El conflicto por los dólares: qué determina el ingreso y el egreso de divisas
Los cepos y las fuertes devaluaciones son frecuentes en la Argentina de los últimos años; por qué se llega a esas medidas y qué efectos tienen
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1. Otra vez, la cuestión de los dólares. Hace poco volvió el debate sobre la restricción externa o, para simplificar, la incapacidad de generar los dólares que la economía demanda para funcionar. Claro que, sin demasiado foco en el lado fiscal, cuyo constante agujero demanda permanentemente de la emisión monetaria para su financiamiento y su consecuente depreciación. En este contexto, las opciones por las cuales transita la economía argentina desde hace años son cepos o bruscas devaluaciones. Ambas con la misma lógica, la de mermar la adquisición de esos dólares, ya sea por su precio o por la regulación de la cantidad. Lo cierto es que nunca faltan dólares en un mercado. Sí faltan a un determinado precio que se quiere instalar, por ejemplo, cuando se instala un cepo. Pero ¿cómo entran y salen dólares?
2. Ingresos. La principal entrada de dólares al país viene por la exportación de bienes y servicios. En particular, por las ventas de bienes ingresaron al mercado de cambios en los últimos 10 años alrededor de US$63.000 millones (soja, maíz, autos, químicos, etcétera), mientras que en el caso de los servicios la cantidad se acerca a US$9000 millones (turismo, software, consultoría). También pueden ingresar dólares a liquidarse al mercado de cambios a través de endeudamiento en el exterior, que implica contraer deuda en moneda extranjera y liquidarla de forma local. El otro segmento es el de la inversión extranjera directa, que hace que empresas de otros países ingresen con divisas para realizar proyectos de inversión. Por último, están las remesas, dólares que entran sin contrapartida (una familia que recibe fondos, por ejemplo).
3. Egresos. Las importaciones son el principal rubro por el cual “se van” dólares del país. En el mercado de bienes, se demandaron cerca de US$54.000 millones y en el de servicios, unos US$14.000 millones en lo últimos años. También hay salida por pagos de intereses y comisiones de deuda. La contrapartida de tomar deuda pública o privada es que luego se demandarán dólares para devolver el interés y el capital. En cuarto lugar está el pago de regalías y dividendos, contrapartida de las empresas del exterior que invierten aquí. Por último, el ahorro y las remesas los argentinos envían al exterior o dejan fuera del sistema.
4. Equilibrio. Hace pocos días, el ejemplo modelo que expresó el Gobierno ante la situación de más egreso que ingreso de dólares fue el de una empresa líder en la importación y comercialización de bienes electrónicos, que fue inducida a alcanzar una suerte de equilibrio externo (en vez del equilibrio a nivel país) a través de la exportación de algún producto, que en este caso fueron las truchas, un mercado en el que la firma no estaba especializada. El criterio de uno a uno implicaba que si una empresa conseguía cupo de exportación podía importar por igual monto. No es un criterio productivo, sino estrictamente contable. Esto no llevó a una suba de las exportaciones, que se mantuvieron estancadas. Paradójico: en 2013 hubo récord de importaciones de autos de lujo.
5. Ahora. Hoy existe un contexto de exportaciones récord dados los precios internacionales de los bienes que vendemos, que debería estar beneficiándonos y permitiendo que más empresas importadoras puedan operar sin trabas. Pretender manejar el precio del tipo de cambio y controlar la cantidad de dólares al mismo tiempo, no puede dar buenos resultados.
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