El exministro Guzmán pide salir del cepo lo antes posible, pero evitando una liberalización de golpe
Junto a un grupo de economistas, propone regular el ingreso de capitales especulativos para eludir crisis cambiarias; encajes o impuestos diferenciados por plazos, requisitos para la liquidación de exportaciones y límites al endeudamiento en dólares, entre otros puntos; advertencias al Gobierno
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Más allá de las diferencias políticas o de formación académica, hay algo en lo que la gran mayoría de los economistas coincide hoy en la Argentina: una economía con el cepo cambiario tal cual está en la actualidad, no va a lograr bajar la inflación en forma duradera ni permitirá volver a crecer en forma sostenible, por lo que es necesario salir de esa restricción lo más rápido posible. Claro que la forma de hacerlo divide las aguas.
El exministro de Economía Martín Guzmán, junto a los analistas que lo acompañan en el think tank Suramericana Visión, y el centro de investigación Fundar, se acaban de sumar al debate con un documento en el que afirman que “es necesario ir hacia un esquema que no esté caracterizado ni por cepos cambiarios ni por una liberalización irrestricta, sino por una regulación que considere las características imperfectas de los mercados internacionales”.
El informe, titulado “Ni cepo ni liberalización completa: hacia una regulación prudente de los flujos de capitales”, propone un esquema que funciona como un conjunto de “válvulas” que permiten graduar los flujos de liquidez en el caso de eventos disruptivos en el mercado de cambios, pero que no afectan la actividad habitual en tiempos de estabilidad.
Con el régimen se buscan evitar “posiciones extremas” en cuanto a la apertura de la Argentina a los movimientos de capital internacionales y a su integración financiera internacional, ya sean experiencias como el cepo férreo al estilo del que impuso el kirchnerismo a partir de 2011, o como la liberalización del período 2015-2017 del macrismo que desembocaría en la crisis de abril de 2018.
Fuentes que participaron en la elaboración del paper advirtieron sobre el riesgo de que el gobierno de Javier Milei puede estar pensando en salir del cepo cambiario en forma abrupta, lo cual podría entrañar riesgos en cuanto a un salto en el tipo de cambio, con el consecuente impacto en la inflación, los salarios reales y la actividad económica. “La discusión de salida no puede quedar desenmarcada de la situación de la economía real. Cuando se salga del cepo se va a salir mal porque la economía está mal”, advirtieron.
Paradójicamente, las fuentes consideraron que la demora en abandonar las restricciones cambiarias hará que este delicado proceso sea cada vez más complicado tanto desde el punto de vista económico como político, por la cercanía con las elecciones de medio término, el año próximo, por lo que recomendaron mostrar ya una hoja de ruta clara en ese sentido, algo que por ahora no ven de parte del equipo económico. “Salir pronto tiene un costo, pero ese costo es mucho mayor en el mediano y largo plazo”, advirtieron. Consideran que la dilación responde a que se utiliza como ancla para contener la inflación, una estrategia que no sería sostenible en el tiempo. Tampoco creen que es bueno que el cepo se use para proteger a la Argentina de la volatilidad internacional. “Los problemas del país vienen por inconsistencias macroeconómicas”, señalaron desde el entorno del exministro.
Los ejes del informe
El paper elaborado por Martín Guzmán, Fernando Morra, Ramiro Tosi, Guido Zack y Pablo de la Vega, plantea tres ejes de acción: una regulación prudencial y permanente de los flujos de capitales; la generación de condiciones macroeconómicas para el fortalecimiento de la moneda y del mercado de capitales doméstico y el fortalecimiento de las instituciones ocupadas del diseño, monitoreo, control y cumplimiento de las regulaciones.
Para prevenir crisis en el mercado de cambios, los economistas proponen como herramientas de regulación:
• Aplicar encajes o impuestos que discriminan por el plazo del flujo de capitales (encajes desde 30% para menores a 30 días hasta 0% para mayores al año).
• Dada la concentración de la oferta exportable en pocos actores, mantener la obligatoriedad de liquidación de los ingresos por exportaciones, aunque con plazos y montos que no afecten la normal operatoria de negocios (de 90 a 180 días para operaciones que superen los US$75 millones).
• Establecimiento de requisitos de conformidad previa con un límite elevado (convergiendo a valores por encima de US$3 millones mensuales, pero comenzando con valores más bajos), que permitan el acceso al mercado de cambios pero al mismo tiempo establezcan una protección ante situaciones de riesgo cambiario.
• Por último, se debería evitar la acumulación de riesgos sistémicos para lo cual la regulación macroprudencial, como las normas y reglas sobre el financiamiento público (incluso provincial y municipal) en moneda extranjera y legislación extranjera. Según los autores, este punto “es fundamental”.
En lo referente a las condiciones macroeconómicas, el equipo de Guzmán impulsa “el fortalecimiento de la moneda y del mercado de capitales doméstico como un paso fundamental para avanzar en una mayor integración a los flujos de capitales sin caer en crisis recurrentes de balanza de pagos”. El exministro se ha pronunciado públicamente, en anteriores oportunidades, en contra de una eventual dolarización de la economía y en favor de recuperar el valor del peso.
El tercer eje propuesto es fortalecer las instituciones ocupadas del diseño, monitoreo, control y cumplimiento de las regulaciones.
El equipo liderado por Guzmán considera que la única experiencia exitosa reciente en materia de regulación de capitales fue la salida de la crisis de 2001 y 2002. “Había encajes; si el capital ingresaba y quería salir de golpe o no lo podía hacer era caro hacerlo. Había limites a la compra de divisas y plazos para la liquidación de exportaciones. Cuando estuvo Mario Blejer en el Banco Central había una suerte de sistema de válvulas. En la economía actual eso tendría sentido. Tiene que haber regulaciones pero no tan duras como la del cepo; hoy el saber de la economía dice esto y hasta lo entendió el FMI”, afirmaron.
Cerca del exministro aseguran que, durante su gestión al frente del Ministerio de Economía, entre fines de 2019 y mediados de 2022, el objetivo era ir saliendo progresivamente de las restricciones que, tras la crisis de 2018 y el triunfo de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner en las primarias de 2019, el gobierno de Macri volvió a instalar. “Era el plan (del gobierno de Fernández), pero vino la pandemia y con la emisión que exigió (para sostener la economía) no se pudo hacer. Hubo una discusión sobre qué esquemas adoptar. El gran problema fue no poder acumular reservas. Hoy sí se puede salir del cepo, pero hay que discutir si mantenés tu moneda o si la abandonás”, cerraron.