El FMI confirmó la recesión de la Argentina y peores expectativas de crecimiento en la región
El organismo publicó la última edición de su habitual World Economic Outlook; la recuperación de la actividad recién llegaría en 2025, aunque la segunda parte del año debería ser mejor que la primera
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Caída del 3,5% del nivel de actividad este año y rebote del 5% en 2025. Ese es el pronóstico para la Argentina que el FMI confirmó hoy, al publicar las últimas estimaciones del World Economic Outlook (WEO), el informe semestral donde plasma las proyecciones económicas de los países miembros y los principales factores que podrían afectar el crecimiento de corto y mediano plazo.
En rigor, el organismo volcó en este documento los números que ya había oficializado para la economía doméstica en sus más recientes análisis para el país, como los compartidos en el exhaustivo staff report difundido tras la última aprobación del programa de facilidades extendidas vigente.
En los hechos, reflejan el empeoramiento de sus pronósticos con respecto al escenario de 2024: en abril, la edición anterior del WEO, se proyectaba una caída del 2,8% para el PBI este año (una diferencia de 0,7 puntos porcentuales).
Al mismo tiempo, sostuvo en el documento su proyección optimista de desaceleración de la inflación. Luego de alcanzar un 211% interanual en diciembre, según los datos del Indec, el organismo multilateral conducido por Kristalina Georgieva ahora proyecta una inflación de 140% para fin de año.
“La inflación ha estado bajando muy significativamente en la Argentina. Sigue siendo un número alto, pero está disminuyendo bastante rápido gracias a medidas muy fuertes que han sido implementadas por las autoridades del país”, dijo hoy el francés Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.
Fue en la conferencia oficial donde se presentaron formalmente los números del último WEO, en la cual el funcionario del Fondo advirtió por el “plano fiscal” de las medidas ejecutadas para lograr la baja de la inflación.
Pese a la coyuntura que atraviesa la economía local, con una contracción estimada por el Indec del 5,1% interanual en el primer trimestre (2,6% con respecto al último cuarto de 2023, en la medición desestacionalizada), el FMI mantiene optimismo para 2025: para el año que viene el organismo estima una recuperación del 5%, con un cambio de tendencia en la segunda mitad de 2024.
“Hacia finales de este año, esperamos que el impacto de esta contracción fiscal disminuya, que se restablezca la confianza y, básicamente, que la economía nacional se recupere”, dijo en la conferencia de prensa Petya Koeva, subdirectora del Departamento de Investigación del Fondo y funcionaria encargada de liderar los equipos que producen el WEO.
Para la región, el FMI empeoró ligeramente sus proyecciones para 2024 y, a su vez, mejoró sus perspectivas para 2025. Según el WEO, América Latina crecerá en promedio 1,9% este año (en abril se proyectaba un 2%), aunque detalló que si se excluyen de esa estimación a la Argentina y Venezuela, el crecimiento esperado para este año sería del 2,7%.
Para Brasil y México, las dos principales economías de la región, se estima que su nivel de actividad se incrementará 2,1% y 2,2%, respectivamente en 2024.
En cuanto a 2025, la estimación del organismo es de una expansión del PBI del 2,7% en la región. La cifra es 0,2 puntos porcentuales mayor a la esperada en el WEO de abril.
A nivel global, el FMI mantuvo su proyección de crecimiento del 3,2% este año, con mayor dinamismo en los países emergentes (4,3%) que entre las economías avanzadas (1,7%). Entre los primeros, se destacan China (5%) y la India (7%).
Para 2025, en tanto, se proyecta una nueva expansión global, del 3,3% interanual. “La actividad global y el comercio mundial repuntaron a finales de año pasado, impulsados por las fuertes exportaciones asiáticas, sobre todo en el sector tecnológico”, resume el documento.
Entre otros puntos, si bien reconoce menores presiones inflacionarias a nivel internacional, advierte por factores que podrían ralentizar ese proceso. “En las economías avanzadas, las previsiones revisadas apuntan a una ralentización del ritmo de desinflación en 2024 y 2025. Esto se debe a que ahora se espera que la inflación de los precios de los servicios sea más persistente y los valores de las materias primas, más elevados. Sin embargo, el enfriamiento gradual de los mercados laborales, junto con el descenso previsto de los precios de la energía, deberían devolver la inflación general al objetivo a finales de 2025″, concluye el documento.
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