El FMI dijo que la Argentina necesita un alivio en los pagos de la deuda de hasta US$ 85.000 millones
WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional ( FMI) estimó que la Argentina necesita reducir los pagos de la deuda externa durante la próxima década entre 55.000 y 85.000 millones de dólares, según un análisis técnico elaborado a pedido del gobierno argentino, y advirtió que la pandemia del coronavirus es el principal riesgo actual que enfrenta la economía.
La directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, reiteró luego de que se conoció el análisis que "será necesario un alivio sustancial" de parte de los acreedores privados para poder resolver la crisis de la deuda, aunque a la vez abogó por un "proceso colaborativo" para llevar la pronta renegociación a buen puerto, que termine en una "alta participación" de los bonistas.
"Esperamos un proceso colaborativo de compromiso entre la Argentina y sus acreedores privados con miras a alcanzar un acuerdo que exija una alta participación de los acreedores", indicó Georgieva, en un comunicado.
"A medida que continuamos avanzando en nuestro compromiso y trabajo, me gustaría enfatizar que nuestra prioridad es y sigue siendo ayudar a apoyar la recuperación de Argentina con un enfoque particular en aquellos que tienen menos y están más expuestos. En última instancia, nuestro objetivo es allanar el camino para una economía estable y próspera que pueda crear empleos y elevar el nivel de vida en beneficio de todos los argentinos", agregó.
Esa declaración ofreció una nueva señal de respaldo a la visión del gobierno de Alberto Fernández. Un vocero del Fondo confirmó que, luego, Georgieva y Fernández hablaron por teléfono. La conversación duró unos 20 minutos.
A pedido del gobierno argentino, el staff del FMI preparó una nota técnica para brindar su opinión sobre el nivel de alivio que necesita el país en sus pagos a los acreedores para guiar el proceso de reestructuración de la deuda. Georgieva dijo que la nota técnica se diseñó para proporcionar "orientación" sobre la compleja situación de la deuda de la Argentina, al ofrecer la visión del Fondo sobre la capacidad de pago del país.
El informe elaborado por el staff sirve también para tapar dos ausencias de cara a la negociación: un plan económico integral por parte del gobierno argentino, y un programa con el Fondo, un escenario inusual para un canje de deuda. Los bonistas esperaban poder llegar al inicio de la operación con ambos mapas sobre la mesa para tener un horizonte más nítido.
De hecho, el Fondo puntualizó que, dado que las autoridades argentinas "están en el proceso de elaborar el contenido preciso de su agenda de políticas", el marco macroeconómico factible que se tuvo en cuenta para el análisis "está anclado en torno a los amplios anuncios de política de las autoridades" –los lineamientos presentados por el ministro de Economía, Martín Guzmán– y la mirada del staff sobre la futura implementación de un plan.
En esa nota, el Fondo reiteró que la deuda pública es insostenible, y que el superávit primario requerido para reducir el nivel actual de deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto hacia niveles manejables y consistentes con un crecimiento potencial satisfactorio, "no es económica, ni políticamente factible".
El Fondo estimó que la economía argentina caerá otro 2,3% este año, y el gobierno nacional cerrará este año con un déficit fiscal del 1,6% del producto bruto interno (PBI).
"El riesgo clave a corto plazo es la posibilidad de efectos adversos económicos globales y domésticos mucho más grandes y prolongados de la pandemia de COVID-19", remarcó el informe.
Deuda
El informe estima que la deuda bruta del gobierno nacional llegó a US$ 323.000 millones a fines del año anterior. De ese monto, alrededor de 133.000 millones están en manos de acreedores privados, de los cuales unos 73.000 millones son bonistas que poseen títulos emitidos bajo legislación extranjera.
El Fondo estimó que los servicios de la deuda excederán los 30.000 millones de dólares hasta fines de 2023. Para recuperar la sustentabilidad de la deuda, el staff estimó que las necesidades financieras anuales del país –el déficit fiscal, más los pagos por intereses y amortizaciones de capital de la deuda– deben promediar un 5% del PBI hasta 2024, y, en el caso de los pagos de la deuda externa, promediar no más del 3% luego de 2024.
Las necesidades de financiamiento actuales para los próximos cuatro años, según la presentación de Guzmán en el Ministerio de Economía, oscilan entre el 17 y el 22 por ciento del producto.
Con esos números sobre la mesa, y distintos escenarios a la la tasa a la cual la Argentina podría llegar a financiarse en el futuro, el FMI estimó el rango de entre US$ 55.000 millones y US$ 85.000 millones en el cual deberían recortarse los pagos a los acreedores.
Aunque dijo cuánto deberán sacrificar los acreedores, el FMI dijo que la modalidad del canje depende de la Argentina y los bonistas, y sólo se limitó a puntualizar que dijo que "hay muchas combinaciones de parámetros de reestructuración de la deuda" que podrían proporcionar el alivio necesario, incluido quitas al valor nominal, extensiones de vencimiento, períodos de gracia y recortes de tasas de interés.
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