El Banco Central pavimenta el camino para favorecer el final de los puts
Emitió un cambio regulatorio para que los títulos cubiertos con esas opciones de venta sigan eximidos de las normas prudenciales que limitan la exposición de los bancos al sector público
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El Banco Central (BCRA) comenzó a tratar de pavimentar el camino para que los bancos acepten resignar las opciones de venta (puts) que le compraron sobre muchos de los títulos públicos que el Tesoro Nacional emitiera en pesos en los últimos meses de la gestión de Alberto Fernández y los primeros de la gestión de Milei.
A través de la comunicación “A” 8063, dispuso que dichos bonos, cuya tenencia está exceptuada del tope de financiamiento al sector público prudencial, se mantengan precisamente “exceptuados” de dicha regulación. Para muchos en el mercado, esto se considera el “primer paso” para tratar de encaminar la negociación que el BCRA abrió con las entidades para que resignen el privilegio que les concedió.
En concreto, lo que la norma estipula es que “si el banco rescinde el put, conserva por hasta 12 meses posteriores a la amortización del título protegido parte del atractivo/utilidad del put: es decir que el bono cubierto no compute en los límites de exposición al Tesoro”, tradujo el economista Gabriel Caamaño, director de Estudio Ledesma.
BCRA dispone que los títulos que bancos tenían cubiertos con puts (que por ende no computaban al tope de financiamiento al sector público) se mantengan sin computar en caso de rescindir el put. Primer paso para solucionar el problema y que los bancos les vendan los puts al BCRA. pic.twitter.com/bjuVxAmkhs
— Target 🎯 (@TargetDeMercado) July 15, 2024
La norma aparece luego de que el presidente Javier Milei dijera que el “miércoles” estaría solucionado el problema de los puts, es decir, las opciones de venta automática ejercibles en la mayoría de los casos ante el sólo ejercicio de ellas en cualquier fecha y bajo cualquier circunstancias, una puerta de salida que cubrió la emisión de $17 billones en títulos de deuda pública.
Es decir, es sin duda un intento del BCRA por encarrilar una negociación con los bancos que, según pudo reconstruir LA NACION en los últimos días, lucía compleja dada la resistencia que varias entidades importantes tenían para vender dichas opciones, ahora que las autoridades monetarias recibieron la instrucción de resolver esta cuestión perentoriamente.
Los puts son una de las “trabas” que enfrenta cualquier plan para avanzar en un desarme del cepo, según la enumeración que el presidente Milei mencionó reiteradamente. Es porque, al no dejar estimar la cantidad de pesos que potencialmente podrían demandar dólares, no le permite al equipo económico establecer la cantidad de reservas con que se sentiría “seguro” para avanzar en esa dirección.
Se tienen que dar tres condiciones en conjunto...
— Javier Milei (@JMilei) July 9, 2024
Terminar con los pasivos remunerados
Terminar con los PUTs
Y convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual...
La decisión normativa del BCRA, que traducida implica que “pueden tener la exposición al sector público que yo necesito que tengan”, confirma que el Gobierno apuró en las últimas horas el paso para tratar de terminar con lo que considera una “amenaza”.
Es en referencia al stock de títulos con puts, que representa una “bola” de potencial emisión que ronda los $17 billones, una cifra equivalente al 77,2% de la Base Monetaria y 21% superior al total de pasivos remunerados por ser canjeados.
La mirada oficial está puesta sobre los puts “estilo americano”, los que comenzaron a ser vendidos a los bancos en la época de Alberto Fernández y siguieron colocándose durante los primeros meses de la gestión Milei. Estos instrumentos representan el 76% del stock total de bonos que cuentan con esa opción de venta tomada, que obliga a su vendedor a comprar el activo subyacente, al precio de ejercicio. ¿Por qué? Porque son ejercibles en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia.
El resto de la deuda colocada con este tipo de garantías de salida fue acompañada por puts “estilo europeo”, que son iguales a los otros, pero ejercibles sólo en una fecha predeterminada de antemano, lo que permite mayor previsión. Esos instrumentos, se evalúa, podrían incluso ser mantenidos.
La oferta que les hizo llegar el equipo económico (BCRA y Secretaría de Finanzas) a los bancos consiste en comprarles dichas opciones, algo que lo obligaría a emitir unos $200.000 millones, pero bajo la condición de que conserven los títulos (activos subyacentes) en su cartera.
Como numerosos bancos explicaron que eso los obligaría a mantener en su activo papeles que no tienen mucha liquidez en el mercado y fueron emitidos a largo plazo (por caso, los bonos con ajuste CER TZX26 y 27 colocados por la actual administración y con puts americanos), se evalúa acompañar este esquema con la posibilidad de que puedan canjear dichas tenencias (total o parcialmente) por títulos que el Gobierno ofrece en sus habituales subasta a corto plazo, como las Letras de Capitalización (Lecap) o incluso las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi), que tienen previsto su debut para el próximo lunes 22, cuando se active la etapa final de migración de pases pasivos del BCRA a deuda del Tesoro.
Las charlas abiertas entre el Gobierno y los bancos fueron admitidas por ambos sectores. “Estamos negociando, pero precisamente por eso no vamos a decir nada sobre los puts más que ratificar que son una preocupación”, señalaron autoridades del BCRA.
“Negociar no sería el verbo adecuado: lo que está claro es que apareció una orden de arriba para apurar el tema, y en los últimos días se multiplicaron los contactos a nivel técnico. Es algo complejo porque cada banco tiene una posición distinta de bonos en su cartera y, a la vez, de distinto tipo según la lectura de riesgo/retorno que tiene cada uno. Inclusive avanzar en un posible canje será complejo porque, en muchos casos, nos obligaría a realizar una pérdida por el diferencial que hay entre el valor de mercado y el de los libros”, explicó un banquero privado de trayectoria a LA NACION.
Pero hay otros bancos importantes en los que resisten la idea de resignar los puts. “Es un contrato que suscribimos con el BCRA: si quieren que lo resignen, me tendrán que ofrecer otro en todo caso”, sostuvo otro banquero.
Aún así, la idea que prevalece en el sector es la de “apoyar la iniciativa oficial” para ver si la economía “encuentra la forma de dar vuelta esta página empezándose a librar de las restricciones cambiarias que dificultan la inversión”, explicó otro importante ejecutivo. El tema será llegar a un punto de encuentro para que esta venta se haga de forma consensuada, ya que, de lo contrario, se estarían violando contratos.
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