El blanqueo y la diferencia entre dinero negro o sucio
Debería garantizarse que no se admitan fondos de la ilegalidad
El proyecto de blanqueo de capitales tendría mayor amplitud de oportunidades para exteriorizar patrimonio que los dos anteriores, permitiendo que más dinero oculto se inserte nuevamente en la economía formal.
Ahora bien, la posibilidad de exteriorizar patrimonio que trae aparejada un blanqueo debe ser adecuadamente monitoreada por el Estado para evitar que se incorpore a la economía "dinero sucio". ¿Qué se entiende por "dinero sucio"? El proveniente de actividades ilegales -con la excepción de la evasión tributaria, que es "dinero negro"-, como el originado en delitos de trata de personas, narcotráfico, corrupción, etcétera.
En este contexto es fundamental instrumentar mecanismos que eviten que las personas que han desarrollado actividades repudiadas por la sociedad y por nuestro sistema jurídico encuentren en el blanqueo la posibilidad de volcar a la economía formal el producido de las mismas. En otras palabras, el blanqueo no debe ser un medio facilitador del lavado del dinero sucio proveniente de delitos fuera de la evasión fiscal.
¿Qué medidas se podrían instrumentar con objeto de limitar el riesgo de integrar "dinero sucio" al blanqueo? En primer lugar una práctica recomendable, que no está contemplada en este proyecto de ley, es que únicamente se permita la adhesión a personas (humanas o jurídicas) que se encuentren fiscalmente activas y con una antigüedad mínima dentro del sistema. En la práctica esto significa que se trate de contribuyentes inscriptos "conocidos" por el Estado.
Eliminar estas situaciones indeseadas desde el inicio, más allá de las facultades de investigación posterior de la Unidad de Información Financiera (UIF), se constituye como una cuestión fundamental. Con respecto a la UIF, dentro de las medidas que debería instrumentar es clave que incorpore normativa específica, un equipo para analizar el blanqueo y asimismo generar instrumentos como matrices de riesgo, con objeto de identificar posibles casos de "dinero sucio". Las mismas deberían, entre otras cosas, contener los datos históricos del contribuyente que tiene la AFIP y así, en función de parámetros preestablecidos, detectar casos en los que existan desproporciones manifiestas sin perjuicio de su posible posterior justificación.
En síntesis, ante la necesidad de un nuevo blanqueo es fundamental no repetir errores del pasado e instrumentar los mecanismos suficientes para garantizar que el objetivo perseguido sea exitoso. El gran desafío del Gobierno y de la Unidad de Información Financiera es mantener el delgado equilibrio entre incentivar la exteriorización de bienes y, al mismo tiempo, resguardar a la sociedad no incorporando dinero sucio al sistema al amparo del Estado.
El autor es socio del estudio Lisicki, Litvin & Asociados