El creciente negocio del sexo en la Argentina
Preservativos, juguetes eróticos, señales de TV, libros, videos y revistas son los rubros con mayor demanda
Los argentinos gastan cada vez más dinero en consumos relacionados con el sexo y el placer.
Aunque todavía ninguna consultora emprendió un estudio para determinar cuál es el volumen del negocio en este mercado, se pueden obtener indicadores que lo confirman, a partir del relevamiento de sus rubros más representativos.
Veamos algunas estadísticas. Los fabricantes de preservativos llevan vendidos en lo que va de 1998 un 20% más de unidades que en 1997. La comercialización de juguetes eróticos por correo crece a razón de un 50% anual. Las señales televisivas de porno soft sumaron en noviembre un 20% más de abonados. La mayoría de los albergues transitorios de la ciudad tienen ocupación completa los fines de semana.
Pero eso no es todo. Las hot-lines telefónicas arrojan un beneficio mensual de 120.000 pesos. El cuento erótico atraviesa por un auge de ventas en el mundillo literario. Ypara abril del próximo año se anuncia la primera edición de Sexpo, una feria que reunirá bajo el mismo techo a todos los miembros de la industria (incluso a los que tienen afinidad, como las bodegas y los fabricantes de medicamentos para corregir disfunciones sexuales).
El de Diandra Collection, una firma que se dedica a la venta de juguetes para adultos, es un buen caso para comprender la realidad de un sector que crece en las sombras, pero con paso firme.
Su dueño Héctor Pérez, un licenciado en marketing, decidió probar suerte con una nueva actividad, en 1994, cuando supo que la industria de los juguetes para adultos genera en el mundo mayor volumen de ventas que la fabricación de chiches para niños. Su primer paso fue la apertura de un local en el centro de Buenos Aires, y logró crecer en forma explosiva cuando corrió el velo de un nicho inexplorado: el del telemarketing.
Los locales se multiplican
Cuatro años después, Pérez suma cinco locales (dos en Capital Federal y otros tres en Brasil), y durante este mes pondrá en marcha dos más, por el sistema de franquicias, en Adrogué y Caballito. La facturación de Diandra aumenta entre un 50 y un 70%por año. Su site de Internet recibe un promedio de 1000 contactos diarios.
¿Una explicación para el éxito? Pérez dice que logró posicionarse en un segmento que no tiene puntos de contacto "con el público escatológico y sórdido de muchos de los sex shops de Buenos Aires. Nuestros clientes son los matrimonios y las parejas tradicionales", explica.
Las llamadas líneas de teléfono eróticas fueron prohibidas por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones hace tres años, pero el negocio de las teleconferencias (lugares de encuentro a los que llama la gente para realizar contactos) sigue en pie. Diego Banfi, de Telinfor, una de las empresas líderes en el sector, asegura que se produce por mes un tráfico de 200.000 llamadas, que equivalen a $ 120.000. Las operadoras obtienen una rentabilidad del 60 por ciento.
También soplan vientos cálidos para los propietarios de los 200 albergues transitorios de la Capital Federal. La Capral, la cámara que los reúne, evita dar cifras de facturación para no arrojar más leña al fuego de los legisladores porteños, que proyectan aumentar en un 84% el gravamen a sus ingresos brutos. Pero en riguroso off, los propietarios de los establecimientos mejor ubicados de la ciudad hablan de camas ocupadas al ciento por ciento durante los mediodías, y también durante los fines de semana.
Auge de los preservativos
El de los preservativos es uno de los sectores que experimenta mayor desarrollo a la hora de evaluar la marcha de los consumos vinculados con la sexualidad. En un mercado monopolizado por las marcas Prime y Tulipán, se venden por año 93 millones de unidades, con una tasa de crecimiento del 20 por ciento.
Alicia Sciacca, de Buhl SA, la empresa local que importa Prime desde los Estados Unidos, destaca la consolidación de la demanda de preservativos en las cadenas de supermercados:"Se van incorporando definitivamente a las compras familiares y cada mes se vende más".
La consultora AC Nielsen está realizando un estudio para medir esa evolución: en octubre último, por ejemplo, se despacharon casi un 10% más de preservativos en las góndolas del Gran Buenos Aires, que en septiembre de este mismo año.
En un plano que todavía permanece más alejado del consumo masivo, los sex shops también están creciendo en las últimas temporadas. En Buenos Aires hay 20 y todos están ubicados en zonas de gran afluencia de público. Se dedican a la venta de videos condicionados, lencería erótica y productos íntimos, con un amplio catálogo de posibilidades. Los más surtidos facturan entre 8000 y 12.000 pesos por mes.
Técnico en relaciones humanas, Juan Carlos Rey se desempeñó durante años en la gerencia de relaciones humanas de una automotriz local, hasta que emprendió un cambio de rubro. Dueño de uno de los sex shops más concurridos de la ciudad, explica que el 80% de sus clientes son hombres, con una edad promedio de 40 años. También señala que el motor de su actividad es el alquiler y la venta de películas.
Víctor Mayland, algo así como el Spielberg del cine porno criollo, cuenta que una película de producción nacional cuesta entre 7000 y 15.000 pesos. El hombre edita por año hasta seis films y obtiene márgenes de ganancia muy amplios. "Susy", una parodia sexual de las peripecias recientes de una conductora de televisión con su ex marido polista, costó $ 15.000 y vendió 3000 copias, que, a razón de $ 30 por cada una, equivalen a una recaudación de $ 90.000.
Si de mirar se trata, Venus, la señal erótica de televisión por cable que distribuye Cablevisión, cuenta con una platea cada vez más nutrida. En octubre, 20.766 abonados solicitaron pagar un plus para tener acceso a su programación, que se transmite por el canal 52, a partir de la una de la mañana. En noviembre, la demanda trepó a 23.298 solicitudes (a razón de 776 personas por día).
Las revistas también venden
El mercado se muestra receptivo para las revistas de temática sexual explícita. El único importador local de este tipo de productos -que prefiere mantener el anonimato- trae embarques mensuales por un valor de entre 150.000 y 200.000 pesos, para distribuir en los quioscos del Centro. Su margen de ganancia es enorme. Las publicaciones -todas con muchas fotos y poco texto- le generan una utilidad superior al ciento por ciento.
La literatura erótica también goza de su cuarto de hora de fama, de la mano de las grandes editoriales. Un informe publicado por La Nación , el mes último, da cuenta del éxito de este tipo de lecturas. El escritor Federico Andahazi lleva vendidos, en poco más de un año, 140.000 ejemplares de sus novelas "El anatomista" y "Las piadosas". Planeta y Emecé lanzaron en los últimos meses diversas colecciones de libros de cuentos eróticos que agotaron tiradas de hasta 5000 ejemplares. Todas serán relanzadas este mes.
Si de libros se trata, Angeles Domínguez, una editora independiente, es la dueña de una de las ideas más originales en este terreno: editó la "Guía de hoteles alojamiento de Buenos Aires" y logró agotar una tirada de 10.000 ejemplares. Seducida por la demanda, volverá a la carga en enero próximo, con otra tirada similar que se venderá en quioscos y librerías. Y esta vez también incluirá a los principales establecimientos del interior del país.
Prostíbulos que facturan $ 6000 diarios
En el mercado del sexo también existe la economía informal:es la que tiene que ver con el negocio de la prostitución, que a diferencia del resto de las actividades de la industria, no paga impuestos y se desarrolla al margen de la ley.
En este campo, el crecimiento también es geométrico.
Un buen termómetro son los avisos clasificados de los diarios, donde las ofertas de servicios sexuales ocupan cada vez mayor centimetraje.
El negocio se divide en dos. De un lado la prostitución de lujo, con tarifas de entre 100 y 300 pesos por hora, para clientes de un target ABC1. Este nicho se reparte entre dos empresarios, muy conocidos en el ambiente, pues mantienen el control total sobre la actividad desde hace por lo menos cinco años. Del otro, el comercio sexual de menor monta, con precios de entre 10 y 70 pesos. Este tipo de clubes, de acuerdo con la información que se maneja en la Justicia, por lo general guardan poco respeto por las normas sanitarias más elementales y se encuentran habilitados como bares o confiterías.
El fiscal Gabriel Nardiello, de la Fiscalía Nacional en lo Correccional Nº 13, explicó a La Nación que existe en Buenos Aires una docena de locales dedicados a la alta prostitución. Su facturación diaria oscila entre los 4000 y los 6000 pesos.
Los locales de menor nivel -la mayoría localizados en barrios populares como Once, Constitución, Barracas, Flores y San Telmo- recaudan por día entre 3000 y 5000 pesos.
Más difícil es arrojar luz sobre los número de los llamados departamentos privados. Se estima que hay unos 1000 en toda la ciudad, pero no existen mayores precisiones sobre su contabilidad. No es tarea sencilla establecer el número de personas que trabaja en cada uno y la frecuencia con la que asisten sus clientes.