El cepo al dólar impulsa el plazo fijo
Esta opción creció por la falta de alternativas, pero aún sigue perdiendo contra la inflación
Envalentonado por la falta de retadores, el plazo fijo vuelve a subir al ring de las inversiones; pero su ascenso no se debe tanto a una mejora de sus golpes como a las dificultades por las que atraviesa el gran peso pesado de la economía: el dólar. Así, los depósitos en plazos fijos aumentaron en lo que va del año 53%, respecto de igual periodo de 2011.
Dentro de los plazos fijos, los de depósitos mayores a un millón de pesos crecieron 70%, mientras que los menores de esa suma aumentaron 30 por ciento. En el nivel general, esta alternativa creció más que las cuentas corrientes y las cajas de ahorro (ambas crecieron 30%, por debajo del promedio de los plazos fijos).
Jorge Todesca, director de la consultora Finsoport, dice que este vuelco se produce fundamentalmente por el cepo al dólar, que cortó la posibilidad de resguardar el valor del dinero en moneda estadounidense. "Por eso no es casual que quienes más se inclinaron por esa opción sean los mayoristas, que son justamente empresas e instituciones que no pueden acceder al mercado informal del dólar o al contado con liqui", explica el economista.
Las tasas de interés que pagan los bancos aumentaron un poco en los últimos meses, pero no son la panacea para el depositante. Para menos de un millón de pesos oscila entre 11 y 14%, mientras que para el mayor de un millón está en 15% (hace 60 días estaba en 12 por ciento). "Hay gente que mantiene el plazo fijo porque las tasas se recuperaron un poco, pero aún siguen siendo negativas", comenta un analista de bancos que prefiere no ser mencionado.
Uno de los temores que provoca el plazo fijo es que el Gobierno obligue a los bancos a invertir en "economía real" más que el 5% actual, como hizo con las compañías de seguros. "Hay que tener en cuenta también que la mayor parte de los depósitos a plazo fijo está concentrada en el tramo de 30 a 44 días –señala Todesca–. Es un sistema donde todo el mundo está atento a la puerta de salida."
Ahora, ¿cuán válida es esta opción como inversión? Rodrigo Álvarez, socio y director de Analytica, dice que el plazo fijo es una alternativa que siempre está a mano, pero claramente el ahorrista que quiere preservar el capital no puede ir a él como único instrumento. "Yo lo usaría como elemento para contar con liquidez; pero buscaría alternativas dentro del mercado de capitales, como bonos del Gobierno, obligaciones negociables o fideicomisos", detalla Álvarez.
Otro analista financiero, que pide reserva de su nombre, responde que lo que hace hoy el plazo fijo es mantener la mitad del poder adquisitivo de lo que se pierde vía inflación. "Para el minorista es una inversión transaccional, que le es útil para tener el dinero un poco resguardado mientras decide, por ejemplo, qué auto comprar", dice este especialista.
Entre las alternativas más redituables, el analista de bancos destaca los fondos comunes de inversión, que tienen como activo subyacente plazos fijos, fideicomisos de consumo u obligaciones negociables en pesos", responde. "Tienen mayor liquidez y pueden dar un rendimiento superior al 15%; aunque siguen perdiendo contra la inflación", acota.
Desde el BBVA Francés destacan como ventajas del plazo fijo que permite obtener un rendimiento conocido desde el inicio de la operación y, al vencimiento, retirar el dinero inicial más los intereses ganados o renovar por un nuevo período y a una nueva tasa de interés concertada.
"Para quien disponga de un excedente, una opción es distribuir en forma escalonada la inversión en plazo fijo, a 30, 60 y 90 días, renovando todos los meses a 90 días, logrando mejor tasa de interés y posibilitando así un vencimiento por mes, en casos de necesitar contar con liquidez", explican en BBVA Francés.
En busca de resguardo
Se trata de perder lo menos posible el poder adquisitivo
- 53%
Crecimiento
Es lo que crecieron en promedio los depósitos en plazo fijo entre enero y octubre, comparado con 2011.
- 14%
Tasa de interés
Es la mejor tasa de interés que se paga hoy por un plazo fijo menor a $ 1 millón.