El Banco Central habría encendido ayer uno de los motores de emisión monetaria que había apagado
Según operadores del mercado, debió volcar al mercado más de $246.000 millones para recomprar bonos CER, como parte de una obligación normativa que se había impuesto para asegurar la migración de liquidez bancaria hacia el Tesoro. Y siguió ayer con esas recompras.
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Los operadores de mercado no dudan: dado el volumen operado con algunos papeles de deuda en pesos ajustables por CER, descuentan que habría sido el Banco Central (BCRA) quien ayer debió volver a encender uno de los motores de emisión monetaria que había apagado.
Se trata del que se autocomprometió a volver a poner en marcha (por la emisión de distintas normativas) si los bancos que le compraron al Gobierno títulos en emisiones primarias ejercen el seguro de recompra que le adquirieron o si los precios de algunos de esos mismos títulos en el mercado secundario caen más de 2% respecto del nivel al que fueron adjudicados en la subasta original.
El segundo de estos mecanismos, pensado para asegurar la migración de deuda del BCRA (antes Leliq, ahora pases pasivos) hacia el Tesoro Nacional, se activó ayer -como había sucedido un mes atrás- cuando los bonos CER, que venían de un gran rally alcista, sufrieron grandes caídas a lo largo de toda la curva por el “optimismo que se ve en el mercado con respecto a la baja en la inflación”, dicen en Delphos Investment.
Por ende, agregan en la firma, “los instrumentos a tasa fija continúan con subas y [tasa] la implícita de inflación, su sendero bajista, siendo que el viernes la misma se encontraba en 8,1% mensual en el plazo a agosto y en el día de ayer cerró en 7,7%”, observaron desde Delphos Investment.
Según detectaron desde Outlier, el ente monetario habría comprado 164.000 millones del bono TZXD5, emitido con cupón cero, en la rueda del Mercado Abierto Electrónico (MAE) -plaza dominada por los bancos-, una operación que implicó una emisión por $246.000 millones, cifra equivalente al 88,7% del superávit financiero de $276.638 millones que comunicó ayer el Tesoro se registró en marzo.
Es una tarea con la que habría seguido hoy, dado que los operadores consignan que compró unos 210.500 millones de nominales del mismo bono.
La emisión está vinculada con lo dispuesto en la Comunicación “A” 7954, publicada a fin de enero, mediante la que el BCRA había informado al mercado que estaría presente en esa rueda de negocios del MAE (BON1) “para evitar caídas fuertes en los precios a un nivel similar al último convalidado en licitación primaria”.
“Es una de las normas con que se allana el camino a la migración de liquidez bancaria del BCRA al Tesoro. En concreto en su último párrafo bien leído dice que van a garantizar un contexto de tasas negativas que asegure el proceso de licuación”, traduce Juan Manuel Truffa, economista de Outlier.
Truffa explica que tanto los puts (seguros de recompra vendidos a bancos, en especial en las primeras licitaciones, aunque ahora más recortados) como la presencia del BCRA defendiendo precios de algunos papeles en el mercado son “un freno a la suba de la tasa real, ya que operan como piso de precio (tope de tasa), y están diseñados para atraer hacia el Tesoro la liquidez bancaria”.
El problema es que ambos reaseguros dejan abierto el peligro de volver a prender motores de emisión monetaria como la compra de bonos, de los que la administración Fernández por cierto abusó especialmente durante 2023, y que pueden complejizar tanto el plan para terminar con los pasivos del BCRA como al proceso antiinflacionario que se intenta poner en marcha contrayendo fuerte la oferta de pesos.
Por ahora ese riesgo luce muy contenido, especialmente porque, si bien el BCRA emitió casi $2 billones en marzo por el pago de intereses de su deuda remunerada, “viene jugando en tándem con el Tesoro, que, en paralelo, está siendo muy contractivo, lo que asegura un equilibrio general”, apuntó Truffa a LA NACION.
Para el analista la clave estará en que el equipo económico no se “enamore de la licuadora”, algo para lo que los analistas de Outlier proponen que en vayan pensando en “correr el nivel gatillo para permitir una mayor suba de tasa real” y facilitar un empalme de mercado
“Las bajas en la curva CER de ayer, en el arranque de la jornada, fueron considerables al punto que sembraron las dudas sobre si no habían sido excesivas, dejando upside en estos bonos, teniendo en cuenta una inflación que, si bien viene a la baja, tendrá cierta resistencia a bajar del 8/9% en los próximos meses. Las bajas se moderaron sobre el cierre, pero resultará clave la inflación breakeven contenida en precios y la expectativa del sendero de descenso en la inflación para encontrar valor en estos bonos”, agregaron.
Lo que estos hechos recuerdan es que el proceso para acabar con la emisión monetaria espuria, que no responda a una demanda genuina de pesos, todavía debe superar varias pruebas.
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