El consejo de Cavallo al Gobierno desde Wall Street
El exministro habló en la celebración por los 30 años de cotización en esta plaza de la transportadora TGS; recomendó no enfocar el tema de las privatizaciones solo desde una perspectiva fiscal
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NUEVA YORK.- El exministro de Economía, Domingo Cavallo, le dejó algunas recomendaciones al gobierno de Javier Milei durante su visita a la Bolsa de Nueva York, en el marco de la celebración de los 30 años de cotización de la transportadora de gas TGS en esa plaza.
Cavallo repasó parte de su historia en los años 90 para construir su sugerencia a la actual administración, que tiene entre sus planes avanzar con el traspaso de empresas públicas al capital privado.
Al inicio de la década, según relató, había dos grandes propuestas para avanzar con las privatizaciones. Por un lado, los bancos, que tenían acreencias impagas con la Argentina, buscaban capitalizar las deudas del país para quedarse con esas empresas, permitiendo que una nueva gestión aumentara su valor tras haberlas adquirido con bonos desvalorizados.
En la otra vereda estaban los “fiscalistas”, según mencionó el exministro de Economía. Ellos sostenían que, para colaborar con la eliminación del déficit fiscal, había que vender las empresas públicas y usar los ingresos para cubrir el rojo del sector estatal.
De acuerdo con Cavallo, esta última fue la filosofía utilizada para las tres primeras privatizaciones del gobierno de Carlos Menem: las de las compañías telefónicas, Telefónica y Telecom, la de Aerolíneas Argentinas y la de las rutas.
“Pero resulta que yo, como canciller, me enteré de que en realidad el tema de la deuda iba a ser resuelto a través de lo que fue el Plan Brady”, recordó Cavallo. Entonces, vio la oportunidad de encarar las privatizaciones de otro modo: “Se podía enfocar con un sentido diferente, ni con la visión de los banqueros, que querían que sirviera simplemente para cancelar las deudas que tenía la Argentina, ni con la mirada fiscalista de que era cuestión de hacerse de recursos para tapar los agujeros de la Argentina”, sostuvo.
Cavallo explicó que, desde la Fundación Mediterránea, se había trabajado con la idea de que el proceso de privatización debía servir para que los sectores económicos recrearan mercados con reglas de competencia, siempre que fuera posible, o con regulación adecuada en los casos necesarios.
Un aspecto destacado de ese plan, que tiene vigencia actual, era atraer capitales nuevos para financiar inversiones y transformar las empresas.
“Estando todavía en default, obviamente no podíamos conseguir endeudamiento público a través del mercado de bonos ni esperar que los bancos nos siguieran prestando. Pero sí apareció a posibilidad de que las empresas surgidas de estas privatizaciones accedieran al mercado de capitales. Entonces, yo asumí como ministro de Economía, lanzamos el plan de convertibilidad, abrimos la economía, entre muchas otras reformas”, detalló.
Cavallo recordó que dedicó mucho tiempo a preparar el marco regulatorio antes de avanzar con las privatizaciones. “Así, pudimos avanzar de manera que el proceso atrajera capital de riesgo y capacidad de administración”, explicó.
El exministro subrayó que las privatizaciones ayudaron a resolver el problema fiscal, ya que las empresas dejaron de perder dinero y de requerir aportes del Tesoro. Sin embargo, reconoció que generaron pocos ingresos porque se vendían compañías “muy mal organizadas”. Pese a eso, destacó que “incorporaron capacidad de gestión empresarial y de movilizar capitales de riesgo para desarrollarlas, y ese fue el éxito del programa de privatización”.
En ese punto, Cavallo dejó su consejo al gobierno de Milei: “Creo que, hoy por hoy, existe ese desafío, con algunas características o condiciones diferentes, pero es muy importante que la visión con la que se hacen las privatizaciones no sea la de simplemente resolver problemas viejos de deuda o acceder al mercado financiero tradicional, sino que se pueda, a través de un proceso de privatización, inducir el desarrollo del mercado de capitales, acceder al doméstico e internacional y, sobre todo, apuntar a la buena administración y a las inversiones eficientes en los distintos sectores de la economía”.
El gobierno de Javier Milei busca por estos días acelerar el proceso de privatización de empresas públicas. Desde la Casa Rosada se argumenta que, en una economía con déficit fiscal, no debería seguir transfiriéndose dinero a ese tipo de compañías.
El encargado de liderar el proceso es Santiago Caputo, asesor de máxima confianza del presidente, a quien responde el secretario a cargo de las firmas estatales, Diego Chaher.
Existen muchas diferencias con los años 90. Por ejemplo, algunos de los activos más atractivos, como las telefónicas, el gas o parte del sector energético, ya no dependen del Estado. Sin embargo, hay bienes que podrían encajar en la visión planteada por Cavallo. Entre ellos se encuentran Aysa, Nucleoeléctrica Argentina (Na-SA), ciertos activos administrados por Enarsa —como centrales eléctricas y gasoductos— y hasta algunos de la Casa de Moneda.
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