El cáncer de James Dimon revive el debate sobre la sucesión en J.P. Morgan
Una década atrás, con la compra de Bank One, J.P. Morgan Chase & Co. se sumó a la ola de consolidación de la gran banca estadounidense. Hasta entonces presidente ejecutivo de Bank One, James Dimon pasó a ocupar ese mismo cargo en J.P. Morgan 18 meses después de la adquisición. Y en 2006 pasó a acumular también el puesto de presidente del directorio.
Dimon, hoy de 58 años, es hoy el presidente ejecutivo que más tiempo lleva en su cargo entre sus colegas. En varias categorías, J.P. Morgan es hoy el doble de lo que era al adquirir Bank One: activos, ingresos, sucursales, con 50% más de empleados y presencia en 23 estados.
En esta década, Dimon ha llevado el timón de J.P. Morgan a través de la crisis financiera e hipotecaria de 2008, episodios como las pérdidas de US$6.000 millones a manos de un corredor audaz o el desembolso de un total de US$20.000 millones para cerrar distintas demandas por la participación del banco en el negocio de títulos basados en hipotecas.
El anuncio de que ahora Dimon se someterá a un tratamiento de ocho semanas por un cáncer de garganta concentra la atención en el tema de la sucesión en el mayor banco estadounidense por activos. Desde que asumió el liderazgo del banco, han surgido varios candidatos para sucederlo, pero algunos de ellos ya abandonaron la entidad. Nadie asumirá su cargo durante su tratamiento, indicó él mismo en una comunicación enviada el martes a los empleados en la cual calificó su prognosis de excelente.
De todos modos, además de interrogantes sobre su sucesión, sus inesperados problemas de salud también alimentan preguntas sobre qué pasaría si el tratamiento obligara a Dimon a alejarse de sus funciones durante más tiempo del previsto. Las acciones de J.P. Morgan cayeron 1,04% el miércoles por la tarde para quedar en US$56,97 la unidad.
"Es una figura icónica y será un tema delicado", observa Nancy Bush, analista de NAB Research LLC. A la empresa le interesará comunicar que sigue a cargo, "pero también le tiene que dar tiempo para sanar", dice.
La junta directiva del banco cuenta con planes de sucesión desde mucho antes de que se anunciara su cáncer de garganta, indicó la empresa.
Gordon Smith, quien está a cargo de las operaciones de banca minorista, y Mary Callahan Erdoes, quien dirige la filial de gestión de activos, son dos de los principales candidatos a asumir tareas de mayor magnitud en caso de que sea necesario, dijo una fuente cercana a los planes de J.P. Morgan.
Algunos expertos han manifestado que ambos candidatos tienen experiencia sólo en sus respectivos sectores y es probable que no sean considerados como sucesores permanentes de Dimon, a menos que adquieran experiencia en otras áreas del banco.
No obstante, las divisiones de administración de activos y de banca comunitaria y minorista fueron las que registraron los retornos más altos sobre la inversión, 23% en ambos casos, según la carta más reciente que Dimon envió a los accionistas. La cifra se compara con el retorno de 11% logrado por el banco en general y el 15% de la filial de banca de empresas y de inversión y el 19% de la banca comercial en 2013, según la carta.
Smith, de 55 años, llegó al banco en 2007 proveniente de American Express Corp. Se destacó por modificar la estrategia de tarjetas de crédito de Chase para captar a clientes más acaudalados, utilizando la estrategia que había aprendido en AmEx. La ganancia neta de la división aumentó de US$10.600 millones en 2012 a US$10.700 millones en 2013, pese a que los ingresos cayeron 8% para llegar a US$46.000 millones. Erdoes, de 46 años, ha llamado la atención por el desempeño del negocio de gestión de activos, que en 2013 aportó US$11.300 millones en ingresos y US$2.000 millones en ganancia neta, alzas de 14% y 19%, respectivamente, frente a 2012.
Dimon ha dejado en claro en los últimos meses que tiene la intención de permanecer en la empresa durante varios años.
Entre los candidatos a sustituirlo a largo plazo figuran el director general de operaciones, Matt Zames; el director de banca comercial, Doug Petno; el responsable de banca de empresas y de inversión, Daniel Pinto; la directora de finanzas, Marianne Lake; y la responsable de control de riesgo Ashley Bacon, indicaron fuentes cercanas a la situación.
La divulgación de la enfermedad de Dimon también revivió el debate sobre el gobierno corporativo de J.P. Morgan. Dimon ha detentado los cargos de presidente ejecutivo y presidente de la junta directiva desde 2006. Luego de que el banco registró en 2012 una pérdida ligada a sus operaciones de corretaje de valores de US$6.000 millones, algunos accionistas se mostraron partidarios de dividir los papeles y propusieron una medida para hacerlo, la que fue rechazada en forma abrumadora en la asamblea de accionistas de 2013.
Los problemas de salud de Dimon también reabren los interrogantes sobre si un banco de la envergadura de J.P. Morgan debe colocar tanta autoridad en los hombros de una persona. "Si tomamos en cuenta la crisis financiera y las mejores prácticas de gobierno corporativo, no deja de ser notable que un banco del tamaño y la importancia sistémica de J.P. Morgan tenga a una persona como presidente ejecutivo y del directorio", escribió el miércoles en una nota a sus clientes Janet Tavakoli, presidenta de Tavakoli Structured Finance Inc. "Las recientes noticias acerca de Jamie Dimon resaltan el riesgo de ese disparate".
En todo caso, una actualización de los planes de sucesión del banco podría ser prematura.
Dimon planea trabajar durante su tratamiento y tomar vacaciones en agosto, como de costumbre, mientras se somete a quimioterapia.