El exceso de capacidad pone en aprietos a las siderúrgicas
La siderurgia global tiene un problema serio: es demasiado grande y sigue creciendo.
Las plantas de acero alrededor del mundo tienen una capacidad de producción de 1.800 millones de toneladas este año, mientras que los pedidos sólo llegan a los 1.500 millones de toneladas. Y, en lugar de consolidarse y tratar de ser más eficientes, la industria está generando más capacidad.
Ejecutivos y consultores prevén que entren en funcionamiento unas 100 plantas, con una capacidad de suministro de 350 millones de toneladas. Empresas en Argentina, Ecuador, Perú, Bolivia y Vietnam están construyendo o planeando plantas, en todos los casos con algún respaldo de los gobiernos.
Representantes de estos países indican que quieren invertir en el desarrollo industrial, suministrar acero local a sus fabricantes y reducir las importaciones. Pero lo que parecen ser avances bien recibidos por las economías locales tienen repercusiones en la industria global. "Se ven empresas que quieren construir nuevas instalaciones todo el tiempo, en todo el mundo", dice Dan DiMicco, presidente ejecutivo de Nucor Corp., la segunda siderúrgica de EE.UU., y partidario de una mayor consolidación en el rubro.
Obtener una cifra precisa de las plantas de acero en el mundo y su capacidad de producción es difícil, dicen analistas y ejecutivos del sector. Ello se debe principalmente a que existen centenares de plantas pequeñas en China que no son contabilizadas y China representa 46% de la producción de acero a nivel global. Los cálculos del número de plantas en China van desde 600 hasta 800.
El exceso de producción ha reducido los precios y ganancias del acero y ha causado nuevos llamados en favor de la consolidación y racionalización de la industria.
ArcelorMittal, el mayor fabricante de acero del mundo por producción, pero cuya participación del mercado global apenas llega a 6%, anunció una pérdida de US$709 millones en el tercer trimestre. El presidente ejecutivo Lakshmi Mittal dijo que la industria está demasiado fragmentada y que seguirá abocado a la consolidación siempre y cuando "aparezcan las oportunidades correctas".
A estas alturas, no obstante, no parecen haber muchos avances hacia esa meta y existe mucha oposición política de parte de los gobiernos.
Mittal se reunió el martes con el presidente francés François Hollande para hablar sobre las opciones disponibles para una planta de la empresa en el este de Francia, incluyendo la posibilidad de que el Estado asuma el control. Mittal pretende cerrar dos fundiciones de acero ociosas en la planta antes del 1 de diciembre si el gobierno no encuentra un comprador para esa fecha. El gobierno francés manifestó que será difícil venderlas sin la otra fábrica de ArcelorMittal en la planta, que la empresa quiere retener. Esto ha llevado al gobierno a considerar una nacionalización temporal de la planta hasta que encuentre un comprador.
A su vez, el gobierno de Serbia prefirió adquirir hace unos meses una planta de U.S. Steel Corp. por US$1 antes de verla desaparecer. Ahora busca un comprador.
La caída en los precios de las materias primas y las acciones ha complicado el panorama para las fusiones de empresas metalúrgicas. El valor total de acuerdos en el sector descendió 43% durante los primeros nueve meses de 2012, a US$76.800 millones, desde US$133.700 millones en 2011, según Ernst & Young.
La siderúrgica alemana ThyssenKrupp AG no ha podido vender su planta de acero en Brasil con tecnología de punta y una planta procesadora en EE.UU. que construyó por un costo combinado de US$11.800 millones en 2007. Las dificultades para vender estas dos plantas, edificadas con la ayuda de incentivos tributarios y subsidios, ilustra cómo las empresas y los gobiernos están invirtiendo en capacidad que después tienen problemas para usar.
Se espera que la siderurgia, que factura cerca de de un billón (millón de millones) de dólares anuales, seguirá siendo la más fracturada entre las grandes industrias. Las cinco mayores acereras controlan 18,2% del suministro global de acero. En cambio, las cinco principales automotrices dominan 50,6% del mercado global. "Las siderúrgicas necesitan a una empresa importante que compre plantas de mal desempeño para cerrarlas", afirma Tim Cahill, analista de J&E Davy Holdings Ltd.