial para el Desarrollo Sostenible, el de directora del Banco Mundial para la Federación de Rusia, con sede en Moscú, el de directora del Banco Mundial para el Medio Ambiente y el de directora de Medio Ambiente y Desarrollo Social para la Región de Asia Oriental y el Pacífico.
Desde 2017 Georgieva ha sido responsable de gran parte del funcionamiento del Banco Mundial. Como principal ejecutiva, se le adjudica haber suavizado los choques entre Kim y el personal y encabezar las negociaciones con los accionistas del banco para obtener un aumento del capital. Sus buenas relaciones con los socios grandes, como Estados Unidos y China, deberían ser un factor positivo para su gestión en el FMI.
Aunque no tiene tanta experiencia en materia macroeconómica, hay quienes señalan que participó de la evaluación de la realidad fiscal de países mientras estuvo en Bruselas y ayudó a fortalecer el mecanismo de rescate de la Unión Europea.
Como académica, escribió libros de texto que todavía son usados por estudiantes de grado en Bulgaria. También es probable que resulten útiles sus conocimientos de economía ambiental. Masood Ahmed, del Centro para el Desarrollo Global, un espacio de investigaciones, considera que el FMI tendrá que debatirse con el impacto del cambio climático para garantizar la estabilidad macroeconómica y financiera.
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