El dólar y el riesgo país volvieron a sus movimientos alcistas a poco de las PASO
La política pasó a ser un determinante que escapa a los análisis tradicionales más enfocados en proyecciones económicas; sin sorpresas por las novedades de la semana
Los inversores mantienen su atención concentrada en el tema político. Y el juego de probabilidades que desde allí se desprende condiciona hoy las estrategias financieras. No es una sorpresa, pero sí un determinante que escapa a los análisis tradicionales, enfocados solo en el comportamiento y en la proyección de políticas y de variables económicas, financieras y monetarias. De hecho, estas últimas hoy están bajo observación, pero parecen ser poco efectivas para determinar por sí solas una tendencia sostenida -al menos, hasta que se despeje la incertidumbre electoral-. Igualmente, es claro que pueden complicar o apoyar cualquier recuperación de fondo de los precios.
En este punto, el comportamiento de los activos financieros durante la semana pasada no solo no asombró, sino que no preocupó (y será así, siempre que lo ocurrido quede limitado en magnitud y tiempo). Es lo esperado, dada la coyuntura interna y la externa. La presión sobre el dólar, ayudada además por factores externos, apunta a una cobertura lógica a poco tiempo de las PASO. La posibilidad de una suba en el corto plazo era previsible y se anticipó.
El billete verde cerró en niveles superiores a $43, tras la suba de unos 60 centavos. El máximo histórico se había ubicado por arriba de $46 a fines de abril, en un escenario de alta volatilidad. En el último mes, aquella volatilidad se redujo a poco menos de la mitad.
No obstante, a diferencia de ese momento el poder de fuego que hoy tiene a su disposición el Banco Central para intervenir ante movimientos que se consideren disruptivos es muy superior. Debería sumarse como buen punto el reciente cambio de política monetaria para mantener su objetivo de base. La prueba de su efectividad se verá de la mano de la mayor o menor presión a una dolarización que determinará el resultado de la votación del 11 de agosto.
La suba del riesgo país en los últimos días se debe encuadrar en el mismo escenario. El índice local volvió a superar los 800 puntos (se incrementó en unos 40 en la última semana), pero se mantiene una brecha todavía considerable con la zona reciente de los 1000 puntos en la que se anduvo en junio. El movimiento resulta lógico y ya se sabía que la compresión adicional del spread se mantendría limitada en estas semanas (entre 750/850 puntos).
En el escenario externo surgieron algunos ruidos y eso se combinó con las expectativas respecto de lo que hará la Reserva Federal (Fed) en los próximos días. Esto mantiene al mercado lateralizando en un rango acotado y con una nueva suba en la volatilidad. El mercado descuenta un recorte de la tasa de referencia este miércoles, pero estará sobre el discurso de Jerome Powell para determinar qué tan profunda puede ser la flexibilización monetaria. Los datos de la semana que pasó no fueron malos.
Este driver mantendrá a los principales mercados en un estado de wait and see, más allá de la selectividad que dispara la temporada de presentación de resultados. En cuanto a niveles de referencia, al S&P500 estar en la zona de 3000 puntos le ofrece una resistencia importante, por lo que se necesitarán catalizadores fuertes. No es que no existan, pero en los actuales niveles cuesta más encontrarlos.
El S&P Merval no escapa tampoco a este juego, sumando una recuperación importante desde sus valores mínimos, lo que fue visto por algunos para una toma de ganancias antes de la gran encuesta nacional. Esto no implica que surjan oportunidades de trading. El índice superó máximos de 43.000 puntos, desde niveles de 29.000, y lo hizo en poco más de dos meses. Pero la lateralización del mercado externo en las últimas semanas, más la cercanía de las PASO, presionaron a una lógica corrección. Quebrado el piso de 40.000, el piso a respetar sería de entre 37.700 y 38.000. Hacia arriba, en tanto, niveles de 41.100 a 41.200 son hoy la resistencia a superar.
Es importante leer el movimiento del volumen en estas semanas. Sirve para identificar que no hay pánico. Puntualmente pueden verse dos datos: 1) los negocios entre mayo y junio saltaron a un promedio diario de $1100 millones; y 2) en la reciente corrección se redujeron a unos menos de $650 millones. De todas maneras, en dólares el mercado sigue siendo reducido.
En cuestión de datos, lo bueno que dejó la semana fueron las colocaciones de letras en pesos y en dólares del Tesoro. Al igual que la anterior, las licitaciones fueron varias y el resultado no fue negativo. Ofrecen dos opciones, para diferentes inversores. Las de dólares son atractivas para los más conservadores (con tasas superiores al 4% para plazos cortos), y la de pesos, una alterativa para quienes se sientan cómodos con la moneda local, ofrecen varios puntos más que un plazo fijo. Básico: estos inversores deben ser optimistas respecto del futuro electoral y económico.
Datos claves para el análisis de los inversores
Presión sobre el dólar
El valor del billete verde cerró la semana por arriba de $43, tras una suba de 60 centavos; todavía está lejos del máximo alcanzado en abril ($46)
Riesgo país más alto
Volvió a superar los 800 puntos, al ganar 40 en la última semana; mantiene una brecha considerable con el máximo de 1000 que alcanzó en junio.
Recorte de tasa
El mercado descuenta que la Reserva Federal (Fed) finalmente recortará la tasa de referencia el miércoles, para reactivar la economía estadounidense.
Letras en pesos y dólares
Algo bueno que dejó esta semana fueron las colocaciones de letras en pesos y en dólares del Tesoro, ya que su resultado no fue negativo (las de la divisa ofrecieron tasas de 4% anual).
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