El dato que se oculta en los billetes y muestra la crisis en la Argentina
La inflación y la devaluación de la moneda generan efectos indeseados en la economía cotidiana; cómo es la comparación con otros países
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La inflación se vive a diario. Basta ir a un restaurante, un supermercado o pagar la cuota de un servicio para comprobar cómo mes a mes los precios escalan y golpean al bolsillo. Pero esa dinámica, atada localmente a la suba del dólar, también tiene un efecto silencioso que impacta en el bolsillo y se esconde en los billetes.
Porque a medida que se encarece el precio de la moneda estadounidense y de los consumos cotidianos de los argentinos, también pierden terreno los pesos que se usan a diario y configura un escenario particular: en la Argentina, el billete de máxima denominación es el segundo entre los que menos valor tienen, en dólares, en toda la región, sólo detrás de Venezuela.
Ese papel de $1000 nació en diciembre de 2017, y cuando comenzó a circular equivalía a unos US$57, según el tipo de cambio oficial de entonces. Menos de cuatro años después, entre inflación, recesión, corridas cambiarias y cepo, ese poder de compra se aniquiló. Hoy, al valor del dólar oficial, ese billete ilustrado con el hornero vale US$9,84. En otras palabras, en el período perdió un 83% de su valor en dólares.
Más profundo es el deterioro si se toma el valor del dólar paralelo. Con un precio de $171, el billete de $1000 compra US$5,85. Así, la pérdida del valor de ese billete medido al dólar paralelo es del 90%.
La caída del poder de compra del billete de máxima denominación tiene consecuencias que van más allá de la inflación. Según advierten desde bancos, comercios y firmas que transportan caudales, como cae el poder de compra de los billetes, se necesitan más unidades para comprar los mismos bienes que tiempo atrás, en una dinámica que vuelve más caro y engorroso diferentes procesos.
En los cajeros, hay más ocasiones de uso, se vacían más rápido y deben ser recargados con mayor frecuencia. Así, es habitual encontrar terminales sin efectivo y los desperfectos técnicos se acentúan.
Al consumidor, mientras tanto, le toca llevar más papeles en su billetera, visitar más veces el cajero o, cómo ocurrió durante la pandemia, volcarse hacia el dinero electrónico y los medios de pago digitales. Para bancos y comercios, todo es más costoso: desde la necesidad de contar con más espacio para guardar más billetes hasta cuestiones de seguridad, como tener que vaciar cajas registradoras o tesorerías cada vez más a menudo.
También todo es más costoso para el Estado. Mientras se archivan proyectos para emitir billetes de mayor denominación, la inflación demanda mayor gasto para imprimir billetes. Así ocurrió en 2020, en plena urgencia por la pandemia, cuando el país saturó la capacidad de la Casa de la Moneda y recurrió a la importación.
Y en ese escenario, la Argentina aparece desconectada de otros momentos de su historia y de los países de la región, cuyos billetes de mayor denominación hasta quintuplican su valor en dólares con respecto al de $1000.
En México, el billete más valioso es de 1000 pesos mexicanos. Emitido a fines de 2020, e ilustrado con escenas de la Revolución Mexicana y las selvas de ese país, el papel equivale a US$50,38.
En Uruguay, mientras tanto, el papel más valioso es de 2000 pesos uruguayos, que representa alrededor de US$45,80.
Las últimas semanas en Brasil fortalecieron al real y tuvieron un efecto positivo al medir el poder de compra en dólares de sus billetes. Con la reciente apreciación, el papel de 200 reales brasileños ahora equivale a US$39,36, más de tres veces el valor del billete de $1000 pesos argentinos.
En Colombia, el papel más valioso es el de 100.000 pesos colombianos, que se pueden convertir en US$26,71, mientras que en Bolivia el más alto es el de 200 bolivianos equivale a unos US$29. En Chile, mientras tanto, el billete de 20.000 pesos se ubica como el de mayor valor entre la familia actual, y convertido a dólares, equivale a unos US$27,15.
El caso más excepcional es el de Venezuela, un país hundido en una profunda crisis social y económica, con desplome del nivel de actividad e hiperinflación hace años. Allí, el Gobierno mantiene al billete de un millón de bolívares como el más valioso, que equivale a unos 31 centavos de dólar en el mercado oficial.
En Ecuador, la moneda de curso legal es el dólar estadounidense, cuya familia incluye al billete de US$100 como el de mayor denominación. La misma situación experimentó la Argentina durante la Convertibilidad, cuando el billete de $100 ilustrado con la imagen de Julio Argentino Roca valía US$100.
En este punto, la dinámica en Europa muestra un caso inverso. En los países incluidos dentro de la unión monetaria común del viejo Continente, se habilitó en 1999 el billete de 500 euros, que hoy equivale a alrededor de US$593. Sin embargo, este papel, que es uno de los de mayor poder de compra del mundo, fue cuestionado por ser vinculado con actividades ilegales, y eso motivó a una drástica decisión: si bien sigue siendo de curso legal, en 2019 el Banco Central europeo decidió cesar su emisión.
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