El Bundesbank se ablanda y Europa espera nuevos estímulos a la economía
FRÁNCFORT—El banco central de Alemania está dispuesto a respaldar un arsenal de medidas de estímulo que el Banco Central Europeo anunciaría el próximo mes para combatir una inflación demasiado baja, una decisión que subraya el cambio que ha experimentado el Bundesbank en el último año dónde ha dejado de ser el rebelde de la zona euro.
El Bundesbank está abierto a apoyar pasos enérgicos y, en algunas instancias, sin precedentes de parte del BCE, como el cobro de una tasa de interés negativa sobre los depósitos bancarios, límites para los créditos de largo plazo a los bancos y adquisiciones de paquetes de préstamos bancarios, indicó a The Wall Street Journal una fuente bien informada.
La noticia provocó una brusca caída del euro y se suma a las crecientes expectativas en los mercados de que el BCE actuará en forma decisiva, y unida, al anunciar recortes de tasas y otras políticas de estímulo cuando se reúna el 5 de junio.
Las proyecciones del BCE para la inflación en 2016, que los funcionarios de la entidad tendrán a su disposición cuando se reúnan, jugarán un papel clave en el apetito del banco central alemán para respaldar políticas adicionales de estímulo, agregó la fuente. El apoyo constituye, de todos modos, la señal más clara de que el Bundesbank, una institución que durante años se caracterizó por su oposición a las medidas de emergencia del BCE para combatir la crisis de la deuda, está plenamente comprometido con la lucha contra una tasa demasiado baja de inflación de la zona euro.
La postura del Bundesbank representa un giro importante para su presidente, Jens Weidmann, cuyos tres años al frente de la entidad han estado marcados por su férrea y aislada oposición a la principal política del BCE para afrontar la crisis: un plan de compra de bonos orientado a estabilizar los mercados de deuda.
El Bundesbank considera que el programa de compra de bonos, creado en septiembre de 2012, es una peligrosa combinación de políticas monetarias y fiscales, si bien su mera existencia logró restaurar la calma en los mercados y alivió los temores de un desmantelamiento de la zona euro. El programa jamás se ha usado.
No obstante, el banco central alemán parece dispuesto a emplear en forma agresiva las herramientas monetarias del BCE para ayudar a cumplir su meta de que la inflación no supere 2% en el mediano plazo. La flexibilización de su postura beneficia tácticamente al Bundesbank al hacer que sus puntos de vista adquieran mayor relevancia en los mercados y al fortalecer su posición cuando se opone a medidas como la compra de activos a gran escala.
El Bundesbank podría brindar un respaldo crucial para el presidente del BCE, Mario Draghi, en especial con la opinión pública de Alemania, cuando el BCE se reúna el próximo mes. Draghi alertó a los mercados financieros la semana pasada de que podría haber nuevas medidas de estímulo ante el descenso de la inflación en la zona euro, que llega a 0,7% y está muy por debajo de la meta de 2% en el mediano plazo.
Los bancos centrales buscan una inflación baja, que mantiene a raya los costos de financiamiento y provee un entorno estable para que las empresas y familias gasten. Sin embargo, cuando los precios al consumidor son muy bajos, es más difícil pagar las deudas y los consumidores aplazan las compras ante la esperanza de que los precios bajen. El BCE también ha dejado en claro su preocupación por la alta cotización del euro, que debilita la inflación.
"El Consejo de Gobierno no tiene reparos para actuar la próxima vez", dijo Draghi el jueves pasado, después que el BCE no modificara las tasas de interés, que están en los niveles más bajos de la historia. Destacó que la entidad analizaría las últimas proyecciones de inflación antes de tomar una decisión.
El cambio de postura del banco central alemán empezó a notarse hace casi un año, cuando Weidmann aprobó el compromiso del BCE de mantener las tasas de interés en los niveles actuales o menores durante "un período prolongado".
Sin embargo, el respaldo del Bundesbank a nuevas medidas de estímulo tiene sus límites. La entidad sigue resistiendo la compra a gran escala de deuda pública y privada, un proceso conocido en la jerga financiera como relajamiento cuantitativo, dijo la fuente. El banco central alemán, no obstante, está abierto a un paquete importante de medidas, agregó la fuente. Estas incluyen reducciones en las tasas de créditos y depósitos, préstamos sin límites a los bancos comerciales entre mediados de 2015 y mediados de 2016, créditos de largo plazo de tasa fija a los bancos y algunos compras de valores respaldados por activos.
La lista es significativa. Ningún banco central de la envergadura del BCE ha experimentado con una tasa de interés negativa sobre los depósitos. La actual tasa del BCE es de cero, que en la práctica castiga a los bancos por depositar fondos en el BCE. Esto podría debilitar el euro conforme los inversionistas internacionales miran con mayor recelo los activos denominados en euros.
De todos modos, los pasos que el Bundesbank está dispuesto a apoyar podrían cambiar y dependen mucho de los próximos pronósticos del BCE sobre la inflación hasta 2016. En la actualidad, el banco central prevé que la inflación promedie 1% este año, 1,3% el siguiente y 1,5% en 2016.
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