El diseño es mucho más que saber dibujar, dice Ronald Shakespear
No sabía, confieso, que Ronald Shakespear es rosarino, pese a que lo conozco desde hace varias décadas, durante las cuales escribió varios libros, dio medio centenar de charlas y diseñó la identidad de no sé cuántas empresas. La explicación es que su familia se radicó en Buenos Aires cuando él tenía apenas 4 años y ni siquiera soñaba con diseñar palotes.
Este dato de su CV personal lo acaba de actualizar una inusual distinción: el Consejo Municipal de esa ciudad santafecina lo designó "diseñador distinguido", en reconocimiento a su trayectoria profesional y a sus destacados aportes al diseño.
La iniciativa fue presentada por dos concejalas, Clara García y Viviana Foresi, quienes destacaron también "la importancia del diseño gráfico como herramienta fundamental de la planificación estratégica". García aludió asimismo a la "belleza y alegría" de cada uno de los trabajos del famoso diseñador, y a la ética de su tarea.
El homenajeado respondió, emocionado, que ese día tuvo dos regalos. Uno del Consejo y otro del "Tata" Martino, entrenador de Newell's Old Boys, quien le obsequió, minutos antes de la entrega de la distinción, una camiseta firmada por él del club del que es hincha. La charla fue presenciada por 650 personas, entre estudiantes de diseño, funcionarios y comunicadores en general. Asistieron además el ex gobernador de Santa Fe Hermes Binner; el ministro de Gobierno y Reforma del Estado de la provincia, Rubén Galassi, y el director del Banco Municipal de Rosario, José Barraza.
Una vez concluido el acto formal, Ronald brindó una charla magistral basada en su último libro, Señal de diseño: memoria de la práctica (Paidós, 2009), y mantuvo un diálogo con su colega rosarino Pablo Cosgaya, durante el cual se refirieron a aspectos poco conocidos de la tarea de diseñar.
Según Shakespear, "se han nombrado, como es sabido, ciudadanos notables en las letras y las artes, pero hasta donde sé soy el primero que recibe la distinción de diseñador distinguido en el país y, por cierto, en Rosario".
No es la única distinción que tiene Shakespear. En 50 años de trayectoria obtuvo desde el premio Konex hasta el Segd Fellow Award de la Society of Environmental Graphic Design, que por primera vez se entregó a un latinoamericano. Fue jurado de incontables certámenes del ramo y miembro permanente del Jury del Concurso Innovar. Hoy dirige Diseño Shakespear, con su hijo Juan.
Pero quizá la distinción del Consejo Municipal de Rosario sea una de las más emotivas, por su intenso contenido nostálgico. Shakespear igual aclara que su tarea de diseñador se extendió también a su ciudad natal, para la cual creó la nueva identificación del Banco Municipal de Rosario y del shopping Alto Rosario.
Estos trabajos figuran en su vasto repertorio de obras, entre las que resaltan desde la señalética de la Ciudad de Buenos Aires, realizada en 1971 junto con su socio de entonces, Guillermo González Ruiz, hasta las identificaciones del Bioparque Temaikèn, Autopistas del Sol, el Tren y el Parque de la Costa, entre muchas otras.
El libro Señal de diseño es, además de un chispeante texto que revela la personalidad del autor, una verdadera experiencia visual.
La máquina no diseña
Shakespear comenzó por destacar su condición de autodidacta. "No terminé la escuela secundaria, pero tuve, en compensación, seis maestros ejemplares: Rómulo Macció, Juan Carlos Distéfano, Armin Hofmann, Alan Fletcher y Jorge Frascara", puntualiza. "Ellos hicieron lo que pudieron. Todo lo demás se debe a mis carencias y a mi falta de rigor", expresa, para agregar cuánto les debe a la lectura y a las bibliotecas, donde descubrió a Roberto Arlt, Borges, Rodolfo Walsh, Oscar Wilde, Thomas Mann y Macedonio Fernández.
"La mayoría de los jóvenes de hoy leen poco y nada, y la chatarra visual que observamos en las calles se debe fundamentalmente a que muchos diseñadores privilegian la computadora sobre el libro."
"Los que piensan que la máquina diseña sola olvidan que la luz en Rembrandt, la palabra en García Márquez y el montaje en Orson Welles son infinitamente más importantes que la tecnología digital." ¿El diseño sirve para salvar el mundo?, Shakespear se interroga para responder: "Aún no sé de qué hay que salvarlo, pero, pensando en que el diccionario de Oxford define: «Diseño: plan mental» [nada que ver con dibujar] es posible que así sea".
"Todo el mundo diseña -continúa-. Diseña el cocinero que prepara el menú. Diseña la maestra rural cuando organiza el día de clase y diseña el músico cuando compone la partitura." Shakespear concluyó dirigiéndose a los más jóvenes: "No quiero irme de Rosario sin recalcar tres cosas. No tengan miedo, porque les pueden robar todo menos el talento. Y lean. Lean nuevamente lo que ya han leído. Y no hablen mucho del verde, mejor planten un árbol".
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