El debate entre economistas que se desató en Twitter
El ajuste del tipo de cambio, el descongelamiento de tarifas y el equilibrio fiscal, son algunas medidas económica que los expertos consideran que se tienen que tomar; sin embargo, podrían traer grandes consecuencias en el corto plazo
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Ayer se conoció el dato de que 18,5 millones de argentinos son pobres. Un 40,6% de la población del país. La noticia desató una discusión entre los economistas: con esas cifras, ¿es políticamente posible tomar las decisiones necesarias para enderezar la economía?
Según Federico Moll, director de la consultora Ecolatina, es algo “imposible” en términos políticos. Sus frases encendieron la mecha de una discusión que proliferó. Si bien “el 90% de los economistas” consideran necesario que los objetivos de política económica se enfoquen en el ajuste del tipo de cambio, el descongelamiento de las tarifas, el equilibrio fiscal y la apertura comercial de la Argentina, todas esas medidas “implican pagar costos en el corto plazo”, escribió.
“Tratar de estabilizar muy rápido te pone al borde de una explosión nominal. La tarea que le toque al primero que quiera enderezar esto requiere de un timing perfecto y mucha habilidad para ganar tiempo. Para arreglar lo que empezamos a romper en 2007, nos va a tomar años”, sostuvo Moll. Y luego agregó: todos los caminos obligan a pagar costos en el corto plazo. Son “pequeños beneficios para todos”, pero que genera algunas repercusiones negativas “muy grandes para algunos”.
“Hay un consenso de cuáles son los ítems que una economía necesita para funcionar en el mediano-largo plazo. Cuando se piensa en una economía funcional que pueda crecer sostenidamente, tenés que pensar en un mercado cambiario libre, en un resultado fiscal que como mínimo se financie sin problemas, precios relativos que se ajusten con oferta y demanda. Son conceptos básicos. Ahora bien, cuando intentás traerlo a la práctica, te das cuenta de que alcanzar esta situación es recesivo en el corto plazo”, se explayó.
Algunos ejemplos. Si se libera el tipo de cambio, es probable que haya una devaluación y se acelere la inflación. Si se piensa en el reordenamiento de las cuentas fiscales, se tiene que achicar el gasto en subsidios. Al ajustar las tarifas, deja menos ingresos disponibles a la población para ciertos tipos de gastos. Si se liberan los precios y no hay control de alimentos como los hay actualmente, se traduciría en inflación en el corto plazo.
“Cuando sumas estas herramientas que necesitas para poder crecer, te encontrás que en el corto plazo tienen un impacto negativo en los niveles de actividad, de empleo, de ingresos de la población. En un contexto de tanta pobreza, es difícil pensar que políticamente se puedan llevar a cabo”, remarcó.
Sin embargo, Gabriel Zelpo, jefe de la consultora Z LAB, se unió al debate que se dio a través de las redes sociales y subrayó que las decisiones tampoco se pueden seguir dilatando eternamente en el tiempo. “¿Y con 60% de pobreza? Es una dinámica insostenible”, acotó.
Para Lucas Llach, economista y exvicepresidente del Banco Central (BCRA) durante el Gobierno de Cambiemos, si las decisiones vienen acompañadas con estabilización “incluso en el corto plazo los beneficios superan a los costos”. Es decir, una “estabilización de shock” y no mediante metas de inflación.
Si viene con estabilización, me parece que incluso en el corto plazo beneficios superan a costos. Estabilización de shock, no la mariconeada de metas de inflación :)
— 🇦🇷 lucas llach (@lucasllach) September 30, 2021
“¿A qué llamamos estabilización de shock? Si es eliminar el cepo, ajustar tarifas, abrir importaciones, equilibrar cuentas fiscales y tener tasas positivas (todas condiciones necesarias para crecer sostenidamente), te comes una explosión nominal con riesgo de espiralización y mucho desempleo”, le retrucó Moll. En su respuesta, Llach diferenció que dichas medidas no son una estabilización, sino requisitos necesarios para lograr la misma.
Durante los años del macrismo, el Ejecutivo había intentado virar hacia esa dirección. Entre las primeras decisiones de Gobierno se unificó el tipo de cambio, se realizó un ajuste tarifario y tendió a la apertura comercial. Pero para el final de su mandato, Mauricio Macri tuvo que dar marcha atrás: volvió a poner el cepo al dólar, le subió las retenciones al campo y hasta congeló las tarifas.
En diálogo con LA NACION, el exvicepresidente del Banco Central remarcó que la situación cambiaria y tarifaria de la Argentina es “obviamente insostenible”, con brechas “cerca del récord” y un dólar oficial que sigue atrasándose mes a mes. “Salir de ahí sin un programa, sin un horizonte a futuro, es mucho más complicado que salir con un programa claro que busque estabilizar las variables a futuro”, indicó.
Para todos los economistas que participaron de la discusión las medidas se tienen que llevar a cabo más temprano que tarde, pero es una decisión que ningún político tiene ganas de asumir. Las consecuencias en el corto plazo pueden a llegar a ser difíciles, pero en el largo plazo se irán tornando más complicadas aún.
“De continuar con los cepos, arreglando las cosas parcialmente, probablemente los niveles de pobreza no haga otra cosa que empeorar y las decisiones que se tienen que tomar se volverán más difíciles que ahora. Es una complejidad muy fuerte desde el punto de vista político, es más fácil arreglar todo con alambre que solucionar las cosas sabiendo que en el futuro esta nueva configuración económica te va a llevar a mejor puerto, pero te va a hacer sufrir. Un Gobierno que acaba de perder las elecciones, que le quedan dos años de mandato, no está viendo esta situación”, cerró Moll.
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