El éxito del PRI dependerá de la voluntad del PAN
Sin mayoría parlamentaria, ambos partidos llevan años bloqueando las iniciativas del otro
CIUDAD DE MÉXICO—Tras 12 años fuera del poder, el viejo partido gobernante de México ha vuelto a ganar la presidencia. Ahora, sin embargo, se enfrenta al mismo problema que acosó a los dos gobiernos anteriores del Partido Acción Nacional: ¿cómo conseguir la aprobación de grandes iniciativas en un Congreso dividido?
La victoria de Enrique Peña Nieto, ex gobernador del Estado de México, no ha sido completa para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya que no alcanzó la mayoría en la Cámara de Diputados.
Desde 1997, ningún presidente mexicano ha gobernado con mayoría parlamentaria. No es coincidencia que México no haya conseguido aprobar una reforma económica importante en ese período, un cuello de botella que ha permitido que economías emergentes rivales como China y Brasil sacaran ventaja.
"Sin mayoría en las cámaras, el trabajo político se vuelve muy importante", sostiene Luis Videgaray, jefe de campaña de Peña Nieto y ampliamente visto como posible próximo secretario de Hacienda o jefe de gabinete. "El país necesita reformas".
Peña Nieto, que asumirá el poder en diciembre, ha trazado un ambicioso programa de reformas para reactivar la economía de México, que desde 2000 promedia un crecimiento anual de 2%. La pieza central es permitir un mayor rol del sector privado en la industria energética controlada por el Estado, una medida que requeriría cambiar la Constitución y el voto de dos tercios del Congreso.
Intentos aun menos ambiciosos para reformar la legislación laboral o el código tributario van a necesitar una mayoría que podría ser difícil de conseguir para el nuevo presidente, en particular si algunos miembros de su propio partido, con muchos intereses creados, como con el sindicato de los trabajadores petroleros, no lo acompañan.
"Eso significa que todo mundo puede cobrarte una fortuna por cada voto que necesites", opina el ex canciller Jorge Castañeda. "Está en una situación similar a la de Fox y Calderón", añadió.
El aliado obvio para el PRI es el PAN. Grandes porciones de la plataforma de libre mercado de Peña Nieto son panaceas de larga data del todavía partido gobernante. Y por primera vez, ambos partidos hicieron campaña para poner fin al monopolio de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), una vaca sagrada de la política mexicana.
"En esto (abrir Pemex a la inversión privada) coinciden candidatos y partidos por los que votaron más de 70% del electorado", expresó Héctor Aguilar Camín, un escritor e intelectual mexicano de renombre, en el diario Milenio.
Aun así, Juan Ignacio Zavala, quien fue vocero de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, dijo que alcanzar un acuerdo con el PRI sería difícil.
"Lo veo posible, pero no creo que vaya a ser fácil. Se tendrá que condicionar", señaló.
Peña Nieto dijo el lunes que esperaba llegar a acuerdos con sus oponentes antes de juramentar.
Calderón dijo en una reciente entrevista que estaría dispuesto a ayudar a aprobar este tipo de reformas, lo que hizo que muchos dijeran que los próximos meses podrían ser la oportunidad de oro de México para poner fin a la debilitante parálisis.
"Creo que hay una alta probabilidad de que logremos la aprobación de algunas reformas", dice Guillermo Ortiz, ex gobernador del Banco de México y presidente del directorio del local Banorte.
Sin embargo, otros se preguntan si el PAN, después de haber sufrido su peor elección federal desde 1988, estará de ánimo para ayudar a su viejo adversario político.
Durante gran parte de los últimos 15 años, ambos partidos han actuado al ojo por ojo. Después de que el PRI perdiera su mayoría legislativa en 1997, el PAN bloqueó un intento del entonces presidente Ernesto Zedillo para liberalizar el sector de electricidad. Cuando el PAN ganó la presidencia bajo Vicente Fox y Calderón, el PRI bloqueó de manera sistemática todas las iniciativas más importantes, incluyendo la reforma energética.
Una figura clave para el PAN será Ernesto Cordero, ex secretario de Hacienda de Calderón, y el hombre que encabezará el partido en el Senado. Si bien nadie pone en duda que Cordero es un tecnócrata capaz como secretario de Hacienda, resultó ser un político menos hábil durante su fracasada campaña para la nominación presidencial del PAN, señala Pamela Starr, especialista en México de la Universidad del Sur de California.
"No me queda claro cuál será la fuerza que mueva a su partido a implementar las reformas que más le convienen al país", señala Starr sobre Cordero.
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