El ascenso profesional de las madres
Los datos lo demuestran. El mercado laboral para ciertas posiciones está muy competitivo y cada vez hay más mujeres que egresan de instituciones educativas, profesionales excelentes que se desarrollan y crecen jerárquicamente.
Existen estadísticas que dan cuenta de que se promueve a los hombres mucho más rápido que a las mujeres con las mismas calificaciones. Aún operan actitudes, estereotipos y prejuicios negativos sutilmente arraigados en modelos corporativos históricamente diseñados por varones.
Sin embargo empezarán a darse situaciones que no serán casos aislados. El ciclo de vida laboral tiende a coincidir con el de vida de la mujer. Hay cierta edad en la que la madurez profesional se cruza con el momento de formar una familia.
Y es entonces cuando aparecen conflictos como el siguiente: se genera una vacante y entre los candidatos más calificados se encuentra una mujer embarazada próxima a su licencia por maternidad. ¿Se la considera? ¿Se evalúa seriamente como opción posible? La decisión no es fácil. Los beneficios son muchos, pero los obstáculos también.
Un dato de la realidad es que no estará por cierto tiempo y que una vez de vuelta habrá cambiado. Es incuestionable: la maternidad representa un antes y un después en lo personal y profesional.
¿Tendrá el tiempo y la vocación de asumir mayores responsabilidades? ¿Volverá al trabajo? ¿No empezarán los inconvenientes del tipo mi hijo está enfermo; no tuve con quién dejarlo: tengo que ir al pediatra; comienza la adaptación en la guardería? ¿Podrá aportar lo que la organización necesita? ¿Se estará dejando en el camino a otros candidatos que se frustrarán por no considerar justa la decisión?
A estas inquietudes habría que responder: ¿no se estará partiendo de supuestos? ¿La primera acción no debería ser hablar con ella?
Sería interesante que, si realmente la mujer es talentosa, tiene las cualidades requeridas y es la mejor candidata, se le permita tomar la decisión con el compromiso que ésta conlleve.
Empezar a generar modelos femeninos que pueden asumir balanceadamente posiciones laborales de responsabilidad y al mismo tiempo tener una familia, es claramente un beneficio para cualquier organización moderna.
Cualquiera que sea la decisión final debería resultar en un ganar-ganar para la empresa y para la candidata. La mujer, seguramente, deberá pagar un precio por el éxito profesional postergando intereses personales y sociales, tiempo con su familia, dedicación a sus hijos.
Un poco de ayuda
Necesitará organizarse mejor, pedir ayuda, optimizar su tiempo. Y es aquí donde la empresa puede intervenir.
- Puede evaluar y recompensar la productividad por objetivos y no por cantidad de horas de trabajo.
- Implementar y promover prácticas orientadas a fomentar el balance entre las diferentes dimensiones de la vida, laboral y personal, como el trabajo remoto, part-time, flex-time, etc. Cada organización tendría que adaptar estas prácticas a su cultura y necesidades.
- Crear conciencia y sensibilizar a los niveles directivos para minimizar prejuicios que puedan afectar decisiones que promuevan la carrera de la mujer.
- Disponer de beneficios destinados a esta etapa, por ejemplo lactario y facilidades para guardería.
Para la empresa, conservar sus talentos clave y promover modelos para las nuevas generaciones es sumamente importante en el contexto actual. Sólo se espera que la mujer no sea tratada en forma distinta y que se la involucre en la decisión.
La futura madre también debe hacer sus deberes: reflexionar detenidamente sobre su situación, intereses y prioridades, sentirse segura de sus decisiones, organizarse, poner y ponerse límites razonables, dialogar con quienes están o estuvieron en la misma situación, apoyarse en sus allegados ya que no está sola y disfrutar de este momento.
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