El artífice de las reformas para dinamizar el crecimiento chino
BEIJING—Cuando el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Tom Donilon, viajó en mayo a Beijing para organizar una cumbre entre su país y China, no programó una reunión con uno de los hombres más importantes para el futuro del gigante asiático.
El líder chino, Xi Jinping, dejó claro rápidamente que se trataba de un descuido. "Este es Liu He", le dijo a Donilon, mientras apuntaba hacia un asesor alto y con aspecto de académico. "Es muy importante para mí", agregó, según fuentes al tanto de la conversación.
El trabajo de Liu consiste en nada menos que en elaborar la visión económica que guiará a China durante la próxima década. El equipo de Donilon agendó una reunión con Liu, de 62 años, esa misma noche, añadieron las fuentes.
China ha confiado en Liu, un reservado miembro del Partido Comunista conocido entre colegas y líderes occidentales como un reformador económico, para liderar el desarrollo del más reciente plan de acción para la economía china. El documento será presentado el mes próximo durante una sesión a puerta cerrada a la que asistirán los 450 funcionarios más altos del partido.
El encuentro, que se realiza cada cinco años, ha sido un vehículo para anunciar algunos de los mayores cambios económicos. La reunión de este año es crucial debido a los temores de que la economía china está perdiendo su dinamismo. El Producto Interno Bruto se expandió 7,5% interanual en el segundo trimestre de este año, un descenso frente al 14,8% interanual del segundo trimestre de 2007.
El Fondo Monetario Internacional estima que, de no mediar cambios sustanciales en los próximos cincos años, el crecimiento chino podría caer a un promedio anual de 4% para 2030.
La meta de la cúpula china, repetida por Xi y otros funcionarios, es intentar crear una economía más parecida a la estadounidense: promover una cultura del consumo que fomente las compras de autos, ropa, electrodomésticos y aparatos electrónicos que China exporta actualmente, y que también estimule la innovación en el sector privado.
Se trata de un cambio frente a la vieja fórmula de depender de exportaciones baratas y fuertes inversiones en la construcción de carreteras, trenes y hasta ciudades enteras.
No obstante, muchos de los mayores beneficiarios del tradicional modelo de crecimiento, como las empresas estatales y los gobiernos locales, se interponen en el camino de las reformas.
La elección de Liu como el artífice del nuevo plan económico para China alimentó las esperanzas de que se impongan los partidarios de las reformas de mercado, indican una cantidad de funcionarios y académicos chinos, y otras personas al tanto.
Liu aboga desde los años 90 por políticas de mercado, pese a las objeciones de funcionarios del gobierno que prefieren cuotas de producción al estilo maoísta.
"Liu He es un ejemplo del pragmatismo chino", dice Michael Spence, economista de la Universidad de Nueva York que ganó el premio Nobel y a quien Liu le ha solicitado asesoría económica. "Cree que los mercados son mecanismos importantes para lograr cosas con eficiencia", sostiene. "Pero tampoco son una religión para él".
Este artículo se basa en entrevistas con decenas de funcionarios del partido y el gobierno en China y otros países, académicos involucrados en el proceso de reforma y un análisis de los trabajos de Liu. En respuesta a una consulta de The Wall Street Journal, la oficina de Liu indicó por correo electrónico que "el director Liu cree que hay muchos conceptos erróneos sobre su rol en la formulación de las políticas económicas de China. De hecho, las políticas económicas chinas se hacen a través de un sistema de toma de decisiones colectivo y el papel que juega cualquier individuo es más bien limitado".
Académicos y funcionarios chinos y occidentales familiarizados con las propuestas consideradas por Liu y otros creen que lo más probable es que haya reformas en el sector financiero, donde Liu cuenta con poderosos aliados para presionar a favor de un movimiento más libre de capitales hacia y desde el país.
Se considera que esos cambios son cruciales para aumentar la competencia en el sector financiero, que es dominado por cuatro grandes bancos estatales.
Los bancos ganan dinero fácilmente al prestarles a otras empresas estatales que dominan negocios como la energía, el transporte y las materias primas.
Liu y sus aliados creen que darle un mayor rol al capital extranjero y obligar a los bancos a competir, entre otros cambios, encauzaría más dinero hacia firmas privadas de alta tecnología y servicios, y ayudaría a remodelar la economía.
Es menos probable que se den pasos para reestructurar drásticamente las mayores compañías estatales o liberalizar las normas que restringen que los trabajadores migrantes y sus familias obtengan cobertura médica y educación fuera de sus ciudades de origen.
Sin embargo, muchos observadores creen que es probable que se concreten al menos algunas reformas, en parte debido a que Xi, el máximo líder, ha dado muestras de apoyo.
El poder formal de Liu proviene de su reciente designación como director de la Oficina del Grupo Central Dirigente de Asuntos Financieros y Económicos. Esa oficina asesora a Xi y a los seis miembros restantes del Comité Permanente del Politburó, los máximos árbitros del poder en China.
De todos modos, el poder más significativo de Liu podría radicar en su conexión de larga data con Xi, de quien fue compañero de colegio en Beijing en los años 60.
Liu es parte del círculo íntimo de Xi y lo acompañó el año pasado en una publicitada gira por el sur del país, que evocó el histórico viaje que realizó en 1992 el entonces líder Deng Xiaoping para promover las reformas económicas.
Liu estudió política económica en universidades chinas y obtuvo una maestría en administración pública en la Universidad de Harvard en 1995.
Su mayor desafío es supervisar el plan de reforma que se divulgará en noviembre. Hace unos meses formó siete "grupos de investigación" para analizar temas como liberalización financiera, política fiscal, desregulación, urbanización y derechos sobre la tierra, afirma Cheng Li, académico chino del centro de estudios estadounidense Brookings Institution.
A mediados de septiembre, Liu y su equipo estaban tratando de moldear los siete informes en un todo coherente, dicen fuentes involucradas en el proyecto.
"Liu es paciente", señala Huang Yiping, economista de la Universidad de Pekín. Los funcionarios chinos están dispuestos a usar muchos métodos para disminuir la oposición a las reformas. "Esa es la naturaleza de la reforma gradual", dice Huang.