Ejecutivos de Rio Tinto reconocen haber aceptado sobornos en China
SHANGHAI—El juicio contra cuatro ejecutivos de la minera anglo-australiana Rio Tinto PLC en Shanghai partió el lunes con una sorpresa, cuando los acusados, incluyendo el ciudadano australiano Stern Hu, reconocieron haber recibido sobornos.
Las autoridades chinas los han acusado de aceptar coimas y robar secretos comerciales. Rio Tinto indicó con anterioridad que no hay evidencia de que sus empleados hayan cometido algún delito.
Hu, director del equipo de ventas de Rio Tinto en China, dijo que aceptó dinero de compañías siderúrgicas en dos ocasiones, al parecer para asegurarse que las plantas recibirían mineral de hierro. El ejecutivo, no obstante, refutó las acusaciones de que los dos sobornos totalizaron cerca de US$935.000, según personas presentes en el tribunal durante el primer día de un juicio de tres días.
El juicio ofrece un vistazo del sistema judicial chino, cuyo funcionamiento es poco transparente y resulta enigmático para los extranjeros. Uno de los grandes misterios es la admisión de culpa de Hu y el resto de los acusados. Hasta el momento, no está claro si equivalen, o presagian, una declaración de culpabilidad frente a los cargos de soborno. Los analistas jurídicos señalan que los tribunales chinos suelen ver de forma favorable las admisiones de culpabilidad antes de que se pronuncie un veredicto.
"El sistema chino de justicia penal hace hincapié en la admisión de culpa¬bilidad como un paso hacia la rehabili¬tación, de modo que declararse culpa¬ble es considerado como algo positivo y como un atenuante a la hora de dictar sentencia", afirma Joshua Rosenzweig, gerente de investigación de Dui Hua Foundation, en Hong Kong.
El juicio es seguido con atención, como un indicador de la actitud de China hacia las empresas extranjeras que últimamente se han quejado del surgimiento de nuevas barreras para hacer negocios en el país. Algunos analistas estiman que detrás de los cargos contra los ejecutivos de Rio Tinto hay motivaciones políticas. China, señalan, quiere controlar a una empresa extranjera rentable y un proveedor de mineral de hierro, un material clave para la economía del país.
El juicio prohíbe la presencia de periodistas y algunas partes también estarán cerradas para los diplomáticos.
Según los abogados de los tres acusados restantes, todos ellos ciudadanos chinos, uno reconoció haber recibido sobornos por unos US$438.000 mientras que los otros dos, al igual que Hu, admitieron aceptar fondos, pero negaron algunos aspectos específicos de las acusaciones.
Se espera que el juicio finalice el miércoles, aunque es improbable que haya un veredicto esta semana.
Desde que China retiró las acusaciones iniciales en julio de que los hombres fueron detenidos en Shanghai por robar secretos nacionales, el gobierno chino ha indicado que se trata de un asunto estrictamente penal que no debería ser politizado.
Rio Tinto no se ha referido a los detalles del caso en los últimos meses. Después del arresto formal de los ejecutivos en agosto, la compañía dijo que "no creemos que haya ninguna prueba de actos ilegales". Declaraciones más recientes han aludido al "proceso legal" en China, a la vez que han expresado "su esperanza de un proceso transparente y rápido para sus empleados".
Los abogados de varios de los acusados indicaron inicialmente que sus clientes negarían todos los cargos.
Rio Tinto se ha esforzado en enfatizar sus intereses en China. Este lunes, su presidente ejecutivo, Tom Albanese, habló en Beijing sobre las oportunidades para lograr una "sociedad más estrecha" con China, su principal cliente y un mercado donde obtuvo ingresos de US$10.690 millones el año pasado.
Albanese espera que los chinos cooperen con Rio Tinto en sus mercados internacionales y añadió que le gustaría ver más sociedades conjuntas, tales como el acuerdo de US$1.350 millones anunciado la semana pasada con su principal accionista, Aluminum Corp. of China, o Chinalco, para desarrollar un proyecto de mineral de hierro en Guinea. Albanese también subrayó la experiencia minera de Rio Tinto y dijo que está preparado para que su compañía trabaje en el interior de China, ofreciendo tecnología y experiencia.
El negocio de Rio Tinto coloca a sus ejecutivos cara a cara frente a la mayor industria siderúrgica del mundo, con más de 800 compañías que generan en conjunto alrededor de 40% de la producción mundial de acero, si bien ninguna de ellas controla más del 5% del mercado.
Para producir, las acereras chinas necesitan mineral de hierro de los proveedores, incluyendo Rio Tinto. Y si bien el país gastó US$50.140 millones importando mineral de hierro, el gobierno admite que ha sido incapaz de negociar, comprar o repartir el mineral en forma eficaz. Los analistas de la industria afirman que a las acereras a menudo les preocupa más garantizar su acceso a este mineral para mantener la producción que cuánto les cuesta obtenerlo.