El Banco de Japón aplica a su economía la receta de la Fed
TOKIO—Los nuevos líderes del Banco de Japón cumplieron su promesa de modificar radicalmente su estrategia para reanimar la economía del país, al presentar el jueves un paquete de políticas de relajación monetaria de tal magnitud que tomó por sorpresa incluso a los inversionistas que anticipaban una reforma.
El Banco de Japón duplicará su cartera de bonos soberanos y la cantidad de yenes en circulación, siguiendo el ejemplo de grandes bancos centrales que están poniendo a prueba los límites de sus poderes en un grandioso —y riesgoso, según algunos— experimento para estimular la débil economía global.
"Esta es una dimensión completamente nueva de relajación monetaria, tanto en términos de cantidad como de calidad", apun-tó el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda.
El índice bursátil Nikkei 225 subió 2,2% tras la noticia, a 12.634,54 puntos. El yen cayó frente al dólar y los rendimientos de los bonos soberanos japoneses bajaron. En Estados Unidos, las acciones cerraron con ligeras alzas.
Las tácticas del Banco de Japón hacen eco de las medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos: una enérgica compra de bonos acompañada de objetivos claramente establecidos y respaldados con firmes declaraciones del titular del banco central.
En ambos países, los bancos centrales buscan reducir las tasas de interés de largo plazo y estimular a los consumidores y las empresas a que gasten e inviertan más.
La estrategia del banco central japonés, que se había centrado en gran parte en el obstruido sistema bancario del país, ahora busca cambiar profundamente comportamientos y actitudes de los japoneses que han contribuido a deprimir el gasto, los salarios y los precios en las últimas dos décadas.
A principios de este año, el Banco de Japón fijó una meta de inflación de 2% después de años de deflación. Habrá que esperar varios meses para ver si la iniciativa funcionará.
"No usaré mi poder de lucha de una manera incremental", aseguró Kuroda en una conferencia de prensa tras concluir la reunión de dos días del banco central. "Nuestra postura es implementar todas las medidas de política imaginables en este momento para lograr la meta de 2% en dos años".
Mientras que el Banco de Japón adoptó más medidas expansivas, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra no anunciaron cambios el jueves y algunos funcionarios de la Fed incluso han empezado a hablar de poner fin al programa de US$85.000 millones en compras de bonos al mes.
El Banco de Japón, que desde hace mucho ha sido el más conservador de los grandes bancos centrales, de repente ha salido a la ofensiva. Por ejemplo, su nuevo programa de compra de bonos, como porcentaje del Producto Interno Bruto, supera en más de 60% las adquisiciones mensuales de la Fed de deuda del Tesoro y valores respaldados por hipotecas, programa conocido como relajación cuantitativa.
El banco central de EE.UU. parece haber impulsado mercados sensibles a las tasas de interés como el de las viviendas y los autos. Pero al igual que la estrategia de la Fed, el anuncio del Banco de Japón vuelve a plantear interrogantes sobre los peligros de inyectar efectivo en la economía, como nuevas burbujas de activos o inflación. Los beneficios a largo plazo de estas políticas aún no son claros.
"Si persigues una política radical, los precios de los activos pueden cambiar mucho, pero si provocas una burbuja y haces que la economía en general se vuelva inestable, entonces terminas equivocando tus prioridades", afirma Ryutaro Kono, economista jefe de BNP Paribas en Tokio. Kono había sido considerado para un puesto en la junta de política del Banco de Japón, pero los legisladores votaron en contra porque pensaron que no estaría dispuesto a implementar una estrategia más agresiva.
Sin embargo, la opinión de Kono es similar a las críticas dirigidas a la política de la Fed.
"Considero las actuales políticas como demasiado acomodaticias, que provocan distorsiones y presentan riesgos para la estabilidad financiera y las expectativas inflacionarias a largo plazo con el potencial de poner en peligro el crecimiento futuro", dijo Esther George, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Kansas City, en un discurso el jueves. "A medida que el balance de la Fed continúa ampliándose, los riesgos y los costos, en mi opinión, aumentan".
La Fed debe decidir hasta dónde llevará sus políticas para reanimar la economía. La entidad lanzó su programa de compras mensuales de bonos el año pasado, diciendo que continuaría hasta que el mercado laboral mejorara de forma sustancial. Sus funcionarios ahora se preguntan si sus medidas empiezan a surtir efecto.
—Victoria McGrane contribuyó a este artículo
The Wall Street Journal