El BCE oxigena la zona euro con un masivo plan de compras de bonos
FRÁNCFORT— El Banco Central Europeo anunció el jueves la compra de más de 1 billón de euros, US$1,57 billones, en deuda pública y privada de la zona euro hasta septiembre de 2016, una decisión histórica con la que pretende combatir el estancamiento y una inflación sumamente baja en una región cuya postración se ha transformado en uno de los principales riesgos para la recuperación de la economía global.
El presidente del organismo, Mario Draghi, informó que el BCE comprará un total de 60.000 millones de euros al mes, unos US$69.500 millones, en activos que incluyen bonos soberanos, deuda emitida por instituciones europeas y bonos del sector privado. Las compras de bonos soberanos y de la deuda emitida por instituciones de la Unión Europea comenzarán en marzo y se prolongarán hasta septiembre de 2016, reveló Draghi.
Los riesgos asociados a la deuda de las instituciones de la UE serán compartidos entre los bancos centrales de la zona euro, pero en el caso de las compras de bonos soberanos no se compartirán las pérdidas, las que serán absorbidas por los institutos emisores de cada país, aclaró Draghi.
Las compras de deuda, según indicó, se pueden extender más allá de septiembre del próximo año o hasta que surjan claras señales de que la tasa de inflación a 12 meses se esté acercando a la meta de poco menos de 2% establecida por la entidad. El BCE también rebajó los intereses que cobra en sus préstamos a cuatro años a los bancos en 0,10 puntos porcentuales. "Es un paso muy importante, es cruzar un punto sin retorno", dijo Anatoli Annenkov, economista del banco francés Société Générale.
El anuncio de la compra de deuda, una medida conocida como expansión cuantitativa, o QE por sus siglas en inglés, implica que los bancos centrales crean nuevas reservas para comprar activos a las instituciones financieras. Los bancos centrales reciben los bonos, y a cambio los bancos reciben fondos que pueden usar para extender créditos a los hogares y los negocios.
Este tipo de expansión monetaria usualmente debilita la tasa de cambio de una economía, lo que a su vez impulsa las exportaciones. En una jornada volátil, tras el anuncio del BCE, el euro se debilitó hasta su nivel más bajo en 11 años, mientras los precios de los bonos subieron; los rendimientos, que se mueven en la dirección opuesta, tocaron nuevos mínimos. El BCE también mantuvo sin cambios las tasas de interés de referencia en 0,05% y la tasa de interés que grava los fondos a un día que se depositen en el banco central en -0,2%.
El BCE comprará una amplia gama de deuda pública con vencimientos de entre dos y 30 años. El ente también podrá adquirir bonos con un rendimiento negativo, como ya registra la deuda soberana alemana de corto plazo.
La decisión marca el comienzo de una nueva era para un organismo que fue diseñado en los años 90 siguiendo el modelo del conservador banco central de Alemania, en momentos en que combatir la inflación era prioritario frente a otros asuntos como el estancamiento de la economía, la debilidad de los precios al consumidor o las recurrentes crisis financieras.
Con el anuncio del jueves, que fue más agresivo de lo previsto por los mercados, Draghi dejó la pelota en la cancha de los gobiernos que ahora deben asumir el liderazgo para restaurar la vitalidad de la economía de la región. "Lo que la política monetaria puede hacer es sentar las bases para el crecimiento. Para que se produzca un repunte del crecimiento, sin embargo, se necesita inversión; para la inversión se necesita confianza; y la para la confianza, hace falta la reforma estructural", enfatizó.
La decisión de comprar bonos soberanos no concitó el respaldo de todos los miembros del consejo de gobierno, el principal órgano rector del BCE. Draghi, no obstante, indicó que "una gran mayoría" se pronunció a favor de lanzar el programa y que hay unanimidad en que, en principio, la compra de bonos gubernamentales es "una auténtica herramienta de la política monetaria".
El acuerdo en torno a la legitimidad de la política "es lo más importante", aseveró Annenkov. "Significa en forma implícita que habrá más QE", señaló.
El BCE, de todos modos, aplazó la decisión de comprar deuda griega, que tiene calificación de chatarra. Puesto que el banco central compró tantos bonos de Grecia durante un programa vigente entre 2010 y 2011, sus tenencias de bonos griegos exceden la cuota por país que estableció para el actual plan de compra de bonos. La entidad, sin embargo, podría considerar comprar deuda griega en julio, cuando muchos de los bonos griegos en su cartera hayan vencido.
A su vez, el banco central de Dinamarca redujo su tasa de interés de referencia por segunda vez en una semana en un esfuerzo por disminuir el atractivo de la corona danesa para los inversionistas que se desprendían de sus euros.
La economía de US$13 billones de la zona euro, la segunda mayor del mundo detrás de Estados Unidos, no ha logrado recuperarse totalmente de la crisis financiera que empezó hace más de seis años. La inflación cayó 0,2% entre diciembre de 2013 y 2014, muy por debajo de la meta anual del BCE de justo por debajo de 2%. La tasa de desempleo del bloque fue del 11,5% en noviembre, muy superior a la de EE.UU. o Reino Unido. En España y Grecia, alrededor de un cuarto de la población activa está desocupada.
El BCE había enviado claras señales de que estaba preparando un programa de compras de deuda soberana a gran escala. La rentabilidad de los bonos de la región se ha desplomado y el euro se ha depreciado, lo que favorece a las exportaciones. Luego de que las tasas de interés de referencia cercanas a cero y los préstamos que el BCE concede a la banca para estimular el crédito no aceleraran la inflación, el banco central tenía pocas opciones aparte de la compra de activos con dinero recién acuñado, lo que implica aumentar la masa monetaria.
Los bancos centrales de EE.UU., Reino Unido y Japón han utilizado la expansión cuantitativa. Mientras que la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra no han ampliado sus programas, el Banco de Japón sigue adoptando estas medidas de forma agresiva.
—Marcus Walker contribuyó a este artículo.