El dinero fácil abre paso a los bonos a 100 años en Europa
Los europeos apuestan por el largo plazo.
Las empresas y los gobiernos están optando por emitir deuda en euros a plazos cada vez más largos a medida que las políticas expansivas del Banco Central Europeo les permiten conseguir financiamiento barato con un horizonte de ven-cimiento de hasta un siglo.
Es una buena noticia para los emisores de deuda, pero no tanto para los inversionistas.
El gobierno español vendió el miércoles 3.000 millones de euros (US$3.430 millones) en bonos a 50 años con un interés anual de 3,45%. No fue el único. El gigante estadounidense de salud e higiene Johnson & Johnson lanzó una emisión multimillonaria de cuatro tramos en euros, el mayor de los cuales vence en 2035.
Las colocaciones del miércoles culminan una serie de emisiones de plazos largos de parte de empresas y gobiernos en Europa.
La preferencia por deuda de plazos más largos se produce en un momento en que las medidas de estímulo del BCE han reducido los rendimientos de los bonos y los costos de endeudamiento en toda la zona euro. Ante el aumento de la deuda con un rendimiento negativo, los inversionistas han dado prioridad a los bonos de plazos más extendidos que ofrecen retornos positivos.
Los bonos de plazos más largos también son atractivos para inversionistas institucionales como los fondos de pensiones o las aseguradoras que tienen pasivos también de largo plazo.
Los vencimientos más largos, no obstante, acarrean riesgos. El valor de los bonos se vuelve más vulnerable a los cambios en las tasas de interés, comparado con los valores de plazos más breves, y el inversionista adquiere un compromiso de mayor plazo con el riesgo crediticio de un gobierno o una empresa.
"El impacto del BCE se refleja en el traslado de la demanda hacia el lado largo de (la curva) del bono", dijo Fred Zorzi, direc-tor de deuda sindicada global de BNP Paribas SA.
En su campaña para impulsar la suba de la bajísima inflación de la zona euro, el BCE ha lanzado una serie de medidas de estímulo. Su programa de compra de deuda soberana, que será ampliado en junio para abarcar deuda corporativa, ha elevado el precio de los bonos y reducido su rendimiento, que se mueve en dirección opuesta. Los rendimientos también han caído conforme el BCE empezó a fijar tasas negativas para los bancos que querían depositar su exceso de efectivo en el banco central, lo que en la práctica los incentiva a invertir en bonos del gobierno.
La política del BCE contribuyó a aumentar el stock de deuda global con rendimientos negativos a US$9,4 billones al 5 de mayo, según los estrategas de Bank of America Corp., equivalente al 23,6% del total de los activos de renta fija en el mundo. A comienzos de año, la cifra llegaba a sólo US$5,6 billones.
En este entorno, los bonos con vencimientos más largos y retornos más altos cobran popularidad. "Hay mejores formas de encontrar una mayor rentabilidad que limitarse a comprar bonos más riesgosos", dijo Mitch Reznick, codirector de crédito de Hermes Investment Management. "Preferimos comprar bonos de mayor calidad con vencimientos más prolongados" en lugar de los bonos chatarra, es decir con una calificación por debajo de grado de inversión, observó.
Los gobiernos y las empresas están aprovechando la demanda.
El vencimiento promedio de las colocaciones de deuda sindicada de los gobiernos de la zona euro subió de cerca de 10 años en 2014 a alrededor de 15 años en 2015, según los cálculos de Goldman Sachs Group Inc. El banco de inversión estadounidense prevé que en 2016 el vencimiento promedio ascenderá a 25 años según los actuales niveles de emisión.
Cuando los rendimientos son tan escuálidos, pagan menos por la venta de bonos con vencimientos más prolongados.
Francia vendió en abril 9.000 millones de euros en deuda dividida en un tramo que vence en 2036 y otro que lo hace en 2066, pagando un interés de 1,25% y 1,75%, respectivamente. Cuando el gobierno emitió bonos a 50 años en 2005 y 2010, el interés fue de 4%.
Bélgica realizó en abril su primera emisión de bonos a 50 años.
Algunos gobiernos han ido más lejos. Irlanda y la propia Bélgica han vendido bonos de 100 millones de euros a 100 años en acuerdos privados este año.
Las colocaciones de Irlanda y de España —en la que los bancos a cargo de la venta recibieron órdenes de más de 10.000 millones de euros— demuestran que los inversionistas también están dispuestos a comprar deuda de largo plazo de países que hace algunos años nadie quería tocar. El gobierno italiano evalúa su primera oferta de bonos a 50 años, señaló una fuente cercana.
Las empresas también se han volcado a la deuda de mayor plazo. El tramo más grande de la emisión de 4.000 millones de euros de Johnson & Johnson fue la de vencimiento más largo: 1.500 millones de la divisa europea a nueve años. Royal Dutch Shell vendió el lunes 1.000 millones de euros a 12 años y 750 millones de euros a ocho años.
La mayoría de los inversionistas considera los bonos de empresas con vencimientos de más de 10 años como de mayor plazo.
En EE.UU., muchas compañías han emitido deuda a 30 años. Los bonos a 50 años, no obstante, siguen siendo una característica muy europea debido a las tasas más bajas de la región.
Cerca de la mitad de las ventas de bonos corporativos en euros tienen vencimientos de 10 años o más, según Joseph Faith, estratega de crédito de Citigroup Inc., un alza frente al 5% de comienzos del año.
Conforme se prolongan los vencimientos, aumentan los riesgos.
Jean Sayegh, gestor de portafolio sénior de Lyxor Asset Management, indicó que los bonos de plazos más largos son más apropiados para inversionistas como fondos de pensiones y aseguradoras que tienen que calzar activos y pasivos de largo plazo y no se preocupan por los movimientos diarios de los precios. Otros inversionistas, no obstante, se sentirán menos inclinados a comprar deuda a períodos tan largos "debido a la volatilidad", aseveró.
Los fondos de pensiones y las compañías de seguros tienen que pagar anualidades fijas a los clientes durante varios años y han tenido problemas en un período caracterizado por los bajos rendimientos, por lo que los bonos de plazos más largos son una opción atractiva.
"Para inversionistas como aseguradoras y fondos de pensiones que necesitan rendimientos, esto puede ser una cobertura natural para sus pasivos de mayor plazo", dijo Lee Cumbes, responsable de deuda del sector público de Barclays PLC.
The Wall Street JournalTemas
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