El acuerdo, celebrado entre los analistas internacionales
Los inversores europeos creen que ahora se les facilitarán inversiones en el país
PARÍS.- En una breve alocución inmediatamente después de la firma del acuerdo entre la Argentina y sus 15 acreedores del Club de París, el presidente del Club, Ramón Fernández, afirmó: "No hay duda de que habrá un antes y un después".
Atrás quedaban la sombra del traumático default de 2001 y las dos rondas de negociaciones truncadas, en 2008 y en 2010, con ese club informal de 19 países que habían prestado dinero a la Argentina e intentaban recuperarlo.
La historia inmediata también reseñará las 20 horas de frenéticas negociaciones conducidas a paso de carga por el joven ministro de Economía,Axel Kicillof , y su equipo, que concluyeron cuando los representantes de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, España, Estados Unidos, Italia, Japón, Holanda y Gran Bretaña aceptaron el plan argentino para saldar una deuda de US$ 9700 millones en cinco años.
Nadie parecía ayer pronto a olvidar a Kicillof y a "sa bande d'ados? tous avec la poigne d'une équipe de foot" ("su banda de adolescentes? todos con la garra de un equipo de fútbol"), según comentó un funcionario del ministerio francés de Finanzas, sede del Club de París. Porque el acuerdo se concluyó el 29 de mayo, primer día del largo feriado de la fiesta de la Ascensión, las reacciones se produjeron con cuentagotas.
Si bien las agencias de noticias dieron la información de inmediato, los diarios tardaron en retomarla. No sucedió lo mismo en los medios económicos y empresarios, que reaccionaron con beneplácito.
Celebración general
La primera reacción oficial estuvo a cargo del ministro francés del área, Michel Sapin. En un comunicado, el funcionario saludó un acuerdo que "ilustra la capacidad del Club de París para resolver difíciles situaciones de endeudamiento y acompañar a los países concernidos a fin de recuperar el camino del crecimiento y la inversión".
"Parece un muy buen deal para la Argentina, no sólo por los generosos términos en que se acordó el reembolso, sino porque se produjo mucho más rápido de lo que los medios económicos esperaban", afirmó Stuart Culverhouse, jefe de investigación de Exotix, una firma bursátil londinense. Otros prefirieron poner el acento en la importancia que tendrá el acuerdo para reforzar la credibilidad del gobierno argentino.
"El acuerdo va en la buena dirección: estabilidad y previsibilidad. Dos elementos muy importantes para los inversores extranjeros", estimó Laurence Allan, jefe de la división análisis de riesgo América Latina del instituto IHS. Allan puso, no obstante, un bemol a su juicio: "Inversores y observadores esperan pruebas", advirtió. Es decir, un pago en efectivo.
Para los analistas de Capital Economics, el acuerdo es una etapa positiva, aun cuando "en sí mismo no cambiará la situación general".
"Es un nuevo paso positivo desde enero, cuando el Gobierno decidió un enfoque más ortodoxo de su política para hacer frente a la rápida reducción de reservas de cambio", afirmó David Rees desde Londres.
A su juicio, "la única consecuencia inmediata es que los exportadores argentinos podrán obtener financiación para el comercio de parte de los miembros del Club". En todo caso -concluyó- "aún persiste un riesgo considerable de que la situación del país se degrade".
Según Laurence Allan, otra de las señales importantes enviadas a los inversores fue la resolución del litigio con Repsol.
La noticia del acuerdo también provocó la reacción positiva de los empresarios franceses, que no ignoran las posibilidades comerciales que se abren para ellos y el país en un período de grave crisis.
"Permitiendo a la Argentina acceder a la financiación internacional, este acuerdo tendrá la virtud de reactivar grandes proyectos franceses para ese país, como el tren bala, la exploración y explotación de los yacimientos de Vaca Muerta o la construcción de centrales nucleares de electricidad", se felicitó un responsable del Medef, la poderosa central empresaria francesa.
Una vez que bajen los niveles de adrenalina, Kicillof y "sa bande d'ados" tendrán que ponerse a pensar en la próxima batalla que les espera: la audiencia del 12 de junio ante la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos en el caso de los fondos especulativos norteamericanos.
Una decisión desfavorable para Buenos Aires "podría llevar a la Argentina hacia el default técnico", advierte Capital Economics.
Por su parte, Laurence Allan matiza el riesgo: "Toda decisión estadounidense tendría mucho más impacto que el acuerdo con el Club de París. Pero este convenio ayudará a la Argentina a argumentar que no son un gobierno que considere normal no pagar sus deudas".
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