El Banco Central lleva comprados pocos dólares en junio y se enciende una luz de alerta entre los analistas
En lo que va del mes, la autoridad monetaria logró hacerse solo de US$25 millones, cuando al 20 de mayo pasado había acumulado US$1983 millones; hubo una mayor demanda de importaciones, que complica el panorama para el tercer trimestre del año
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Tras meses de calma, en junio se encendieron algunas alertas sobre la dinámica de las reservas del Banco Central (BCRA). A pesar de que el campo se encuentra en plena cosecha gruesa, a la autoridad monetaria le está costando hacerse de divisas y acumuló compras por apenas US$25 millones en lo que va del mes. Esta postal contrasta con los primeros meses del gobierno de Javier Milei, cuando los billetes verdes entraban diariamente a las arcas de la entidad monetaria, y deja la duda entre analistas sobre cómo podría afectar este panorama a la salida del cepo cambiario de cara al tercer trimestre del año.
Ayer, el Banco Central se tuvo que desprender de US$156 millones, lo que significó la mayor venta de reservas de la era Milei. Fue una semana extraña para el mercado, ya que hay tres feriados locales y uno internacional (ayer en los Estados Unidos) que terminaron por afectar a la plaza, e hizo que el Gobierno cierre la semana con saldo negativo en US$74 millones.
En el acumulado del mes, todavía el número es positivo, en US$25 millones. Pero, a modo de comparación, al 20 de mayo último, el BCRA había acumulado US$1983 millones. “Se trata de valores inesperados para esta altura del año, cuando se suponía que la entrada de la cosecha gruesa permitiría restablecer el menguado stock de reservas”, señaló Melisa Sala, economista de LCG.
Para Gustavo Quintana, operador de Cambios PR, junio fue afectada por una mayor demanda. En primer lugar, porque se sintió el pago de importaciones que se hicieron a finales del año pasado y principios de este, en el cual se autorizaron cancelaciones a 180 días. Segundo, porque hubo más pago de importaciones de energía y combustibles por factores estacionales, debido a un mayor consumo interno.
“También algunos exportadores se vieron alentados a retener sus liquidaciones por factores de tensión política, que se disiparon luego del resultado obtenido en el Senado con la Ley Bases, aunque resta la revisión de Diputados. A su vez, influyeron los rumores de finalización del blend 80/20 (los exportadores pueden liquidar un 20% al tipo de cambio contado con liquidación y 80% al oficial) y de un probable ajuste en el tipo de cambio oficial mayorista”, completó.
Este lunes, el staff report del Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que el programa de incremento exportador terminaría a finales de junio. Sin embargo, autoridades del Gobierno lo desmintieron públicamente, para intentar despejar la incertidumbre en el sector exportador. Si bien agregaron que el fin del dólar blend está en agenda, no pusieron una fecha en el calendario, y afirmaron que el tipo de cambio mayorista seguirá moviéndose a un 2% mensual.
“Al analizar días hábiles, las liquidaciones del agro vienen en niveles similares a los de mayo. Con lo cual, hay que mirar lo que sucede con la demanda, donde vemos mayores necesidades de pago de energía y que se acumularon cuatro cuotas de importaciones. Esto genera un mercado de cambios más estrecho, que probablemente dure. E implica que el saldo de la intervención cambiadora del Central tiende a estar más bajo, más volátil; a veces negativo, a veces positivo. No debería afectar solo a junio, sino también a julio, cuando las importaciones de energía seguirán fuertes y es probable que las liquidaciones mermen un poco. Y en agosto, que el agro liquidará todavía menos. Se vienen meses más exigentes”, coincidió Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma.
Además, según señaló el economista, también se acercan meses de vencimientos. El Gobierno tendrá que pagarle al Fondo US$645 millones. En julio deberá desembolsar alrededor de US$1500 millones por vencimientos de Bonares y Globales. Y en julio tendrá la primera cuota (en agosto la segunda) de la cancelación del Bopreal Serie 2, por unos US$170 millones. “Todo esto hará más difícil la acumulación de reservas, si no hay una redefinición del esquema que implica una salida del cepo cambiario”, completó.
Estos datos contrastan con la dinámica compradora que tuvo el Banco Central en los primeros seis meses de gobierno de La Libertad Avanza. Al momento, desde el 10 de diciembre pasado, lograron hacerse de US$17.271 millones para reconstruir las reservas netas, que la administración de Alberto Fernández había dejado en terreno negativo. Armar este colchón de billetes verdes es importante para el Gobierno, para así encarar el camino de la eliminación de las restricciones cambiarias, una de las grandes promesas de campaña.
“Una parte de la acumulación de reservas fue genuina: cambio de precios relativos (devaluación), junto con ausencia de sequía. Otra parte no menor del proceso de acumulación estuvo determinada por factores más circunstanciales, que suman dudas sobre la sostenibilidad de este proceso de cara a los próximos meses: el acceso a los dólares para importaciones en cuotas, el desplome de las importaciones a raíz de la marcada recesión, la suba del impuesto PAIS y el no pago de pasivos en dólares del BCRA originados en la gestión anterior”, advirtió la economista de LCG.
Para los próximos siete meses, si se tienen en cuenta las necesidades de financiamiento, la cancelación de la deuda flotante con importadores, la dinámica de exportaciones (20% fuera del mercado oficial) y un equilibrio en los demás componentes de la balanza de pagos, la consultora económica calcula que el BCRA podría disponer de un saldo de apenas US$25.000 millones para el pago de importaciones para mantener las reservas constantes.
Se trata de un nivel “demasiado bajo”, según agregó, que sería solo alcanzable si la actividad se derrumbara o el dólar subiera. “Implicaría autorizar pagos a razón de US$3500 millones al mes, incluso inferior a los US$3200 millones autorizados en abril”, comparó.
En el mismo sentido apuntaron los analistas de Portfolio Personal de Inversiones (PPI), quienes señalaron que la dinámica de venta de reservas que tuvo el Banco Central en los últimos días “augura un panorama preocupante” para el tercer trimestre si el cepo se mantiene en pie. Si el Gobierno no elimina las restricciones cambiarias antes de que la compra de divisas se dificulte, el camino podría complicarse aún más.
“En cambio, los dólares del campo podrían aparecer con los incentivos correctos. Tal vez un mayor spread tasa-crawling que encarezca el apalancamiento y una menor brecha, o incluso una eventual salida del cepo, podrían atenuar la típica desacumulación de reservas del tercer trimestre”, cerraron.
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