El factor social y las promesas de Trump
Las desigualdades en EE.UU. definieron el giro que dio el país
Distintos factores se conjugaron para dar lugar al abrupto cambio de dirección en la Casa Blanca. Y uno de ellos refiere a que el saliente mandatario Barack Obama, quien tuvo logros en su gestión, poco pudo hacer por mejorar las inequidades en la distribución del ingreso de la sociedad norteamericana.
Robert Reich, ex funcionario de alto rango de los gobiernos de Jimmy Carter y Bill Clinton, comentó que para construir su poder, Donald Trump tomó sentimientos de racismo y misoginia existentes, pero que su triunfo fue favorecido tanto por el estancamiento de los salarios, así como por el hundimiento de los sectores de ingresos más bajos.
Más aún. Varios datos socioeconómicos denotan que, en los últimos años, el grado de inequidad en la distribución del ingreso en Estados Unidos creció a los máximos niveles del último siglo.
Es cierto que la administración demócrata logró sacar al país de la gran crisis iniciada en 2007 con la caída de Lehman Brothers, pero ello no alcanzó para hacer que la riqueza se repartiera mejor. Entre otros factores, eso resultó decisivo para gran parte de los votantes. Además las diferencias económicas, influyeron cuestiones como la educación, la expectativa de vida y las adicciones, que ampliaron la grieta en la sociedad.
Refuerza lo anterior un estudio presentado por el Nobel de Economía Thomas Piketty, en conjunto con el profesor Emmanuel Saez de la Universidad de California, que documenta cómo los beneficios económicos se repartieron con la mayor desproporción que se haya visto desde 1920 hasta nuestros días.
El paper, publicado por el Bureau Nacional de Estudios Económicos (U.S. National Bureau of Economic Research) señaló que el promedio de retribución anual del 1% más rico se triplicó en el último cuarto de siglo, mientras que el del 50% de la población norteamericana se mantuvo casi en el mismo nivel. Si se considera la inflación, eso implicó una caída del poder de compra de la mayoría.
Y, a su turno, Yanet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, se refirió en Boston, el 17 de octubre del año 2014, a su preocupación por la profundidad de las diferencias en la apropiación de la renta nacional norteamericana, que es la peor, según dijo, de los últimos 100 años.
Desde el sector privado, el reporte anual de la compañía global de seguros Allianz de 2015 dejó sentado que, en la mayor economía del mundo, la desigualdad en el reparto de la renta era la más importante entre 55 países analizados. Y el índice de Gini, por su parte, muestra a Estados Unidos como un país más desigual que Japón, Alemania, Francia, el Reino Unido, e incluso que los menos desarrollados México, Rusia y Turquía.
Por todo lo expuesto puede concluirse que las dificultades económicas resintieron el sentimiento de amplias franjas de votantes, lo cual ayudó a Trump a despertar en algunos las expectativas por mejorar la calidad de vida.
El autor es economista y director de HR Global
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