El billonario estadounidense que trabajó con Robertson y Soros, se entusiasmó con la Argentina y ya invirtió en los Bopreal
Robert Citrone fundó y dirige el fondo Discovery Capital Management; tiene en su cartera acciones de empresas energéticas y bancos argentinos, y de bonos soberanos; cree que el país puede crecer de manera sostenida al 5% anual
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Robert Citrone dirige el fondo Discovery Capital Management, con el cual administra US$5000 millones en inversiones, focalizadas principalmente en activos de América Latina. La nueva vedette del fondo financiero es, desde el año pasado, la Argentina, donde compró varias acciones de empresas locales y bonos nacionales. En los últimos días, también adquirió los Bopreal, el instrumento que ideó el Gobierno para que los importadores cancelen sus deudas comerciales con el exterior a través de la compra y venta de un bono.
De visita por Buenos Aires, Citrone se reunió con el ministro de Economía, Luis Caputo, a quien conoce desde hace 32 años, cuando el funcionario argentino trabajaba para el banco J.P. Morgan. El administrador financiero, accionista también del equipo de fútbol americano Pittsburgh Steelers, proyecta que el país podría crecer a tasas de 5% anual si la economía se estabiliza.
–¿Desde hace cuánto tiempo invierte en la Argentina?
–Estaba en Fidelity Investments a principios de los 90, a cargo de las inversiones en mercados emergentes. Vine a la Argentina por primera vez en 1991, justo después de la convertibilidad. El país estaba en una situación aún peor que la de ahora: la inflación estaba en más de 2000%, no había reservas en el Banco Central y el sector privado no era tan vibrante y sólido como es hoy. En ese entonces vimos una gran oportunidad. Pensábamos que el programa de estabilización funcionaría, que la inflación bajaría rápidamente y que la economía comenzaría a crecer. Cuando llegué, los bonos cotizaban a 25 o 30 centavos. Compramos muchos de esos. Se duplicaron al año siguiente. Compramos después más bonos domésticos y, a fines de 1992, teníamos el 25% de toda la deuda doméstica de la Argentina.
–¿Qué lo convenció de invertir en la Argentina en ese entonces?
–Pensaba que [Domingo] Cavallo era un fantástico ministro de Economía con un buen equipo. Sentía que estaba la oportunidad para que la economía crezca, debido a que había estado tan deprimida por mucho tiempo. Y creía que el programa de convertibilidad iba a estabilizar la economía y veía que la recompensa por el riesgo era muy buena, los rendimientos eran altos. Cavallo, su equipo y el presidente Menem hicieron un buen trabajo y hubo apoyo político para hacer muchas cosas. Participé en la privatización de YPF, compramos acciones. Luego sucedió la crisis del tequila en México y los rendimientos se volvieron demasiado caros en cuanto a la deuda, las economías entraron en recesión. El dólar se volvió fuerte globalmente e impactó en el programa de convertibilidad. También hubo una relajación en lo fiscal.
–¿Cómo fueron los siguientes años?
–Hubo períodos de tiempo en los que no invertimos, en los que no nos gustó el gobierno de turno, pero estuvimos mirando muy de cerca, porque siempre hay oportunidades en la Argentina. Generalmente, en tiempos recesivos, incluso durante algunos de los años de Kirchner, compramos acciones de empresas y bonos. Hemos perdido también dinero en la Argentina en el pasado. Ha sido muy volátil.
–¿Por qué se volvió a interesar por el país?
–Vine a la Argentina durante las PASO del año pasado. No sabía quién iba a ser el presidente. Pero sin importar quién fuera, pensaba que igual iba a haber un cambio positivo para el país. Creo que habrá un cambio aún mejor del que esperaba. Esta es una oportunidad para que la Argentina realmente encuentre su horizonte de manera sostenible. Si se estabiliza la economía y se aprueban muchas de las propuestas de ley, la Argentina crecerá entre 5% o 6% anual durante tres o cuatro años, fácilmente. Y luego tendrá un crecimiento constante de 3% o 4%.
–¿Cuáles son las principales oportunidades en la Argentina?
–Tengo muchas acciones de empresas argentinas. Tengo de Vista, que es una empresa de energía de clase mundial, algunas de YPF y Pampa Energía. Creo que el crecimiento energético del país puede ser tremendo, incluso mejor de lo que dicen. Una vez que los controles de capital se levanten un poco, habrá mucha más producción. Tengo también acciones de Banco Galicia y Macro.
–¿Por qué el valor de las acciones de bancos creció tanto en los últimos días?
–Los bancos son una gran apuesta de éxito si hay estabilidad macro. Porque la deuda privada en la Argentina es 8% del PBI, la más baja en el mundo, especialmente para un país con habilidades económicas como las que tienen. El mercado verá eso antes de tiempo y los bancos podrán reanudarse un poco. También tengo inversiones en bonos CER, porque creo que la cotización del dólar blue tenderá al oficial con el tiempo. Y creo que la inflación va a bajar muy rápido, por eso no tengo los bono CER de vencimientos más largos. El mercado está sobreestimando la tasa de inflación, creo que va a bajar más rápido. También tengo bonos globales, 29 y 30, y empecé a comprar los Bopreal.
–¿Cuántos compró?
–Todavía seguimos comprando. No ha habido mucha liquidez en los últimos días, pero la gran licitación de esta semana [se compraron US$2454 millones] hará que el mercado sea mucho mejor. Ese fue un gran éxito para el Gobierno, para el país.
–El ministro Caputo anunció ayer que retiraba la parte fiscal del proyecto de ley ómnibus. ¿Cuánta importancia tiene eso?
–Creo que son dos cosas muy importantes. Las reformas regulatorias le permitirán a la Argentina competir mejor, crecer y reducir costos del sistema. Van a tener que negociar lo fiscal. Si pasan la gran parte del proyecto, que es una gran reforma del Estado, es muy positivo. Y lo fiscal es muy importante también, y van a tener que negociarlo. “Toto” [Caputo] y el Presidente están muy concentrados en el déficit cero. Las provincias no van a tener el dinero que esperaban, así que van a tener que negociar algo más.
–Se espera un ajuste más fuerte en los gastos. ¿Le preocupa que la población argentina no logre aguantarlo?
–El Gobierno le dijo a la población que no va a ser fácil y que parte del problema son los políticos. Las personas que han estado cerca del Estado en la Argentina son las que hicieron mucho dinero. Eso no está bien. Todo el mundo debería tener la oportunidad de tener el sueño argentino. Y no está la oportunidad cuando el Estado está en el camino, bloquea todo, tiene grandes déficits fiscales y programas que favorecen a los que tienen acceso al Gobierno, como con el anterior tipo de cambio oficial. Quien tenía buenas relaciones con el gobierno tenía dólares para importar. Eso no es justo.
–¿Cómo fue la reunión con el ministro Caputo?
–Está optimista acerca de cómo están yendo las cosas. Realmente piensa, como yo, que es una gran oportunidad para la historia de la Argentina. Dijo que la inflación va a bajar más rápido de lo que piensa el mercado. Y en lo fiscal, se está logrando un buen trabajo, pero dijo que necesitan más reformas todavía. Dijo que hay una negociación difícil en el Congreso, pero están determinados a lograr su objetivo haciendo un par de cambios. Fueron flexibles para negociar, pero están determinados en lograr el déficit cero. Conozco a Caputo hace 32 años. Es una persona muy honesta y de alta integridad, así que va a hacer todo lo que pueda para hacerlo. Salí bastante entusiasmado de la reunión.
– ¿Qué piensa acerca del acuerdo de la Argentina con el FMI?
–Creo que la Argentina tiene un buen programa con el FMI y no necesita más dinero. Me junté con el FMI dos veces en las últimas tres semanas y vi a personas que están involucradas en el programa. Son muy optimistas y están sorprendidos de lo sólido y grande que es el programa. El FMI puede ayudar a la Argentina bajando las sobre-tasas de interés. Creo que lo pueden hacer si ven que el programa es exitoso y la Argentina podría ahorrar US$1000 millones al año, que es mucho. Es algo que creo que están evaluando si el programa funciona.
– ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de Javier Milei?
–Una de las mayores fortalezas es que es muy honesto. Le dice a la gente lo que piensa, lo que cree. Está convencido de sus ideas. Ha sido honesto con la gente al decir que los cambios van a ser muy duros por un tiempo. En el lado de las debilidades diría que no tiene mucha experiencia, especialmente en la política, pero estoy impresionado con lo que veo hasta ahora. Porque todos pensaban que sería dogmático y poco flexible. Tiene sus principios, pero mostró su voluntad de ser flexible en el programa y en lo que intenta aprobar. Eso lo veo muy positivo. Es muy popular en Estados Unidos, mucha gente sabe quién es. El discurso que dio en Davos fue fantástico.
–El Presidente habló ayer de la dolarización. ¿Qué piensa de eso?
–La dolarización funcionaría muy bien en la Argentina, porque creo que los argentinos piensan en dólares. La moneda ha sido tan volátil y frágil, que todos piensan en dólares. Es una unidad de cuenta en el país. Pero no es necesario. A la Argentina le puede ir bien con la dolarización o muy bien sin la dolarización. Si se logra la dolarización, es un paso muy positivo porque significa que las condiciones están en un buen lugar. La gente está demasiado atascada en la dolarización, creo que tener los fundamentals en lugar es más importante. Tener la reforma del Estado, tener algunas de las privatizaciones, tener el resultado fiscal en orden. Es un trabajo duro, pero la Argentina va a tener una gran ventaja este año después de haber sufrido la sequía. Creemos que tendrán US$18.000 millones de valor adicional por la cosecha y creemos que la energía va a crecer US$6000 o US$7000 millones. Es una gran ventaja para el país. Es una de las razones por las que creemos que, si bien va a haber una recesión en los próximos cuatro o cinco mees meses, creemos que va a salir bastante rápido.
–¿Qué es lo que más le preocupa del contexto internacional?
–Hay muchos temas que seguir. La elección de Taiwán era muy importante porque los nacionalistas, el Partido Popular, ganaron de nuevo, y eso va a hacer continuar esta tensión entre China y Taiwán. Ese es probablemente el mayor riesgo. No creo que nada vaya a pasar militarmente allí durante varios años, pero la tensión va a florecer y causar problemas. China está muy frágil. Este año van a tener una recesión. Tienen una gran crisis de propiedad y tienen empresas que se están yendo. México se está beneficiando mucho. La Argentina puede beneficiarse un poco mientras abre la economía. Las empresas vienen a América Latina para servir al resto del mundo fuera de China. Estoy muy optimista con la región, en particular con la Argentina y también con México. Creo que Brasil también va a andar bien, pero creo que hay más oportunidades en la Argentina y México, que tienen activos más deprimidos. Y creo que la elección de Estados Unidos es muy importante, y está bien abierta. Y luego el recorte de tasas de interés de la Reserva Federal (FED) va a ser importante para el crecimiento global.
–¿Tiene un modelo de inversor?
–Trabajé con Julian Robertson durante cinco años y también gestioné dinero para George Soros durante muchos años. Aprendí mucho de los dos. Julian era un gran inversor en acciones a largo plazo y George es un gran comerciante. Si George pensaba que algo iba a bajar, lo vendía y luego lo compraba más barato; Julian lo mantenía y luego compraba más. George podía sentir cuando los mercados iban a cambiar. Lo que aprendí de ambos es que cuando tienes alta convicción en algo, tienes que ser agresivo, y si pierdes la convicción, tienes que salir. También hay que controlar tus inversiones, no solo con tu equipo, sino también con los de afuera. Por ejemplo, si yo quiero invertir en la Argentina, no puedo hablar solo con mis analistas, tengo que hablar con otras personas que viven en la Argentina, tengo viajar y estar ahí. Esa es la parte más importante del proceso.
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