El Banco Central aprovechó las nuevas medidas para comprar US$45 millones
Sin embargo, cedió unos US$ 300 millones de sus reservas por sus intervenciones en la semana, cifra que representa 10% de su tenencia neta
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El Banco Central (BCRA) aprovechó hoy un repunte en la oferta privada de divisas, y las trabas que las adecuaciones introducidas ayer a la normativa cambiaria provocaron a algunas operaciones para concretar su primera compra de divisas desde el pasado viernes.
Así, se alzó con unos US$45 millones (cifra representativa del 15% de los US$301,2 millones operados en el día), ingreso muy oportuno, pero que no le impide cerrar la semana con una pérdida de reservas cercana a los US$300 millones (10% de su tenencia de reservas netas). Tampoco pudo achicar significativamente un “rojo” que ronda los US$950 en el mes por intervenciones, que -de mantenerse- implicaría su peor saldo para un mes de julio en más de 20 años.
La recompra fue posible en una jornada en la que no hubo demanda para concretar pagos por importaciones de energía (egresos que venían promediando los US$150 millones por día en la semana) y en la que se volvieron a paralizar las operaciones de compra de dólar ahorro o cambiarias que tuvieran como respaldo a las acciones extranjeras que cotizan vía Cedears en nuestro mercado o criptomonedas, por la necesidad que bancos y operadores cambiarios tuvieron de adecuar sus sistemas operativos a las nuevas disposiciones.
Esto alteró la dinámica que venía mostrando el mercado en las últimas ruedas y generó las condiciones para que el BCRA “recupere algunas reservas”, algo facilitado por una oferta que se mostró “también más activa”, describió el operador y analista cambiario Gustavo Quintana, de PR Cambios.
Sin la presencia de demanda para el pago de energía y con los sistemas de las entidades financieras adecuándose a las nuevas disposiciones, la oferta de divisas predominó y permitió una recuperación de reservas para el BCRA
— Gustavo P Quintana (@guspaqui) July 22, 2022
La compra oficial significa una especie de oasis en la travesía del actual desierto cambiario. Llega cuando la incertidumbre respecto del dólar ya afectó notablemente a la economía (no hay oferta de productos, ni listas de precios en algunos sectores claves) dado el inédito nivel que alcanzó la brecha.
“Escaló a niveles que se aproximan a los que había mostrado durante la guerra de Malvinas (aproximadamente 180%) o desde el pre “Rodrigazo” (mayo 1975, superior a 200%). Prácticamente no hay registro de un diferencial cambiario tan elevado (dado los incentivos perversos y perjuicios que genera) en la historia, lo que hace que el mercado interprete que la devaluación luce inevitable”, observó Portfolio Personal inversiones (PPI) en su informe diario.
La apuesta oficial es “aguantar” hasta septiembre, cuando esperan una caída en la demanda de dólares para atender pagos por importaciones de energía y a la vez un aumento en la oferta de divisas de agro, al tener que comenzar a decidir los productores sobre la campaña y necesitar “capital de trabajo” para enfrentar ese gasto.
Para el economista y consultor Fernando Marull (FyM) “hay una chance de que el BCRA pueda llegar hasta ese punto” aunque advierte que en las actuales condiciones de mercado y política ese tiempo es “una eternidad”. “Hasta julio hubo importaciones de energía por US$ 8000 millones y estimo que faltan US$3000 millones más en lo que resta del año, parte importante de los cuales se haría en agosto seguirán altos. Ya después bajarán a valores normales por lo que en septiembre el efecto `ahorro’ sería de unos U$S 2000 millones” plantea.
Claro que, para eso, será necesario que las expectativas mínimamente se recuperen... Porque los incentivos que plantea estos niveles de brecha son lo opuesto a lo que se busca.
“Las medidas anunciadas, como el dólar para el turismo, suenan insuficientes para engrosar el volumen de reservas o al menos poder sostener los pagos al exterior necesarios para atender a la actividad. La sola posibilidad de analizar la posible implementación de un tipo de cambio diferencial a favor del agro evidencia varias cuestiones. En primer lugar, demuestra que la urgencia de la situación obliga al Gobierno a evaluar decisiones que son contrarias a sus convicciones, pero también deja al desnudo el atraso cambiario. Cuando la brecha empieza a distorsionar a la cuenta corriente es difícil de justificar que el tipo de cambio real está en un nivel de equilibrio”, observó por su parte la consultora LCG.
Todo se registró en una jornada en la que el BCRA desaceleró el ritmo del ajuste cambiario, al permitir que el dólar mayorista (cerró a $129,74 por unidad) apenas suba $0,16. Eso no impidió que acumule una suba de $1,49 en la semana (contra $1,45 de la anterior) e hizo que el peso oficialmente se esté devaluado 3,61%, un ritmo que ronda apenas la mitad de la inflación que miden las consultoras privadas.
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