El BCRA debió vender US$140 millones y se aceleran los tiempos para que el Gobierno refuerce el cepo importador
En dos días se desprendió de unos US$200 millones; se aleja de cumplir la meta del programa con el FMI
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Redactor LA NACIONJavier Blanco
El dato es concluyente: el Banco Central (BCRA) debió aportar hoy al mercado el 52% de las divisas operadas de contado por la plaza cambiaria y sacrificó US$140 millones de sus reservas en una jornada en la que el volumen transado se contrajo un 20% respecto a la rueda previa al caer hasta los US$269,58 millones.
La nueva venta, segunda consecutiva, acelera los tiempos para que el designado nuevo ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli (quien hoy asumirá su cargo), defina los criterios por los que hará un nuevo ajuste del cepo a los importadores, tras la adecuación de comienzos de marzo que recortó esa demanda potencial en un 20% al dejar habilitado el acceso al mercado sólo a las empresas portadoras de licencias automáticas.
La decisión política de avanzar en ese sentido se adoptó anoche, en una reunión de la que participaron el ministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente del BCRA, Miguel Pesce y el nuevo integrante del gabinete.
Fue luego que el BCRA difundiera ayer un documento recordando los “ahorros” que las medidas regulatorias restrictivas dispuestas en los últimos dos años le permitieron a las reservas, para dejar a la vista que, según su criterio, por el lado de la demanda de personas y los pagos de deuda comercial o financiera de empresas no queda espacio para nuevos recortes.
Y recordara también que los pagos por importaciones, que sumaron unos US$7800 millones el mes pasado -el mayor nivel en 11 años-, están básicamente atados a las autorizaciones que se libran desde la cartera que ahora comandará Scioli.
Incluso Pesce les adelantó que esta semana quedará oficializado en una normativa el acuerdo al que arribó con el sector automotriz para “ahorrar” algunos dólares más. Es un pacto por el que las terminales se comprometen a prestarle los dólares a sus autopartistas y proveedores para que no sufran problemas para adquirir los insumos más vinculados a su actividad productiva, sin presionar sobre las reservas.
De esta manera el jefe del BCRA buscó dejar en claro que hizo todos los ajustes que considera necesarios a la demanda por lo que si no logra acumular reservas, una obligación que el propio acuerdo con el FMI le impone, es por desequilibrios macroeconómicos (que impulsan la demanda de dólares para atender pagos por importaciones de energía o combustibles) o criterios laxos en el libramientos de las licencias automáticas.
La venta de reservas del día, la mayor en lo que va del mes, tiende a confirmar ese pronóstico.
Hay que remontarse casi un año para dar con una rueda en la que el BCRA haya tenido que aportar al mercado más de la mitad de las divisas operadas, algo que debió hacer -además- en plena temporada alta de liquidaciones de la cosecha gruesa. Toda una señal de alarma.
“La demanda de divisas para atender pagos al exterior volvió a superar la oferta privada, exigiendo importantes intervenciones oficiales”, explicó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.
“Hay fuerte demanda para hacer frente a importaciones de energía y combustibles”, conceden resignados desde el BCRA.
Todo se da en un contexto de liquidaciones que comienzan a dar señales de retroceso ante el sostenido aumento que mostró la brecha cambiaria en los últimos días. “Es un claro incentivo a postergar ventas”, explican en el mercado en un contexto enrarecido por los problemas que comienza a mostrar la cosecha para llegar a puerto ante el cada vez más generalizado faltante de gasoil.
Y en el que el dólar mayorista cerró a $122,50/122,70 por unidad, veinte centavos arriba del cierre de ayer, con lo que el tipo de cambio sube algo más del 2% en lo que va del mes, aunque no deja de apreciarse. Esto deja a la vista que, aunque acelera levemente el deslizamiento del tipo de cambio, eso no le alcanza para tentar a la oferta.
La apuesta del Gobierno es alentar más exportaciones y ajustar algo más las importaciones procurando mantener un superávit comercial que en lo que va del año ya se redujo 30%. “La idea es afectar lo menos posible la tasa de actividad”, conceden reconociendo que el nuevo ajuste al cepo tendrá impacto ineludiblemente sobre ella.
Por Javier Blanco
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