El "corralito" y el plan Bonex: una comparación
Cuando uno mira la actual crisis del sistema financiero aparece la tentación de compararla con el plan Bonex del 28 de diciembre de 1989.
¿Cuáles son las similitudes y las diferencias entre ambos mecanismos de confiscación de depósitos?
La similitud más marcada es el origen de ambas. En 1989 la casi totalidad de los depósitos que recibían los bancos era derivada automáticamente al Banco Central (BCRA) en forma de depósitos indisponibles para financiar el gasto del Estado.
Cuando a fines de 1989 se produjo una de las tantas corridas cambiarias y financieras, los bancos se encontraron con que no disponían de los fondos para pagar en ventanilla porque el BCRA los había tomado compulsivamente.
¿Qué se hizo entonces? En vez de emitir moneda para darles redescuentos a los bancos para que pagaran en ventanilla, el Estado hizo el plan Bonex.
La plata que el BCRA les debía a los bancos, que a su vez se la debían a los ahorristas, se pagó con el Bonex 89.
Las semejanzas
La actual crisis financiera tiene la similitud de origen con el plan Bonex en que, de los 44.000 millones de dólares de depósitos del sector privado, 22.000 millones fueron prestados al sector público para financiar su déficit.
La insolvencia del Estado y su default (tan festejado por la dirigencia política) tienen como contrapartida que hay un 50 por ciento de los depósitos que son impagables porque el Estado no devuelve lo que pidió prestado.
La segunda similitud es que en el plan Bonex se entregó rápidamente un bono que por lo menos podía negociarse en el mercado secundario.
Los que pudieron resistir finalmente recuperaron buena parte de sus ahorros.
En el actual "corralito", la gente no puede vender en el mercado secundario sus certificados de depósito.
El "corralito" actual es en los hechos un plan Bonex mucho más duro y angustiante porque la gente no puede retirar ni siquiera una parte de sus ahorros.
Las diferencias
La gran diferencia entre el "corralito" y el plan Bonex está en la magnitud de las cifras involucradas.
Mientras en 1989 los depósitos canjeados por bonos sumaron unos 3000 millones de dólares, hoy estamos hablando de una cifra casi 15 veces más grande, con una mayor cantidad de ahorristas.
Pero, además, en aquel momento prácticamente no había depósitos en dólares y mucho menos préstamos en la misma moneda.
Además, el grueso de los depósitos de 1989 era dinero para transacciones y hoy es ahorro.
La crisis actual tiene una magnitud mayor que la de 1989, pero finalmente tendrá que tener una resolución muy parecida a la de aquel año.
Las razones son dos:
a) La devaluación hace incobrable buena parte de los préstamos.
b) El principal deudor del sistema financiero argentino, el Estado, está quebrado.
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