El FMI le dijo a analistas de Wall Street que en la Argentina no están dadas las condiciones para una estabilización rápida
Ilan Goldfajn, director para el Hemisferio Occidental, encabezó hoy una reunión virtual con analistas económicos y dijo que están trabajando para diseñar un programa “realista y pragmático”, que “no corregirá todos los desequilibrios económicos”; aclaró que lo debe aprobar el Congreso
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Ilan Goldfajn, el economista brasileño que asumió como nuevo director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), tuvo su primer acercamiento con los analistas de bancos de inversión y calificadoras de riesgo de Wall Street que siguen de cerca la Argentina. A menos de cinco días de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunciara un principio de acuerdo con el Fondo, Goldfajn y parte del equipo del organismo trasmitieron en primera persona por videollamada que están trabajando en un programa “realista y pragmático”, admitieron que “no corregirá todos los desequilibrios económicos”, pero que “no están dadas las condiciones para una estabilización rápida”.
Goldfajn estaba acompañado por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, el venezolano Luis Cubeddu, jefe de misión para la Argentina, y Ben Kelmanson, nuevo representante del FMI en el país. Del otro lado de la pantalla lo escuchaban los analistas de calificadoras de riesgos y de algunos bancos de inversión, como Barclays, Goldman Sachs, Citibank, Bank of America y JP Morgan.
Luego de que Guzmán hiciera pública los avances de las negociaciones con el FMI, los economistas querían escuchar de primera mano la visión del organismo y confirmar así que, pese a todos los pronósticos, el Fondo había aceptado diseñar un programa “suave”, como lo calificó uno de los analistas presentes.
Según pudo reconstruir LA NACION de ese encuentro virtual, los economistas del FMI explicaron que el programa tiene tres pilares: el sendero fiscal, la política monetaria y la reforma estructural. Sobre el último punto, en el Fondo señalaron que solo se pidió una reforma de fondo con la política de subsidios a la energía y dejaron de lado las exigencias de reforma laboral, tributaria o previsional.
Cuando se miran los números fríos, los analistas no dudan que las transferencias a la energía es el gasto más ineficiente del Estado y donde el Gobierno tiene más margen para recortar. En los dos años de gestión de Alberto Fernández, debido a la decisión de congelar las tarifas, los subsidios a la electricidad y el gas crecieron de 1,1% del PBI a 2,4%. Sin embargo, en la práctica, se trata de un tema sensible en el kirchnerismo. De hecho, para este año, el ala cristinista del Gobierno ya dio la orden de no aumentar las tarifas más de 20%, cuando la inflación estimada para el año no baja de 50%, según las consultoras privadas.
Según los analistas, el FMI descartó la exigencia de que el acuerdo deba tener consenso amplio, luego de que se les peguntó sobre la resistencia interna en el Frente de Todos tras el rechazo de Máximo Kirchner, pero insistieron en que el acuerdo debe ser aprobado por el Congreso.
“Dijeron que el programa tiene que estar aprobado en el Congreso porque debe cumplir con la ley que impulsó Guzmán de que cualquier acuerdo con el Fondo deba pasar por el Poder Legislativo. Una vez que eso esté, la aprobación en el directorio del FMI es una formalidad, nos dijeron”, indicó uno de los economistas presentes.
El otro gran interrogante es acerca de los tiempos. La Argentina debe pagarle al FMI un vencimiento de casi US$2800 millones el 21 de marzo y no tiene los dólares para hacerlo. En el Fondo indicaron que no hay ningún período de gracia y que por eso era importante que el país se apurara en terminar de negociar el programa, para que luego sea aprobado por el Congreso.
“Nos repitieron varias veces que se estaba negociando un programa doable [cumplible], que quieren evitar el default de la Argentina y que por eso son más permisivos. Eso nos lo dejaron claro. Saben que este acuerdo no va a resolver los problemas del país”, indicó uno de los analistas.
En cuanto a la política monetaria, los economistas del Fondo fueron consistentes con las declaraciones de Guzmán en que no habrá un salto devaluatorio brusco, pero indicaron que se acelerará el crawling peg (las devaluaciones diarias de la moneda) y la suba de tasas reales de interés.
A los analistas de Wall Street les llamó la atención que en el FMI indicaron que los números que dio a conocer el ministro de Economía no son los definitivos y señalaron que todavía se está negociando. Particularmente, la duda que surgió entre los economistas es cómo hará el Gobierno para financiar el déficit de 2,5% de PBI de este año, si solo puede cubrir con emisión monetaria un punto del producto.
En el Gobierno y en el FMI son optimistas en que la Argentina recibirá fondos de otros organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero son temas que todavía se están discutiendo, dijeron en el Fondo.
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