Ajuste: en seis años, los ingresos de los ocupados cayeron un 25%
Así lo afirmó el Indec en su informe de evolución de distribución del ingreso del tercer trimestre; el nuevo gobierno tiene el desafío de aplicar sus políticas en este contexto
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Son capas y capas de ajuste. Ese es, probablemente, uno de los mayores desafíos que tiene el gobierno de Javier Milei desde sus inicios: la recortada tolerancia del argentino a seguir ajustándose el cinturón.
No es una decisión caprichosa ni ideológica. Ese escaso margen es hijo de la pura materialidad. Pese a las críticas que ya se escuchan desde diferentes escuderías a sólo días de haber asumido, el Presidente debe encarar un programa de ajuste, pese a que los ingresos de ocupados y de los asalariados se derriten persistentemente hace nada más y nada menos que seis años.
Milei tiene banca. Es el presidente más votado desde la vuelta a la democracia. La pregunta es hasta cuándo pueden seguir las malas noticias. No sólo la falta de financiamiento para un país poco creíble como los es la Argentina determina que se haya elegido el camino del shock. “Hay crédito, pero no cheque en blanco”, explicó un analista.
Los datos sobre los que el ministro de Economía, Luis Caputo, debe encarar el “sinceramiento” o “normalizacion” de la economía son catastróficos. El mercado viene ajustando más por precio (ingresos) que por cantidad (empleo) y es por eso –pese a que se genera poco trabajo y de mala calidad, como el público o cuentapropista (ver aparte)– es que la crisis no termina de implosionar en las calles. “Es un ajuste salvaje y persistente en el tiempo”, analizó un importante investigador.
El Indec, en su informe sobre la Distribución del Ingreso, dejó datos contundentes sobre la situación de los ocupados y asalariados en la Argentina. Entre el tercer trimestre de 2017 y el mismo período de 2023, los ocupados perdieron 24,5% de sus ingresos. Si se miran los estratos más bajos, la retracción de los mismos llega a 29,4%, y en el segmento medio, en tanto, es de 26,7%.
En el mismo período, pero poniendo el foco sólo entre los asalariados, la baja de los salarios llega a 23,4%. Se expande notablemente cuando el ojo sólo se fija sobre los más pobres (28,5%) o el segmento medio (25,07%), según los datos del organismo estadístico que fueron procesados por la consultora ExQuanti. Los mayores retrocesos de los ingresos de los ocupados se registraron en los dos años de corrida cambiaria que vivió el gobierno de Mauricio Macri sobre el final de su mandato (12,4%), pero también cayeron –pese al relato– en los dos años de pandemia (8,3%) y en los dos últimos del gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y con Sergio Massa como ministro (6%).
El impacto social
Esta es una herencia que complica al actual gobierno, que debe aplicar un ajuste sobre el ajuste. De hecho, con el último índice de precios al consumidor (IPC) de noviembre, anterior a la devaluación y, por lo tanto, al fogonazo de precios de diciembre, la situación social ya podría describirse como dramática. Una vez divulgado el 12,8% del mes pasado, Martín González Rozada, codirector de la Maestría en Econometría, estimó que “con el dato de inflación de noviembre, el nowcast proyecta una tasa de pobreza de 42.6% para el semestre que va de junio 2023 a noviembre de 2023″.
“Con 189,1% interanual en la línea de indigencia y 167,5% interanual en la de pobreza, es bastante probable que la tasa de pobreza julio-diciembre llegue a 42%”, afirmó en el mismo sentido Leopoldo Tornarolli, economista del Cedlas-UNLP, cuando se conocieron las canastas Alimentaria y Básica Total.
Más datos
Según informó el Indec, la población ocupada registró un ingreso promedio de $183.306. Los asalariados, en tanto, mostraron un ingreso promedio de $192.287 en el tercer trimestre del año. Vale recordar que en este tipo de mediciones estadísticas suele haber subdeclaración –sobre todo en los deciles más elevados– por el temor a tener que pagar más impuestos.
La semana pasada, el organismo estadístico difundió además su Índice Salarios En octubre, el índice general empardó al índice de precios, al aumentar 8,3%, pero, de todos modos, en la medición interanual y en el acumulado del año, los sueldos siguen retrasados: 139,1% contra 142,7%, en el primer caso, y 112,8% versus 120% en el segundo.
Sin embargo, se trata de números que están ahora en el espejo retrovisor. Luego de la devaluación de más del 50% de este mes, la inflación se aceleró bruscamente, sobre todo la vinculada a los alimentos, que podría tener alzas superiores al 33%. Pero, además, el Gobierno sinceró naftas, prepagas, pasajes aéreos, entre otros productos y servicios que subirían también tras la desregulación. Tales incrementos, sumado a las bajas de tasas, limitarán nuevamente el poder de compra de los argentinos en estos meses.
No por nada el ministro de Economía supo qué debía agradecer en su mensaje navideño horas atrás. “Feliz Navidad para todos. Gracias por el sacrificio, y por el apoyo que se siente más que nunca”, escribió Caputo en su cuenta de X.
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