El éxito del canje no impulsó al mercado, que ya mira el "más allá"
El descontado éxito del canje de deuda no pudo salvar a las acciones argentinas en Wall Street de la baja generalizada que sufrieron los mercados y monedas emergentes en el cierre de mes en todo el mundo, algo bien reflejado por las caídas del 1,2% y 2,9% con que cerraron la jornada el real brasileño y el peso chileno, por citar dos casos.
Las caídas entre los ADR locales en esa plaza fueron generalizadas (sólo pudieron esquivarla los papeles de Ternium y de Transportadora de Gas del Sur) y llegaron hasta el 10,7%, como en el caso de la distribuidora eléctrica Edenor.
Sin embargo, pasaron desapercibidas en la plaza accionaria local que hasta se dio el lujo de subir 1% en la jornada (aunque el S&P Merval cayó 5% en el mes) por el soporte que los precios encontraron en la estabilización de las cotizaciones de los dólares financieros tras caer casi 7% en la semana previa, afectados por el progresivo retiro de los bonos más usados para operaciones de cambio por el mercado bursátiles ante el canje de deuda local (los nuevos títulos recién comenzarán a cotizar el 7 de septiembre).
Con todo, el mercado confirmó una de sus máximas: moverse al alza con los rumores y tomar ganancias una vez que se confirman.
En este contexto, también el riesgo país, elaborado por el banco JP.Morgan, subió de 2147 a 2150 puntos (0,1), mientras el mercado aguarda el impacto que el canje tendrá una vez se defina la ponderación de los nuevos bonos que emitirá Argentina.
El mercado descuenta que a la buena aceptación que tuvo el canje se sumará la que dejará la reestructuración de la deuda en divisas emitida bajo legislación local que cierra mañana en una primera etapa -aceptación temprana- y concluirá de manera definitiva el 15 de septiembre.
En este sentido la mayor expectativa está puesta en las negociaciones que se iniciarán luego con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por los US$ 44.000 millones recibidos por el país entre 2018 y 2019. El miércoles pasado hubo diálogo telefónico entre el presidente Alberto Fernández y la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, tras lo cual se conoció la carta formal con la que el Gobierno solicitó asistencia financiera y se comprometió a "establecer políticas consistentes para lograr los objetivos del programa de estabilidad financiera y macroeconómica" y tomar "cualquier medida adicional que se requiera a tal fin".
Ese pedido apuntaría, en el corto plazo, a estabilizar las reservas netas del Banco Central (BCRA) que cerraron agosto con la mayor baja desde que se instaló la actual administración.