El FMI, más optimista: mejoró sus pronósticos para la economía global y la Argentina
El organismo presentó sus últimas proyecciones en Singapur y estimó que la baja en el crecimiento podría haber tocado fondo y que la inflación comenzó a ceder; la economía argentina creció un 4,6% en 2022, y el Fondo prevé un 2% de crecimiento este año
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WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que la inflación global ha comenzado a ceder y el freno en el crecimiento parece haber tocado fondo, un escenario que presentó como un eventual “punto de inflexión” y una mejora de la perspectivas sobre la economía global. El FMI también mejoró levemente su pronóstico para América latina, y dijo que la Argentina creció 4,6% en 2022 –medio punto más que su última estimación– y proyectó una desaceleración a un 2% para este año, en línea con el resto del mundo.
El economista Jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, dijo en una conferencia de prensa en Singapur que la mejora de los números del año pasado se debió a una actividad industrial y comercial más robusta de la prevista, y pidió cumplir con las metas del programa argentino con el FMI para bajar la inflación.
“Esperamos algo de desaceleración en los próximos años, así que el crecimiento en 2023 está proyectado al 2 por ciento, esto es igual que el pronostico de octubre [último], es más o menos en línea con lo que esperábamos. Esto es combinación de la desaceleración de la economía global y las políticas de ajuste en el país, monetarias y el ajuste fiscal para controlar la muy elevada inflación que el país está experimentando. En 2022 la inflación estuvo cerca del 100 por ciento”, dijo Gourinchas.
“Creemos que es muy importante que las metas de políticas del programa con el FMI se alcancen, tanto en el lado fiscal como el monetario, que ayudarán a anclar la inflación hacia adelante”, agregó.
La desaceleración de la economía argentina reflejará la desaceleración global. Gourinchas presentó en Singapur la última actualización del Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés), el informe más importante del Fondo, que ofrece las proyecciones de sus economistas para la economía global. Los últimos análisis del organismo multilateral habían dejado una mirada pesimista, al remarcar las dificultades por la salida de la pandemia del coronavirus y la guerra en Ucrania sobre el costo de vida y la actividad.
Pero el mensaje central del último trabajo fue que la ofensiva desplegada por los bancos centrales para controlar la suba de precios está funcionando, y la inflación ha dado claras señales de ceder. El informe también puso paños fríos sobre el riesgo de una recesión al mejorar las proyecciones para este año y el próximo en dos décimas ante “una resiliencia mayor de la prevista en muchas economías”.
Perspectiva menos sombría
“La economía mundial va a desacelerarse este año, antes de recuperarse el próximo año. El crecimiento seguirá siendo débil según los estándares históricos, ya que la lucha contra la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania pesan sobre la actividad”, señaló Gourinchas. “Pese a estos vientos en contra, la perspectiva es menos sombría que en nuestro pronóstico de octubre y podría representar un punto de inflexión, con el crecimiento tocando fondo y la inflación disminuyendo”, remarcó.
El informe del organismo que dirige Kristalina Georgieva afirma que la política monetaria empieza a surtir efecto y comienzan a verse indicios de que el endurecimiento –las subas en las tasas de interés– de la política monetaria está empezando a enfriar la demanda y la inflación, aunque la totalidad del impacto de este giro en la política económica probablemente no se materializará antes de 2024. El nivel general de la inflación mundial parece haber tocado un máximo en el tercer trimestre de 2022, señaló el Fondo.
El Panorama Económico Mundial proyecta que “el crecimiento mundial, que se estimaba que sería de 3,4% en 2022, descenderá a 2,9% en 2023 para después repuntar a 3,1% en 2024″. En comparación con el pronóstico de octubre, tanto la estimación para 2022 como el pronóstico para 2023 son alrededor de 0,2 puntos porcentuales más altos debido a sorpresas positivas y “una resiliencia mayor de la prevista en muchas economías”.
El pronóstico de bajo crecimiento en 2023 se debe al aumento de las tasas de los bancos centrales para combatir la inflación ––en especial en las economías avanzadas–– así como a la guerra en Ucrania. El descenso del crecimiento en 2023 con respecto a 2022 obedece a las economías avanzadas; en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, se estima que el crecimiento tocó fondo en 2022. El Fondo prevé que el crecimiento se reactive en China gracias a la plena reapertura en 2023.
“Las restricciones y los brotes de COVID-19 en China frenaron la actividad el año pasado. Con la economía ahora reabierta, vemos que el crecimiento se recuperará al 5,2 por ciento este año a medida que se recuperen la actividad y la movilidad”, dijo Gourinchas. “La India sigue siendo un punto brillante. Junto con China, representará la mitad del crecimiento mundial este año, frente a solo una décima parte de Estados Unidos y la zona del euro juntos”, agregó.
En América Latina y el Caribe se proyecta que el crecimiento disminuya de 3,9% en 2022 a 1,8% en 2023, con una revisión al alza para 2023 de 0,1 puntos porcentuales desde octubre. La revisión del pronóstico refleja mejoras de 0,2 puntos porcentuales para Brasil y 0,5 puntos porcentuales para México debido a la inesperada resiliencia de la demanda interna, un crecimiento mayor de lo previsto en las economías de los principales socios comerciales y, en el caso de Brasil, un apoyo fiscal superior al estimado. El Fondo Monetario proyecta además que el crecimiento en la región aumente a 2,1% en 2024, si bien con una revisión a la baja de 0,3 puntos porcentuales debido a las condiciones financieras más restrictivas, los precios más bajos de las materias primas exportadas y rebajas en el crecimiento de los socios comerciales.