El drama del 100% llegó a los más pobres, pese al polémico “festejo” de fin de año
Un dato clave del Indec publicado este jueves anticipa que la pobreza crecería en plena campaña
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El festejo de Gabriela Cerruti porque la inflación no superó las tres cifras en 2022, una pintura de los gigantes agujeros en el relato oficial, duró muy poco. El aumento de las canastas de precios de alimentos que definen la pobreza y la indigencia traspasaron ya con creces el 100% y, lo que es peor, superaron en enero por más de un punto al índice de precios.
El Indec informó que la Canasta Básica Total (CBT) –que mide la línea de la pobreza- y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) –el piso de la indigencia- reflejaron el mes pasado una variación interanual de 108% y 109,8%, respectivamente. Ambas medidas superaron en el mes al nivel general del IPC del primer mes del año, que fue de 6%. Tanto la CBT, como la CBA subieron un 7,2%. Para no ser pobre, una familia tipo necesitó $163.539, mientras que, para no ser indigente, esa suma fue de $72.043, según los datos difundidos por el organismo que dirige Marco Lavagna.
La aceleración de las canastas por sobre la inflación tendrá, creen los expertos consultados, un impacto en las medidas de pobreza e indigencia. Son datos que encienden las alarmas en el inicio de la campaña electoral. Con los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para el tercer trimestre publicados días atrás, la pobreza para el segundo semestre llegaba a 39,6%, levemente por debajo de la estimación previa de 40,2%, según el experto Martín Rozada.
Pero, la aceleración de los precios en los últimos meses puede cambiar esa tendencia rápidamente. “Con el IPC de enero y los microdatos de la EPH del tercer trimestre de 2022, el nowcast proyecta una tasa de pobreza de 40,5% para el semestre agosto 2022-enero 2023″, explicó Rozada.
“Desde julio de 2021 se había verificado una tendencia por la que las canastas crecían por debajo del IPC y eso contribuyó bastante a la baja de la pobreza que tuviste en el segundo semestre de 2021 y en el primero de 2022. Es que, pese a que ese efecto había desaparecido y las canastas ya crecían desde febrero o marzo más que el IPC, en el acumulado anual aún predominaba el aumento del IPC por el de las canastas”, explicó Leopoldo Tornarolli, investigador del Cedlas.
“Las negociaciones salariales se hacen mirando el IPC y no las canastas. Entonces, si no necesariamente le ganabas al IPC, con ganarle a las canastas estabas encima de la línea de pobreza. Eso duró 14 meses. Desde septiembre de 2022 ese efecto se invirtió y el último trimestre [de 2022] va a mostrar el efecto contrario. Este jueves, las canastas están 10 puntos arriba en el interanual y eso va a contribuir a aumentar la pobreza del segundo semestre de 2022″, agregó.
“La gente percibe que ellos en su vida individual están mejor”, dijo Cerruti este jueves en su conferencia de prensa. Comentario temeroso si se tiene en cuenta que los salarios cayeron un 0,8%, en promedio, durante 2022. Si se abre esa estadística oficial del Indec, el sector privado registrado empató (0% de aumento); el público avanzó 2,1%, mientras que los asalariados informales perdieron 7,6%. El trabajo informal es el que más creció en 2022.
“Impulsamos la reapertura de paritarias y los trabajadores registrados quedaron medio punto abajo de inflación”, admitió este jueves la ministra de Trabajo, Kelly Olmos en una entrevista radial. “Es importante quebrar la inflación. Los trabajadores no registrados quedaron abajo de la inflación. Cuando hay alta inflación, los salarios corren atrás de los precios”, agregó y cerró: “Si no logramos quebrar la alta inflación, vamos a convocar a la reapertura de paritarias”.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) estimó en su último informe que los jubilados perdieron poder adquisitivo el año pasado. Con una perspectiva mayor, según el Iaraf, a los jubilados tampoco les fue bien en los últimos años. Además, el economista alerta sobre el futuro cercano. “Tomando como año base al 2017, la pérdida acumulada del haber jubilatorio mínimo entre 2018 y 2022 fue de 9,4 haberes. El pago de bonos compensatorios mitigó parte de la pérdida acumulada. Concretamente, considerando todos los bonos otorgados hasta ahora, la pérdida se reduce a 7,2 haberes.
“Si la inflación de febrero a marzo de este año supera el 5,23% promedio anual, los haberes perderían poder adquisitivo respecto a 2022″, pronosticó el director del Iaraf.
Las perspectivas son complejas para los bolsillos, pese a que febrero debería ser un mes estacionalmente más tranquilo. De hecho, el Indec publicó además su indicador sobre los precios mayoristas. El Índice de precios internos al por mayor tuvo una variación del 6,5%, por encima del IPC. Los productos importados, una rara avis por las trabas oficiales, subieron 8,5%. “Los precios mayoristas, insumos primarios, industriales y energía, entre otros, también firmes arriba de 6% hace bastante. Toda la nominalidad está en torno a 6%, pero para el BCRA es un tema de algunos precios estacionales, nada más”, cuestionó el director de la Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño. El Banco Central (BCRA) mantuvo sin cambios sus tasas (ver aparte). Los costos de la construcción, además, subieron 6,2%, por arriba del IPC.
“El primer objetivo que se planteó el ministro Sergio Massa cuando asumió fue que la inflación a final de año no llegara a tres dígitos, tal como estaban pronosticando algunas consultoras y los medios de comunicación. También que se planteara la reducción de un dígito cada 75 días. Entendemos que ese objetivo se está cumpliendo”, había asegurado Cerruti en enero. Ninguno de los dos objetivos se estarían cumpliendo a un mes de haberse celebrado. El primero fue descartado por el Ministerio de Economía esta semana a través de un comunicado. El segundo, un sin sentido, fue desterrado por el Indec.
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