El complejo derrotero para exportar e importar
"Tal vez estamos empezando a comprender que nadie se salva sólo, que las fronteras no existen, qué la salud es un derecho universal, qué la economía puede esperar, que la vida es frágil y que protegerla es un deber colectivo", dijo hace unos días Eduardo Galeano.
El primer caso de coronavirus en Wuhan, China fue el último 17 de noviembre. Cuatro meses después, la Argentina iniciaba su cuarentena, estipulada en el Decreto 297/20, tratando de amortiguar el mal trago que otros países no vieron venir.
El presidente nos llamó a los operadores a continuar con las "actividades impostergables vinculadas con el comercio exterior". ¿Qué era impostergable? Créame, querido lector, que para cada empresario su carga es impostergable, y estamos acostumbrados a correr en pos de ello.
Por suerte, la Subdirección General de Técnica Legal Aduanera, salió a aclarar que la Aduana atendería exclusivamente aquellas operaciones relacionadas con las actividades y servicios declarados como esenciales en el mencionado Decreto (IG 1/20). Esto era por ejemplo; actividades relacionadas con el comercio de proximidad, ferreterías, veterinarias, supermercados, industria alimenticia, actividad agropecuaria y pesca, higiene y limpieza, equipamiento médico, servicios postales y encomiendas, transporte, y otras actividades que el Gobierno sigue revisando permanentemente. Cada Aduana según su criterio interpretaba si la operación cuadraba dentro del Decreto.
La misma Subdirección derogó la normativa anterior (IG 2/2020) e indicó la atención prioritaria de las actividades esenciales, y permitió la atención de otras operaciones de importación o exportación, que por la naturaleza de las mercaderías o por las particularidades del caso, aconsejen su atención por considerarlo crítico o esencial. Ahora las Aduanas podían determinar la esencialidad de una carga más allá del decreto. Pasó por ejemplo con camiones con cargas de rubros no prioritarios demorados en frontera y también con mercaderías de difícil desconsolidación que requerían ser descargadas en las empresas importadoras. Se aclaró además, que en el caso de exportación, se atendería "exclusivamente aquellas que resulten impostergables por tratarse de mercadería perecedera, con estacionalidad o que no resulte posible su acopio".
Prorrogada por primera vez la cuarentena (DNU 325/20) que finalizaba el 31 de marzo, el Jefe de Gabinete firmó la DA 450/2020, autorizando ahora: "exportaciones de productos ya elaborados e importaciones esenciales para el funcionamiento de la economía".
Acá se dejó de lado en parte la esencialidad desde el punto de vista sanitario, aunque las operaciones esenciales siguen siendo prioritarias, y se le dio mayor espacio a la economía. Quien tuviera en stock mercadería exportable pudo comenzar a exportarla, y puedo decir que desde el punto de vista de la economía, todas las importaciones mueven la aguja. Quedaban las exportaciones fuera de stock, hasta que hace poquitos días se autorizó la "producción para exportación" previo OK del Ministerio de Desarrollo Productivo (DA 524/20).
Los distintos organismos del Estado acompañaron. Por ejemplo, la AFIP eximió la presentación de certificados de origen en original para acuerdos preferenciales (Circular 2) y declaró una feria fiscal extraordinaria (RG 4682), se redujo la carga tributaria de importación de insumos médicos; Anmat flexibilizó la certificación y DJCP para la importación de barbijos, etc.
Las compras puerta a puerta andan rengas. Los couriers se las ingenian para volar sus cargas con escasos vuelos internacionales. La vía postal estuvo complicada por la suspensión por parte de China de todos los envíos postales por un mes. Ambas, supeditadas al personal reducido en terminales, Aduana, correo y prestadores logísticos.
Por ahora seguimos en casa hasta el 26 de abril (decreto 335/20), y se convocó a intendentes a fiscalizar y controlar la cuarentena (decreto 351). La Decisión Administrativa (DA) 490/2020 sumó a los bancarios con turno previo, a talleres, neumáticos y la actividad autopartista puerta a puerta; y la DA 524/20 por ejemplo a ópticas y venta minorista a domicilio. De a poco se corre el límite de lo permitido, pero este delicado equilibrio entre economía y salud está lejos de resolverse
El Indec aún no publicó datos de la balanza comercial de marzo. Es un hecho que serán muy malos. El saldo comercial favorable (cerca de US$2150 a febrero 2020) se explica por menores importaciones a raíz de la caída de la actividad económica.
Por otro lado el El FMI nos pronosticó una caída de 5.7% del PBI para 2020, pero nadie sabe realmente donde ni cómo termina esto. Solo sabemos que hay que cuidarse y ser creativos para que mientras tanto la economía no se caiga. Las aduanas trabajan con poco personal, nos estamos acostumbrando a bajar el reunionismo innecesario, mantenemos encuentros virtuales, vemos acciones solidarias que conmueven y le sacamos jugo a las redes.
El virus desnudó algunos temas que tenemos históricamente pendientes como las presentaciones arcaicamente presenciales de las operaciones de importación y exportación. Hace años AFIP prometió un Sistema Malvina asentado en la web que nos sumerja en la era digital de lleno. Esto no sucedió a pleno, y hoy añoramos una herramienta que hubiera ayudado y mucho al contexto. Seguimos trabajando con el noventoso Sistema María, que resiste hasta un Windows XP como mucho. Ni soporte de Microsoft tiene.
Un tema clave que mantendrá en vilo a los operadores es el tipo de cambio. El dólar se comporta como una mercancía más y veremos en un paisaje de producción resentida y alta emisión, una presión fuerte sobre el tipo de cambio oficial. Esto por ahora puede desesperar a los importadores para pagar y generar alguna especulación en el sector exportador. Por eso la necesidad de producir más cuanto antes sin por esto disparar el costo desde la arista de la salud. Es un horizonte histórico el que tenemos a la vista.
Escribió Eduardo Galeano que a veces "la economía puede esperar", pero no nos sobra nada, y "la vida es frágil" y protegerla depende de todos. La Argentina no tiene la espalda financiera de otros países afectados. Deberemos encontrar el arte de proteger la vida y la economía, juntas.•
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