El derrumbe de los precios del crudo estimularía el crecimiento global
Muchas de las principales autoridades económicas están revisando sus pronósticos para Estados Unidos, Europa, Japón y otras regiones en una apuesta a que el derrumbe de los precios del petróleo impulsará el crecimiento al depositar más dinero en los bolsillos de los consumidores y los fabricantes.
Funcionarios del Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo desestimaron en los últimos días las preocupaciones de que la caída del petróleo sea síntoma de una desaceleración global. En cambio, proyectan que el crudo más barato será un estímulo para la economía mundial, en especial para los países con un alto gasto en energía.
Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed, lo llamó un "shock de la oferta" que beneficiará a EE.UU. "Es más probable que aumente el PIB a que lo reduzca", sostuvo.
"El efecto es positivo sin ambigüedades", declaró el presidente del BCE, Mario Draghi, tras la reunión mensual del organismo la semana pasada.
Algunos economistas, sin embargo, advierten que la caída de casi 40% en los precios del crudo en los últimos meses presagia problemas en momentos en que Europa corre el riesgo de volver a caer en recesión, Japón intenta recuperarse y la desaceleración de China amenaza con agravarse. De hecho, las caídas pronunciadas en los precios del petróleo en general han estado asociadas con recesiones cuando colapsa la demanda de energía.
En esta ocasión, no obstante, un conjunto de factores que impulsan la oferta de petróleo está alterando el cálculo de muchos economistas, desde técnicas de perforación avanzadas a un resurgimiento de la producción de Libia y el intento de algunos productores de Medio Oriente de marginar del mercado a rivales de costos más altos.
"Esta vez es distinto", afirma Guy Caruso, ex director de la Oficina de Información de Energía de EE.UU. y asesor sénior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La pregunta de si la reciente caída de los precios se debe a un exceso de oferta o una menor demanda podría determinar la dirección de la economía global en 2015. El costo del crudo West Texas Intermediate, la referencia en EE.UU., ha descendido a cerca de US$65 por barril, una caída de unos US$40 el barril desde mediados de junio.
Los menores precios energéticos están perjudicando a importantes exportadores de petróleo como Irak, Argelia y Nigeria, que son muy dependientes de los ingresos petroleros. Las noticias son particularmente negativas para los países que afrontan se-rios aprietos económicos, como como Rusia, Venezuela e Irán.
En cambio, para los mayores importadores de crudo, como Japón, Italia y Alemania, el FMI calcula que el descenso del precio puede sumar casi un punto porcentual al Producto Interno Bruto de sus economías. El FMI elevó su pronóstico del crecimiento de EE.UU. el año próximo de 3,1% a 3,5%, en parte debido al abaratamiento de la energía.
"Habrá ganadores y perdedores, pero en términos netos son buenas noticias para la economía global", sostuvo la directora ge-rente del FMI, Christine Lagarde, la semana pasada en la conferencia anual CEO Council de The Wall Street Journal.
La entidad atribuye alrededor de 80% de la caída en los precios del petróleo a causas vinculadas con la oferta, como las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y estándares de economía de combustible más estrictos, y sólo 20% a una menor demanda ante el enfriamiento de la economía global.
Economistas de J.P. Morgan Chase tienen cifras distintas: 55% debido a la oferta y 40% al crecimiento más débil de los mercados emergentes. El banco estima que la caída del precio del crudo podría sumar 0,7 puntos porcentuales al crecimiento global en los dos próximos trimestres.
Parte del impulso proviene de los menores costos del transporte y la manufactura, en particular para sectores que consumen mucha energía, como las aerolíneas y las siderúrgicas. El principal beneficio es más dinero en los bolsillos de las personas conforme gastan menos en combustible, lo que alienta el consumo.
La consultora IHS Global Insight calcula que la familia promedio en EE.UU. debería tener US$750 adicionales el próximo año, comparado con los últimos 12 meses, si los precios se mantienen.
Un riesgo para las autoridades es que considerar la caída de los precios como un factor mayormente positivo puede ocultar la debilidad subyacente de la economía global. "Es imposible ignorar el rol de la menor demanda global", asevera Stephen King, economista jefe global de HSBC. "Los menores precios del petróleo son en parte un reflejo de tendencias deflacionarias más amplias", añade. Mercados emergentes clave como Brasil, Sudáfrica e India tienen problemas desde hace más de un año, en parte debido a la desaceleración en China.
"El gran tema es China", indica Kevin Book, director gerente de Clearview Energy Partners. Book no está convencido de que el crecimiento de la demanda petrolera el año próximo se acerque a la estimación de la Agencia Internacional de Energía (AIE) de 1,1 millones de barriles diarios. El motivo: un crecimiento inferior al previsto en la segunda economía mundial.
"No parece razonable pensar que el motor industrial de los mercados emergentes de alguna forma esté desconectado del motor de consumo del mundo desarrollado", argumenta Book.
La mayoría de las caídas previas en los precios del crudo fueron acompañadas de recesiones, o al menos fueron señales de desaceleraciones económicas.
En general, los economistas coinciden en que el declive actual se debe en parte al crecimiento anémico de Europa y la desaceleración de China. No obstante, la AIE y otros expertos enfatizan que la enorme producción petrolera es el principal motivo de la caída.
Trevor Houser, socio de la consultora Rhodium Group e investigador del Instituto Peterson para la Economía Internacional, estima que los países que importan más petróleo podrían pagar hasta US$500.000 millones menos si los precios siguen bajos durante otros seis a ocho meses.