El Covid-19 demuestra que se puede trabajar sin oficinas ni fronteras
En el mundo virtual hay una economía real en movimiento, que genera ingresos contantes y sonantes. "En tiempos de teletrabajo la exportación de servicios basados en el conocimiento es una de las actividades mejor preparadas porque la mayoría se puede hacer en forma remota; de hecho la prestación a través de Internet es la modalidad más importante para las exportaciones de servicios de Argentina", dice la economista Romina Gayá, del Centro IDEAS de la Universidad Nacional de San Martín.
La cuarentena le dio un empujón a muchas empresas, instituciones educativas y trabajadores autónomos para que se zambullan en el mundo del teletrabajo y el e-learning.
Aunque la falta de anticipación genera mucho stress e improvisación en el pase de las actividades presenciales al mundo virtual, esta emergencia está abriendo los ojos a muchas personas sobre la posibilidad de deslocalizar el trabajo y acceder al mercado global.
"Esta situación obliga a las empresas a darse cuenta de que el trabajo no tiene que ver con las oficinas, el trabajo tiene que ver con otra cosa", dice Mara Schmitman, fundadora de Schmitman HR, consultora especializada en búsqueda y selección de personal para compañías de tecnología.
Con clientes en la Argentina, Estados Unidos, Alemania y España, Schmitman presta sus servicios completamente a distancia y el home office forma parte de su ADN. La casa central está en Belgrano, pero la asistencia a la oficina no es obligatoria para nadie y de hecho hay dos integrantes del equipo que residen y hacen sus tareas desde Chaco, y uno de los supervisores trabajaba desde Ushuaia pero recientemente se mudó a Andorra y sigue haciendo su parte desde allá.
"Antes cuando uno pasaba frente a una oficina, tenía que ver a una persona moviendo el cuerpo para entender que estaba trabajando; hoy el concepto de trabajo cambió, lo que se ven son los resultados", explica Mara, "hay gente cuyo trabajo es tener ideas, no necesita estar moviendo el cuerpo, y no se puede delimitar tanto ese proceso, además el trabajo está globalizado, se necesita trabajar con diferentes países, en diferentes horarios."
Aún así, otras empresas igualmente globalizadas y acostumbradas a trabajar online tuvieron que tomar medidas para adecuarse al estado de emergencia.
"Nosotros siempre fuimos "expertos" en trabajar virtualmente con nuestros clientes, con lo cual uno tendería a pensar que sería "fácil" hacer que nuestros equipos trabajen desde la casa", dice Diego Cotsifis, director de AEC Resources Inc, empresa de servicios de producción y consultoria BIM (se refiere al Buildong Information Modeling) que con sus 150 trabajadores exporta el 96% de su facturación a los Estados Unidos. Se trata de la generación y gestión de datos de los edificios.
"La verdad, fue todo un desafío, que supimos resolver ", relata; quince días antes de que comenzara la cuarentena empezaron a prepararse, "primero se llevó a los inmunodeprimidos de la empresa a hacer teletrabajo. Luego, a los que iban volviendo de vacaciones los pasamos a cuarentena, como también a los que volvían de viajes de negocios. Se hizo un plan donde en 3 días toda la empresa debía pasar a trabajar desde la casa", continúa; "esto empezó el miércoles anterior al decreto. El equipo de IT ayudó a cada uno de nosotros y en menos de tres días, ya todos estábamos desde nuestras casas trabajando y conectados más que nunca".
"Recursos Humanos se encargó de compartir tips de trabajo remoto, de cómo cuidarnos y de mantenernos motivados. Se generó una intranet, donde no solamente se pueden poner comunicaciones internas, sino que compartimos fotos sobre la forma en que estamos trabajando, y de los hijos de los que tenemos", agrega el director de AEC.
Soporte tecnológico y humano deben ir a la par en estos tiempos, pero en épocas más calmas, el teletrabajo también requiere fortalecer la comunicación y el compromiso.
En Schmitman se comienza la semana con una reunión fuerte, lunes a las 9 de la mañana: "ahí tienen que estar todos", cuenta su fundadora, luego hay otra reunión colectiva fija el miércoles para estar en sintonía, "y además yo tengo conversaciones individuales con cada uno, la primera media hora sobre los objetivos semanales, y la segunda más de largo plazo sobre objetivos a seis meses".
Por otro lado, usan Officevibe para medir el clima laboral, "tiene muy buen sustento científico, y nos da un pulso de cómo está toda la organización; mide satisfacción, relación con el superior y los compañeros, entre otros factores".
Los teletrabajadores, por otro lado, tienen que estar entrenados en la gestión del tiempo -para eso los ayuda Geekbot- y tener muy buena comunicación escrita: "una coma mal puesta en un chat puede ocasionar una catástrofe".
En AEC Resources las plataformas también fueron clave para seguir manteniendo el contacto directo con los equipos y clientes: "establecimos puntos de contacto más frecuentes en donde el directorio se encarga de transmitir toda la información necesaria para que la compañía este al tanto de todo lo que está sucediendo y de cómo vamos manejando el día a día", narra Cotfidis.
"Quedó en evidencia la importancia de las herramientas de gestión en la nube como por ejemplo Asana, Trello, que hacen que el seguimiento de proyectos y el trabajo colaborativo virtual se ejecute de manera mucho mas eficiente; se eliminan los excels".
Tal como indicaba Schmitman, el cierre de las oficinas físicas y la inmersión forzada en el home office conlleva la adopción de un nuevo paradigma, de lo que Cotsifis da testimonio: "Nos vimos forzados a cambiar la forma de hacer gestión de proyectos y de interrelacionarnos como equipo, de una forma mucho más interesante y moderna,. Pasamos a un management de control de objetivos en cada tarea; esto hace que la productividad por lo menos se mantenga y consideramos que debería subir. Ahora cada uno se hace responsable con su equipo de que tiene que entregar en tiempo y forma según las metas que diariamente se van estableciendo".
En paralelo al cambio organizacional, la crisis se presenta con nuevas oportunidades: "Aprovechamos para ofrecer a nuestros clientes, nuevas propuestas como entrenamientos para sus empleados, consultoría, etc. para mostrarles la capacidad que tenemos como compañía de adaptarnos a la adversidad y que pueden seguir confiando en nosotros, incluso en momentos tan complicados".
Como AEC Resources, otras compañías e incluso profesionales independientes pueden estar visualizando un campo de acción expandido a medida que se apropian de estas nuevas herramientas y rutinas.
Pablo Staszewski, consultor en marketing y negocios internacionales, señala que ""el COVID 19 trajo nuevas costumbres, que aceleraron un proceso natural que se estaba dando; hace muchos años que algunos trabajamos dando servicios a distancia, no es algo nuevo, ni novedoso -sí es diferente el contexto".
Staszewski & Asoc. exporta servicios de investigación y desarrollo de mercados, y tiene representación comercial en Paraguay y Brasil.
"Al principio de Internet, antes de que explote la burbuja en el 2000, parecía que todo se iba a hacer digital", recuerda. "Cientos de marketplace aparecieron, plataformas B2B, y B2C. El problema que trajo la burbuja financiera, fue que creó la fantasía en la que todos pensaban que podían hacer negocios por Internet. Con el correr del tiempo, y luego de muchos golpes, la realidad mundial permitió un nuevo desarrollo en los negocios online".
¿Será esta crisis el desencadenante de un nuevo salto en las exportaciones de servicios?
"La evolución de las exportaciones de servicios de Argentina evidencia que están muy correlacionadas con el salario en dólares, y éste ha sido super fluctuante por las variaciones del tipo de cambio", advierte la economista Romina Gayá; "para ninguna inversión en ningún sector es buena la volatilidad".
"Eso, más los cambios de reglas de juego que hemos visto en los útlimos tiempos, como las idas y vueltas con la ley de Economía del Conocimiento, más allá de la crisis actual, no permiten esperar que las exportaciones argentinas vayan a pegar un salto en los próximos años", dice Gayá.
"Actualmente, la exportación de servicios se ha refinado" opina Staszewski. "Hoy no es cuestión de que vendas algo y sea barato; ya no corre eso en los servicios de calidad. Claramente podés conseguir quien te haga, por ejemplo, un logo en Fiverr por pocos dólares, pero ninguna empresa o profesional buscará por ahí una solución".
"El principal determinante de los servicios basados en el conocimiento es el capital humano", señala Romina Gayá; "en eso Argentina está bien posicionada, no compite en salarios bajos pero puede competir en segmentos de sofisticación media y alta, y tiene otros factores que la benefician para exportar a los Estados Unidos y América Latina, como el huso horario y la similitud cultural, incluso en habla de inglés estamos bien posicionados".
La conectividad facilita el contacto con nuevos clientes, pero vender un servicio depende de la generación de confianza, y al entrar a un mercado nuevo, siempre es un desafío.
"Conseguir clientes no es fácil, pero es una gran oportunidad; con el tiempo, se va generando un prestigio, eso nos facilita llegar a clientes, y mejorar nuestro valor de mercado a la hora de cobrar por un trabajo o servicio, además, tenemos que aprovechar los contactos. No alcanza con tenerlos, hay que aprovecharlos pensando estratégicamente; buscar referentes en las redes, generar contactos con ellos".
"Lo más efectivo y lo más lento es el networking", coincide Mara Schmitman, "entre candidatos y clientes es un montón de gente con la que hablamos todos los días".
Ambos exportadores coinciden en la importancia de construir una imagen profesional sobre la base de una marca personal, y posicionarla utilizando todas las redes sociales, blogs, y acciones de prensa. "Por el otro lado, tenemos las "vidrieras", agrega Staszewski, "hay genéricas, como Guru, Freelancer, Upwork, que tienen simplificado el esquema de negociación, cobro, etcétera, y luego, tenemos páginas más especializadas, como Clutch o Zintro, y finalmente, hay plataformas como UNGM, en donde se puede competir en llamados a profesionales de entidades internacionales".
"El mundo digital siempre fue una oportunidad, hoy, ya es una necesidad, y quien no esté en el circuito virtual, corre el peligro de quedar fuera del juego", concluye Staszewski.
"La Argentina no está bien posicionada en cuanto a incentivos; todo el mundo está otorgando estímulos fiscales a la exportación de servicios -eso no siempre es bueno porque se puede generar una guerra de incentivos, pero en definitiva con una carga tributaria enorme, esta diferencia de incentivos, en sectores donde es tan fácil relocalizarse, termina llevando a que otros países de la región como Colombia, Uruguay o Costa Rica, han sido más dinámicos, también por la estabilidad macroeconómica", cierra Gayá.